De dos polos a (por lo menos) tres

OPINIÓN Jorge Raventos*
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Como Mauricio Macri y Alberto Fernández, la señora de Kirchner ha reiterado que no quiere participar en la próxima contienda electoral. Lo hizo precisamente ante quienes el jueves 27 de abril se congregaron en el Teatro Argentino de La Plata, escenificando un “Operativo Clamor” destinado a que ella revisara esa decisión. “No se hagan los rulos -les pidió-. Yo ya di lo que tenía que dar”.
Por cierto, la abstención como candidato no implica que ella renuncie al papel político que sigue desempeñando. Aunque el cristinismo ha perdido el poder hegemónico que supo detentar, la señora sigue siendo titular del capital electoral más cuantioso en la, digamos, heteróclita confederación panperonista. Y, según la mayoría de los estudios demoscópicos sobre el tema, su presencia en la boleta –a la que ella se muestra reticente- incrementaría de manera significativa la intención de voto del Frente de Todos (aunque en ningún caso le permitiría recuperar la performance de 2019. Ni siquiera la más modestade 2021). Sin ella, el oficialismo reza para que se pueda establecer un candidato fuerte y competitivo.
 

GESTOS Y DEFINICIONES
Además de esquivar amablemente el tema de su candidatura, la señora de Kirchner dejó algunas definiciones y algunos gestos significativos en el acto de La Plata.
Atribuyó al Fondo Monetario Internacional (a lo que llamó su “programa enlatado”) la condición de principal causante de la inflación, pero estuvo lejos de las soflamas que solía disparar su sector: “No digo que no haya que pagar –aclaró-. Lo que queremos es que se revisen las condicionalidades”. También destacó que que “la gran discusión no va a ser si el capitalismo sí o no, sino quién conduce los procesos de producción para no dañar tanto el medio ambiente, y para que haya mayor igualdad”. Son líneas de texto intervencionistas y demandantes pero inclinadas a una negociación no a una ruptura. Más elocuente aún es el hecho de que ella sostiene la acción que desarrolla el ministro de Economía, que corre paralela al programa acordado con el Fondo.
La señora no abandona totalmente el discurso para la tribuna pero se resigna a un cambio de situación donde el gobierno que ella contribuyó fuertemente a constituir, el Frente de Todos en general, su sector dentro de él y su propia influencia personal recorren una etapa de paulatino decaimiento.
 

POR QUE MILEI
Un punto cargado de sentido de la conferencia de La Plata fue la elección de Javier Milei como blanco principal de las críticas. Para la mayoría de los analistas (y también para algunos actores políticos) se trató de una táctica destinada a levantar la cotización del propagandista libertario con el objetivo de devaluar a Juntos por el Cambio, que hasta ahora, en rigor, es el competidor principal del oficialismo.
Si bien todavía no se conoce el nombre del candidato a gobernador bonaerense de los libertarios, los analistas especulan con que el nombre de Milei al frente de la boleta sábana de su partido arrastrará votos para su candidato en la provincia y, según esa interpretación, la influencia del libertario se ejercería principalmente sobre el electorado de Juntos.
Basado en ese razonamiento, el kichnerismo esperaría que los votos de la lista bonaerense de Milei resten a Juntos ayuden al candidato oficialista (seguramente Axel Kicilof) a llegar primero en una competencia en la que no hay segunda vuelta y donde el ganador, así sea por un voto, se lleva el premio mayor. La señora de Kirchner tiene como prioridad que los suyos conserven el gobierno en la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, junto con esa jugada táctica, es posible que la vicepresidenta haya tomado en cuenta ciertos datos que quizás explican mejor su iniciativa de ofrecer batalla a los libertarios. Una información importante proviene del estudio Aresco, una consultora seria que preside Federico Aurelio: sus datos contradicen aquella mirada sobre la fuente de votos de Milei. “En los últimos seis meses, el espacio del Frente de Todos perdió 9 puntos en intención de voto. En el mismo período, Juntos cayó 2 puntos y Javier Milei creció 6”, puntualiza Aurelio. Es decir, aunque Milei se alimenta con la caída de los dos términos de la antigua grieta, la dosis de voto kirchnerista que digiere supera a la que extrae del caudal de Juntos por el Cambio. Amenaza directamente la veta electoral K en el conurbano. El riesgo que enfrenta hoy el Frente de Todos proviene de Milei.
Cabe preguntarse entonces si al apalancar al libertario instalándolo claramente en un papel protagónico la señora de Kirchner no ayuda a que, en la competencia nacional los libertarios empujen al Frente de Todos fuera de la segunda vuelta.
Para la mayoría de los analistas electorales esto todavía no se refleja en las encuestas, pero el proceso muestra que mientras las dos fuerzas mayores están estancadas o en retroceso, la simpatía por Milei “sube en ascensor”, como resume Federico Aurelio.
 

