¿Con quiénes no gobierna el Presidente?

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"Sé con quién puedo gobernar y con quién no; y yo gobierno con los que puedo gobernar", le respondió Alberto Fernández a María O'Donnell cuando la periodista le preguntó por su vínculo con el kirchnerista Eduardo de Pedro. "Yo sigo gobernando", agregó y afirmó: "No importa”. ¿No importa?

Hay, primero, un dislate político en el hecho de que un ministro del gabinete no responda al jefe del Estado o, en todo caso, para evitar romanticismos, en que el jefe del Estado lo admita públicamente. Vale incluso para este presidente, que nació débil, condicionado por su mentora, La Jefa Cristina Fernández de Kirchner, y creció, justamente por ese condicionamiento y por la involución de esa relación disfuncional, como Benjamin Button, achicándose. Además, se esconde, detrás de ese reconocimiento, un dato que no admite los atenuantes propios de las subjetividades: el ministro del Interior administrará este año, con criterios que escapan a la influencia del primer mandatario, más de 178 mil millones de pesos, según la ley de Presupuesto 2023. ¿No importa eso tampoco?

El problema es, potencialmente, dramáticamente mayor. Si Wado es la figura política más representativa del cristinismo en el gabinete, es lícito preguntarse si el jefe del Estado, resignado a gobernar con quienes puede en el escenario de interna feroz que quebró su vínculo con la viepresidenta, tampoco cuenta con el resto del funcionariado K. ¿Tampoco importaría, si fuera así? A los números.

Según un informe elaborado por el diputado radical Rodrigo De Loredo citado por La Nación, la vicepresidenta controla, a través de hombres y mujeres que le responden, el 70% de la masa de recursos que el Gobierno planifica gastar este año. Para muestra, algunos botones:

- Conducida por Fernanda Raverta, la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) tiene asignada para este año una partida de 12,9 billones de pesos.

 

- PAMI (Luana Volovich): $329.739 millones.

 

- Secretaría de Inclusión Social (Laura Alonso): $444.645 millones.

 

- Enarsa (Agustín Gerez):  $925 mil millones.

 

- Aerolíneas Argentinas (Pablo Ceriani): $108.063 millones.

- Correo Argentino (Vanesa Piesciorovski): $31.300 millones.

 

La lista sigue. El kirchnerismo controla también, por ejemplo, YPF, la empresa más importante del país, a través de Pablo González; y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la agencia encargada de recaudar los impuestos que nutren las arcas del Estado, por medio de Carlos Castagneto.

 

Hay más: según el informe de De Loredo, Sergio Massa tiene poder de lapicera sobre otro 20% del Presupuesto. Con el ministro de Economía, el Presidente sigue manteniendo una relación razonable. No obstante, el jefe del Palacio de Hacienda no es un subordinado del primer mandatario sino una figura con peso político y acciones propias en el Frente de Todos que entró al gabinete a empujones, en un movimiento de pinzas coordinado con CFK que quebró la resistencia de Fernández, quien resistía el desembarco justamente porque significaba entregarle la llave de la política económica a un par que se sienta en la mesa principal de la coalición peronista. 

 

La cuenta es estremecedora: a Fernández le quedaría injerencia directa, cierta, real sobre el 10% del Presupuesto.

 

¿No importa?

Fuente: Letra P, sobre una nota de Juan REZZANO

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