Llaryora lanzó formalmente su candidatura a gobernador de Córdoba

Estacionamiento repleto, redoblantes, algunas trompetas, gente bien vestida, militantes que arribaron desde el interior provincial, buenos perfumes flotando en la entrada de la sala principal del Hotel Quorum. Los actos del PJ cordobés tienen su propia atmósfera. Nada muy distinto a lo que puede verse en otros actos políticos, aunque con una impronta que no es sencillo precisar. 

Hacemos Unidos por Córdoba, el sello de la coalición en la que el PJ cordobés integró a fuerzas vecinalistas, socialistas, radicales desencantados y otros, lanzó oficialmente su campaña electoral en un clima de celebración anticipada. Entre los militantes y los dirigentes se respiraba un aire de victoria, luego de las desavenencias que Juntos por el Cambio expuso en el cierre de listas. 

"Aquí estamos, radicales, peronistas, del PRO, vecinalistas, intendentes, intendentas, aquí estamos", comenzó diciendo el gobernador Juan Schiaretti, quien tomó la palabra luego de los discursos iniciales del intendente de Río Cuarto Juan Manuel Llamosas (cabeza de lista) y de la ministra de la Mujer Claudia Martínez. 

En clave presidencial, el gobernador no ahorró elogios para la fórmula que competirá en las elecciones para la gobernación: jóvenes, capaces, líderes, serios, gente de confianza, fueron algunos de los conceptos que Schiaretti dedicó a Martín Llaryora y Myrian Prunotto. 

No fue casual la reiterada mención de “seriedad y confianza” que, según Schiaretti, transmiten Llaryora y Prunotto, algo que se leyó inequívocamente como un tiro por elevación a Luis Juez, el candidato de Juntos por el Cambio. 

“El cambio es mejorarle la vida a la gente. El cambio son Martín y Myrian”, dijo el gobernador. Schiaretti fue ovacionado mientras se repartían banderitas plásticas, tanto de la Argentina como de la provincia de Córdoba. En una estimación rápida, puede decirse que llegaron al lugar unas siete mil personas, quizá más, quedando muchos fuera de la sala. 

Al acto de lanzamiento acudió toda la estructura del PJ, como también los referentes de otros espacios que conforman la coalición. Desde Sergio Busso y Juan Carlos Massei a Fabián López y Miguel Siciliano. El cordobesismo en pleno reunido para dar apoyo a los candidatos. En el largo saludo entre funcionarios y dirigentes se podía suponer la rosca ahora abierta para definir eventuales gabinetes. La política no descansa. 

En la previa a los discursos, se proyectó un video en las pantallas gigantes. Allí Schiaretti hizo un rápido recorrido de su relación con Martín, a quien llama informalmente por su nombre de pila. “Siendo joven ha demostrado gestión y seriedad, por lo tanto le da certezas a los cordobeses”, dijo el gobernador mientras giraba para mirar al candidato. 

En otro tramo de su discurso, Schiaretti se refirió a los sueldos de los docentes. “Córdoba es la que paga los mejores salarios docentes, y lo hemos conseguido manteniendo el equilibrio fiscal”. 

La mención puso sobre la mesa una realidad que termina jugando a favor del oficialismo: los principales conflictos que el gobierno de Córdoba debió afrontar no surgieron del ámbito político, ni siquiera de la oposición en la Legislatura, sino que vinieron más bien del frente interno: la insatisfacción de los docentes por la propuesta paritaria que el Gobierno luego tuvo que atender y, quizá el aspecto más borroso de la gestión de Schiaretti, la lábil administración de la fuerza policial que el caso Blas Correas exhibió.

Después del gobernador, fue el turno de Myrian Prunotto. La candidata a vicegobernadora dijo estar feliz porque "esto me da la certeza de que hicimos lo correcto al construir esta coalición".

La designación de Prunotto en la fórmula por la gobernación fue la bomba política de la última semana: en Juntos por el Cambio no podían creer la generosidad de Schiaretti a la hora de ofrecer espacios. Todo sea por proyectar una imagen posgrieta.

"Nosotros no trajimos a nadie desde Buenos Aires (en referencia al acto de Juntos por el Cambio que se desarrollaba de forma simultánea). Nosotros lo tenemos acá al candidato a presidente", dijo la referente del Radicalismo Auténtico para referirse a la renovada intención nacional de Schiaretti. 

Tan interesado en la unión de los argentinos y en la concordia federal, el gobernador fue por demás generoso con las listas: a la inclusión de Prunotto en la fórmula provincial, se suma Javier Pretto, referencia ineludible de Mauricio Macri en nuestra provincia, para acompañar a Daniel Passerini en la Capital. Eso también es el cordobesismo: hacer que las referencias se derritan y pasar por “consensos y acuerdos amplios” una forma de gestión que lleva más de dos décadas. 

El último orador fue Llaryora, quien quiso agradecer a los "militantes que quedaron afuera" del salón. "Creo que es una coalición que puede iluminar a la Argentina. Somos una coalición en la que prima una nueva generación, de hombres y mujeres con experiencia en gestión". 

Llaryora llegó al lanzamiento de campaña de Hacemos Unidos por Córdoba convertido en un youtuber. Encender el televisor y abrir la app de YouTube (no importa el punto de la provincia en el que uno lo haga) para que aparezca la imagen del candidato; de fondo, generalmente, un espacio verde o el contexto de una actividad al aire libre: la recuperación del espacio público ha sido la marca de gestión de Llaryora en la ciudad de Córdoba. 

"Quiero agradecer a las fuerzas del campo, de la industria, a los universitarios, a los radicales, a los socialistas, a todos los que han abandonado la camiseta para ponerse una sola, la de Córdoba", dijo el candidato en un discurso que se fue tensando hacia el final.

Desde 2019 la Municipalidad de Córdoba gastó 430 millones de pesos en publicidad en redes sociales pertenecientes a Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp). Queda fuera de ese número los espacios contratados en YouTube. Se trata de la cuenta política que más dinero gastó en publicidad digital. 

"Hoy tenemos un país que no puede arrancar. Tenemos recursos en petróleo, en litio y tenemos el talento argentino. Nosotros -Córdoba- no somos otro país; ahora: qué país sería la Argentina si tuviera el modelo cordobés, si tuviéramos un presidente como Juan".

En una carrera paciente, aunque veloz, Martín Miguel Llaryora (San Francisco, 6 de octubre de 1972) llega a la cumbre máxima a la que puede aspirar un político en esta provincia. Desde 2003, cuando fue elegido concejal por primera vez, no dejó de ascender: dos veces intendente de esa ciudad del este, donde se dan excelentes rindes de soja, trigo, maíz; ministro de Industria en 2013 bajo la gestión De la Sota; vicegobernador de Juan Schiaretti en 2015, para dar finalmente el salto a la Capital y ganar las elecciones municipales, al margen de la polémica por su domicilio. Llaryora es el hijo sano del PJ cordobés, moldeado sin apuro en las usinas que dominan hace más de dos décadas la vida política de Córdoba. ¿Se abre una nueva etapa de un ciclo que acumula 24 años gobernando la provincia?

Con información de CBA24N