EL FENÓMENO LIBERTARIO
Hay otros elementos que contribuyen a entender tanto el fenómeno Milei como la alarma que expuso la señora de Kirchner. Las encuestas indican unánimemente que el fuerte del apoyo a los libertarios se encuentra entre los hombres jóvenes menores de 40 años (es decir, los que nacieron a partir de 1983, llegaron a los 18 años a partir de 2001, con la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa y las movilizaciones, enfrentamientos y represión que le dieron marco, y votaron por primera vez en 2003). Una mirada al padrón de electores indica que un 30 por ciento tiene menos de 30 años, el 50,2 por ciento no habrá cumplido los 40 años de edad cuando se vote. y 6 de cada 10 electores tendrá al votar 45 años o menos. La mayoría de los votantes se encuentra en el segmento en el que Milei parece más fuerte.
Otro dato significativo: en el conurbano poco menos del 50 por ciento de los que están entre 18 y 45 son pobres. Corolario: el dirigente libertario está pescando cuantiosamente en una pecera que el Frente de Todos creía que era para su uso exclusivo. La señora de Kirchner no ignora estos hechos. Su ataque frontal a Milei, más allá de las razonables motivaciones tácticas referidas a la puja por el gobierno bonaerense, da cuenta de que ya ha comenzado a producirse un cambio notable en paisaje político.
Lo que en el apogeo de la grieta se manifestaba como un panorama en el que había dos fuerzas claramente dominantes con un espacio muy estrecho para una tercera (en la primera vuelta de 2019, entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio sumaron 91 por ciento de los votos), se dibuja ya un campo dividido en tres con la irrupción de los libertarios (y habrá que ver si no se amplía a una puja de cuatro, ahora que se ha anunciado el lanzamiento del espacio federal independiente que convocan Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey).
 

¡NORMALICEN A MILEI!
La figura de Milei no encarna solamente un dispositivo que recorta los bordes de las dos fuerzas electorales (todavía) mayoritarias, sino que coincide e incentiva un desplazamiento del conjunto del sistema hacia lo que desde el progresismo se definiría como “la derecha”. Domingo Cavallo lo ha explicado muy claramente: "El valor de la presencia de Milei es porque revaloriza la libertad económica y eso ha llevado a que Juntos por el Cambio tenga que incorporar a liberales como López Murphy o quiera sumar a Espert (…) La presencia de Milei ha ayudado a que Juntos por el Cambio no se vuelque demasiado hacia el intervencionismo económico".
Pero Cavallo le da más crédito aún al libertario: “es un líder que conoce de economía y plantea un rumbo diferente para la Argentina que yo creo es el camino correcto. Algunos dicen que es exagerado. Para vencer las ideas anacrónicas que tuvieron años y décadas de insistencia que provocaron deformación cultural se necesita un poco de desviación”.
Por su parte, otra figura influyente del pensamiento económico liberal, Juan Carlos De Pablo, se sumó a la reivindicación del libertario: “La eventualidad de que Milei supere al candidato de JxC, y en consecuencia sea el próximo presidente de la Nación, preocupa a no pocos y aterra a algunos- destacó. Y tiró un salvavidas:- Estoy convencido de que su imagen televisiva es una caricatura de lo que cabe esperar de su accionar como presidente de la Nación”. Lo escribió en una columna que advertía contra quienes llaman a “frenar a Milei” en la que sugiere “lo bien que le haría al país que se frenara a Milei con mejores propuestas que las suyas, y que a partir del 10 de diciembre de 2023 él y su gente jugaran un rol importante en la Cámara de Diputados”.
Los juicios de Cavallo y De Pablo parecen señales de un sector del pensamiento mejor establecido destinadas a defender a Milei de las inquietudes y prevenciones que el estilo del libertario han suscitado en parte del llamado círculo rojo y también en parte de la prensa y la academia. Y al mismo tiempo, a moderar al propio Milei, “normalizarlo”.
Ahora bien, no es improbable que en el electorado que el libertario arrebata al cristinismo en el conurbano, así como en una parte al menos de quienes emigran hacia él desde Juntos, sean precisamente el estilo y lo que Cavallo llama “desviaciones” de Milei su mayor atractivo. En esos sectores seguramente no se debate la factibilidad económico-financiera de la dolarización que él propone, sino que se la asume como una respuesta sencilla y rápida para alcanzar la estabilidad.
Habría que ver si un Milei “normalizado” de apuro alcanzaría los resultados que hoy le prometen las encuestas, si no se convertiría en un Sansón sin cabellera. De Pablo parece preferirlo “con su gente” jugando “un rol importante en la Cámara de Diputados”. Es decir, más integrado al sistema político. Como es justamente la crisis del sistema político (“la casta”) la que explica el ascenso de los libertarios, su integración requiere la recomposición del sistema.
Ese proceso está en marcha. La grieta y la polarización se encuentran en retirada.

*Para La Prensa

 

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