Llaryora, por ahora, solo por ahora, respalda las medidas de Passerini

Martín Llaryora eligió la mesura, que casi puede interpretarse como una toma de distancia, ante la situación que vivió y vive la Municipalidad de Córdoba, cuyo intendente Daniel Passerini instrumentó una serie de cambios para achicar el gasto y redujo áreas de trabajo, despidiendo a unos 120 funcionarios de la planta política.

Llaryora mandó a decir a través de voceros que apoya las medidas de Passerini, que sufre los efectos de la falta de financiación porque ni la Provincia ni la Nación le envían fondos y, además, tiene que hacerse cargo de vencimientos de una deuda en dólares que contrajo Ramón Mestre y que el actual jefe del Centro Cívico esquivó pagar en los cuatro años en los que se desempeñó como intendente.

Las segundas y terceras líneas del llaryorismo son más duras y ya comienzan a cuestionar de manera expresa los pasos que está dando el intendente. Nadie lo hace en voz alta, pero los cuestionamientos se reiteran y se achaca fundamentalmente “falta de iniciativa”.

Los cambios y el achique de Passerini parecieron una puesta en escena, pero sus colaboradores indican que ya se verán los resultados. El plan aplicado no cambia en nada lo que se viene haciendo en una ciudad que luce descuidada, con problemas serios en la recolección de residuos y el transporte y con las calles “bombardeadas” por el efecto de las copiosas lluvias de verano. De lo último tomó nota el intendente y lanzó desde hace unos días un ambicioso plan de bacheo y repavimentación de calles y avenidas. “Sabemos que eso puede resultar molesto para la gente, pero además de necesario estamos demostrando que aquí se trabaja por el vecino”, manifiesta un inmediato colaborador de Passerini.

Según encuestas oficiales, la imagen de Passerini “mejoró un poco” después del inicio de los trabajos en las calles. En el medio, Llaryora le promete al jefe municipal trabajo en equipo, pero sin dinero porque la Provincia no lo tiene. Y Milei cerró el grifo a los subsidios para el transporte urbano, con lo cual el problema es mayor. En el municipio, a propósito del transporte, están satisfechos con el nuevo esquema de circulación de las unidades, aunque puede que sea demasiado prematuro realizar juicios de valor.

El respaldo político a Passerini quedó plasmado en una foto del intendente con el gobernador y la senadora Alejandra Vigo en un locro por el 1 de mayo en el que la intención fue transmitir un mensaje de unidad.

De todos modos, no hubo acción directa del gobernador en esta movida del jefe municipal, que la llevó adelante para mandar una señal al Suoem. Le está diciendo a Rubén Daniele: “Yo achico”, pero el gremio ni se mosquea y esta semana probablemente profundice las medidas de fuerza. Esa pulseada también es seguida de cerca por El Panal, cuyos ocupantes saben que será uno de los grandes conflictos del año y que seguramente repercutirá en los sindicatos provinciales a la hora de discutir o rediscutir paritarias.

Lo concreto, al decir de varios operadores políticos del justicialismo, “una intendencia requiere una dedicación 24/7, con lo cual hay que dejar de lado todo y dedicarse a fondo. De otra forma sólo se cosecharán fracasos o se comandarán gestiones grises”. Si fue sólo una expresión general o un mensaje, lo saben los autores de esa afirmación.

Años de esfuerzo
La preocupación de todo el llaryorismo, y también del exgobernador Juan Schiaretti, tiene un fundamento político serio: al peronismo le costó años recuperar la ciudad de Córdoba y no se puede correr el riesgo de perderla después de apenas cuatro años.

El PJ tiene un temor importante y una esperanza para los comicios de 2027. El temor: que la oposición cierre filas con una fórmula Juez gobernador – De Loredo intendente porque estiman que serán dos huesos duros de roer. La esperanza: que no haya acuerdo entre el líder del Frente Cívico y el radical y que finalmente De Loredo se niegue a ir como candidato a intendente de Córdoba.

Llaryora tenía pensado adelantar los comicios de gobernador para marzo/abril de 2027 y pegar esa elección con la del intendente de Capital. Hoy, después de lo que está pasando en la ciudad más densamente poblada de la provincia empieza a recalcular, aunque les dice a sus íntimos que no hay que apresurarse porque todavía falta mucho. En estos días, el dirigente que mejor mide para pelear por el Palacio 6 de Julio es Héctor ‘Pichi’ Campana, pero en la oposición, salvo De Loredo, no hay postulantes de fuste y eso es motivo de preocupación.

El mandatario provincial tiene todos sus cañones enfocados a su reelección, aunque tiene claro que, de existir algún resquicio –lo cual hoy parece improbable– apostará a su sueño presidencial, aunque ahí los dos primeros asientos para convertirse en el desafiante de Javier Milei están ocupados: Maximiliano Pullaro y Axel Kicillof.

Octubre en el horizonte
Mucho antes de la compulsa electoral de 2027 por cargos ejecutivos nacionales, provinciales y locales, están los comicios legislativos de medio término que se celebrarán el 26 de octubre próximo. La última encuesta que maneja el peronismo tiene datos claros, pero hay que decir que todavía no hay candidatos en la cancha y que algunos de los mencionados ni siquiera han manifestado su voluntad de participar. Esos relevamientos oficiales dicen que “el candidato de Milei (sin especificar nombre)” tendría 43 por ciento de intención de voto. Si el cabeza de lista fuera De Loredo, el porcentaje llegaría a 45 puntos. En cambio, si Juez lidera la boleta, obtendría 47 puntos.

En tanto, si la lista del PJ es encabezada por Miguel Siciliano, orillaría entre los 20 y los 23 puntos (le alcanzaría para retener los dos diputados que pone en juego), mientras que si fuera Schiaretti conseguiría, de mínima, 10 puntos más. Esta es una foto de hoy, en la que obviamente ningún candidato comenzó a jugar, así como tampoco referentes políticos salieron a respaldar campañas. Todo está por verse.

Con información de Perfil