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Cada vez son más los vasos comunicantes entre la tríada de gobernadores de la Zona Núcleo. Con mayor o menor énfasis, pero a repetición, el cordobés Juan Schiaretti, el santafesino Omar Perotti y el entrerriano Gustavo Bordet le pierden el respeto al presidente Alberto Fernández y la conducción del Frente de Todos (FdT). Priorizar y resguardar el terruño es la principal razón que esgrimen los tres gobiernos, pero la chance de armar un eje político para pelear puertas adentro del peronismo suena y con fuerza.

Schiaretti desairó a Fernández casi desde el vamos. En una provincia donde Juntos por el Cambio (JxC) marca tendencia, el mediterráneo nunca se entregó a la organicidad desordenada del FdT. Hizo la suya y cuidó la provincia. No en vano, creó Hacemos por Córdoba.

El gringo siente que no le debe nada a nadie. Por eso, se da el lujo de jugar a una suerte de extranjero del FdT. No puede quejarse de la cantidad de obras que la Nación bajó a la Docta, pero nunca abrazó a Fernández, mucho menos a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Su construcción es desde el provincialismo.

En ese marco, encontró de aliado a Perotti. El santafesino tuvo otro tipo de compromiso con el Presidente en 2019. Se ató a su suerte, al menos en el amanecer, pero, más temprano que tarde, empezó a soltar, a usar el andador. Hoy, el perottismo no tiene empacho en sentenciar, aunque al amparo del off the record, que el FdT está agotado. Por ese motivo, el Hacemos Santa Fe, primo cercano del Hacemos cordobés, se alista para competir en las elecciones provinciales.

Por eso mismo no sorprende que Perotti no haya firmado el pedido de juicio político contra la Corte Suprema y no es por el hecho de que al máximo tribunal lo habiten dos coterráneos (Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti). Perotti elige sus peleas con precisión de cirujano y hay factores de poder a los que no enfrenta. Un peronista de centro no se pelea con la Corte y no solo porque aguardaba el fallo de un juicio a favor de Santa Fe; es casi un asunto de principios.

 

El que sorprendió en las últimas horas fue Bordet, quien dejó en offside al Presidente. El entrerriano arrancó 2022 pidiendo reelección para Fernández y empezó 2023 asestándole un puñal. Sintomático. En los encuentros formales y protocolares de la Región Centro, Bordet siempre fue el más medido en sus críticas a la Casa Rosada. ¿Cómo seguirá de ahora en más?

 

El juego del trío tiene como líder a Schiaretti, que vende en su provincia que será candidato a presidente. En la cabeza del cordobés juega el plan de tener de aliados a Perotti y Bordet en la construcción de un nuevo peronismo, del interior hacia el centro, más federal y menos ideológico.

 

Sin embargo, al menos en Santa Fe, dicen "wait". Perotti comparte sintonía fina con su par mediterráneo, pero primero tiene que asegurar la provincia y no la tiene fácil. Seguramente será candidato a diputado provincial para garantizarse un bloque de poder y se cargará al hombre la carrera por la gobernación, contienda para la que todavía no definió delfín. Primero está eso, luego mirar hacia arriba.

 

Para Bordet corre una historia casi idéntica. Sin reelección, pero con buena imagen, el entrerriano no resolvió quién lo sucederá, pero al peronismo le tocará enfrentar a Rogelio Frigerio, que ya venció en las legislativas de 2021 por más de 20 puntos de diferencia y tiene la alfombra lista para entrar a la Casa de Gobierno local. Por lo pronto, el gobernador ya imitó a Perotti en eso de ser candidato a diputado provincial para asegurarse la cuota de poder.

 

No obstante, al trío lo iguala el peso de sostener la espada de Damocles que hoy es el FdT en el centro del país. Schiaretti se desprendió rápido, Perotti le siguió los pasos a su ritmo y Bordet movió e hizo lo suyo al no convalidar el juicio político a la Corte. Por las dudas, siempre hay un sello distrital a mano para esquivar la sangría.

 Con información de Letra P, Pablo FORNERO

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