Juan Manuel Llamosas quiere ser vice

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En 2016, Juan Manuel Llamosas fue la cara de la esperanza para el peronismo de todo el país, que acababa de recibir uno de los golpes más duros de su historia reciente tras perder las elecciones nacionales en manos de la coalición Cambiemos. Con el gobierno de Mauricio Macri en su momento de despegue, le arrancó al radicalismo el comando de Río Cuarto, la segunda ciudad más importante de la provincia de Córdoba, y demostró una capacidad de apertura que le permitió convertirse en uno de los dirigentes más importantes del peronismo mediterráneo. A diferencia del grueso de las autoridades municipales del país, su mandato finalizará en 2024, pero él espera dar el salto antes. Se imagina gobernando la provincia secundando a Martín Llaryora y, con ese horizonte, se prepara para una campaña en la que espera ser protagonista. Quiere ser el vice, lo dice y muestra sus credenciales.

"El clima electoral recién está comenzando y quienes tenemos la responsabilidad de gestionar estamos abocados a resolver los problemas de todos los días. El mejor ejemplo es Martín, que es un hacedor que tiene la capacidad de afrontar los desafíos que se vienen para Córdoba a partir de lo hecho", dice Llamosas , mientras espeja su gestión en la Capital alterna con la del intendente que quiere ser gobernador.
"Río Cuarto estaba abandonada y hoy está transformada", asegura inflando el pecho y agrega: "Tomamos una ciudad que estaba en un estado deplorable y hoy está de pie. Vamos en sintonía con lo que hacen nuestro gobernador y nuestro candidato, que son los que lideran este proceso. Los vecinos saben que cuando uno es parte de un mismo equipo, los resultados llegan más rápido".
-¿En qué lugar de ese equipo se imagina jugando en el futuro?
-Donde sea más conveniente para el espacio. Sería un gusto acompañar a Martín en la fórmula y ser el vicegobernador, pero esto es un trabajo colectivo entre personas que compartimos una generación que tiene a su cargo la renovación en la provincia. Tenemos ideas, sabemos cómo gobernar a partir de nuestra experiencia en los municipios y en la gestión.
-¿Se imagina en otro lugar que no sea la vicegobernación?

-Soy un hombre de gestión. Me siento capacitado para afrontar las responsabilidades que Martín defina como las más convenientes para el proyecto. Me imagino gobernado con él, claro.

-¿Cómo se encara la renovación de un espacio con referencias tan fuertes como las de José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti?

-A lo largo de 24 años, nuestro espacio se ha ido aggiornando a la realidad de Córdoba. Alguien dijo alguna vez que una de las principales virtudes que tuvo el peronismo de Córdoba fue no haber querido peronizar a la sociedad cordobesa, sino que tuvo la capacidad de entender la realidad de los vecinos para hacerlos parte y tomar las mejores decisiones. En esa dirección, la renovación de los cuadros, los equipos y las políticas siempre ha sido algo automático. Nosotros cambiamos haciendo todos los días. No es un slogan, es un ejercicio.

-¿Cómo ve a las otras figuras que también aspiran a integrar la fórmula oficialista?

-Somos parte de un equipo y todos tenemos roles importantes. Alejandra Vigo cumple un rol muy importante en el Senado defendiendo los intereses de Córdoba. Natalia De la Sota hace lo propio en Diputados. Yo estoy gobernando la segunda ciudad de la provincia. No se trata de comparar, sino de buscar el mejor lugar para cada uno. Lo que sí te puedo decir es que, además de la confianza y el trabajo en conjunto, con Martín logramos una fórmula de gestión, y una articulación previa que ya venimos trabajando desde los dos municipios más importantes de Córdoba.

-En Río Cuarto usted sumó sectores del peronismo que no forman parte de la estructura provincial. ¿Se puede ampliar el espacio de cara a las elecciones?

-El armado del peronismo de Córdoba siempre fue sumando a sectores que comprenden que somos parte de un modelo que defiende el campo y la producción, que hace parte al sector privado y que tiene claro que representando esos intereses estamos defendiendo a los cordobeses. No es una cuestión de nombres, tiene que ver con las ideas.

-¿Cuál es el límite para sumar sectores aliados?

-El límite está marcado por esta visión. Los que defienden políticas públicas como las que lleva adelante el gobierno nacional, que ponen palos en la rueda, obstaculizan la producción, no permiten la previsibilidad en el complejo agroalimentario y tienen un visión centralista, tienen una posición distinta a la nuestra y los espacios no se pueden conjugar. No tiene que ver con el color político, porque hay dirigentes del radicalismo y del PRO que van a acompañar a Martín y van a estar formando parte de nuestro esquema de gobierno.

-¿Cuánto incide en la campaña la candidatura nacional de Schiaretti?

-Hoy no hay otro dirigente a nivel nacional que tenga la gestión, la experiencia y la capacidad para buscar consensos que tiene nuestro gobernador. Es el Presidente que hoy se necesita pero, más allá de eso, en esta elección provincial se constratan dos modelos. Uno probado durante 24 años, que genera confianza y previsibilidad; y otro modelo de candidatos no representan ninguno de estos valores y que, cuando les ha tocado gobernar, les ha ido muy mal y han fracasado. Ya pasó en la ciudad de Córdoba.

Con información de Letra P, sobre una nota de César Pucheta

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