





Entre los relojes que contarán en 2025, están los que brillan por su innovación, los que imponen su estilo y los más raros que, como los de Seiko, consiguen combinar ambas cosas a un precio que (todavía) no marea. El nuevo Prospex 1968 Heritage Diver's GMT SPB519 entra claramente en esta última categoría. En parte homenaje, en parte inteligente avance técnico, este nuevo modelo cumple todos los requisitos de un reloj-herramienta moderno, con ese espíritu extra que genera grandes historias relojeras.
Seiko lanzó uno de sus primeros relojes de buceo profesionales en 1968, año de agitación social en el mundo, en Francia en particular. Hermético hasta 300 metros, latía al ritmo de un movimiento de alta frecuencia e imponía ya un lenguaje de diseño que dejaría una huella perdurable en la empresa japonesa. Casi 60 años después, el modelo SPB519 aporta una auténtica modernidad al conjunto. Su esfera blanca plateada rompe con los códigos habituales de tipo de reloj, al tiempo que aporta un toque de luminosidad poco común. Está enmarcada por un bisel de cerámica azul y sobrevolada por una aguja GMT de un rojo vivo, una paleta que evoca, de forma casi sutil, los colores de la bandera tricolor. ¿Un guiño intencionado o una feliz coincidencia? Quién sabe…
Un auténtico diver, no sólo por estilo
El estilo de este reloj está muy bien, pero a un verdadero submarinista también se le juzga por su rendimiento. Y en este caso, Seiko toca todas las teclas: una caja de acero de 42 mm sumergible hasta 300 metros, un movimiento automático Manufactura 6R54 (con una reserva de marcha de 72 horas), máxima legibilidad gracias al tratamiento LumiBritem, aplicado generosamente... Lo tiene todo. Y para los que viajan, o a los que les gusta la idea, la función GMT no sólo es práctica, sino que también está bien pensada, ya que presenta un ajuste independiente de la aguja de 24 horas. Aún más sorprendente: a este nivel de acabado, el reloj incorpora un cierre desplegable de 15 mm con microajuste. Este detalle técnico, que suele encontrarse en Omega o en Rolex (por un precio tres o cuatro veces superior), lo convierte en un reloj increíblemente cómodo de llevar, ya sea sobre un traje de neopreno o sobre la manga de una camisa.
Fuente: Esquiu