2025, la obsesión de Javier Milei

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Javier Milei ya piensa en las elecciones 2025. Mientras intenta estabilizar la macroeconomía y alimenta el relato de su gobierno, el Presidente y su hermana, Karina Milei, tienen el ojo puesto en los comicios legislativos y ya iniciaron los trámites para conformar La Libertad Avanza (LLA) en todas las provincias con referentes libertarios puros.

Las comunicaciones empezaron a llegar a los juzgados electorales federales a fines de febrero y se multiplicaron durante marzo. En Tierra del Fuego, Neuquén, Catamarca, Córdoba y Corrientes se presentaron pedidos de reconocimiento de LLA en cada distrito, que fueron notificados, a su vez, al resto de las provincias y apoderados de todos los partidos políticos.

La tramitación del sello en Córdoba llevó al desembarco en la provincia, este miércoles, de Karina Milei junto al presidente de la Cámara baja, Martín Menem, y el diputado Gabriel Bornoroni, que tuvo protagonismo durante el debate por la ley ómnibus como presidente de la comisión de Legislación General.


Menem y la secretaria general de la Presidencia viajaron para participar de manera personal de la audiencia que fijó el juzgado federal N° 1, con competencia electoral, para definir el pedido de reconocimiento del sello partidario, que se inició a mediados de febrero.
La puesta en marcha de la maquinaria electoral, apenas iniciado el Gobierno y en medio de una crisis socioeconómica brutal, responde a necesidades legales, pero también da cuenta de la apuesta del oficialismo por las elecciones 2025, cuando buscará equilibrar fuerzas en el Congreso con postulantes que respondan directamente a la Casa Rosada, a diferencia de lo que sucedió en 2023.
Javier Milei 2023, un fenómeno inesperado
El triunfo de Milei en las elecciones presidenciales tomó por sorpresa a muchos referentes políticos tradicionales que advertían la improvisación del libertario, que no tenía desarrollo territorial ni estructura en las provincias.

El armado nacional estuvo entonces en manos del ahora senador provincial Carlos Kikuchi, que después fue corrido de ese rol por Karina, que lo acusó de haber traicionado al espacio. Sin que Milei tuviera partido propio con reconocimiento nacional, Kikuchi fue el encargado de rastrear sellos que pudieran servir para el armado.

El exoperador contactó a apoderados de todas las provincias y, finalmente, LLA se inscribió ante la Cámara Nacional Electoral con 14 partidos políticos, cuatro de orden nacional y diez de alcance distrital, entre los que se contaron, por ejemplo, el Partido Renovador Federal, Fuerza Republicana (Tucumán), Partido Libertario (La Pampa), Republicanos Unidos (Tierra del Fuego), Ahora Patria (Salta), Ciudadanos por Chubut (Chubut), Arriba Neuquén (Neuquén), Ciudadanos a Gobernar (Chaco) y La Libertad Avanza (La Rioja).

Es sabido que el uso de los sellos electorales ajenos tiene un costo. “El que presta el partido siempre se lleva algo”, dicen los entendidos en ingeniería electoral. Mientras algunos hablan de una suerte de alquiler por cuantiosas sumas en dólares, la contraprestación también incluye lugares privilegiados en las listas. Así, las listas de Milei en 2023 se integraron con aspirantes que eran titulares de partidos políticos reconocidos por la Justicia, que se mezclaron con dirigentes que tienen origen en otros espacios y se enrolaron en las filas libertarias a último momento.

En el caso de Jujuy, por ejemplo, las bancas nacionales de LLA se cubrieron con los senadores Ezequiel Atauche y Vilma Bedia, del Partido Renovador Federal. El titular del sello, Mario Nallar, fue candidato al Parlasur. Bedia fue convocada por la movilización de fiscales que podía generar como pastora evangélica. Esta semana quedó envuelta en un escándalo por el nombramiento de familiares en el Senado. Milei le soltó la mano. El diputado Manuel Quintar, que forma parte del bloque oficialista, tiene origen en el PJ jujeño alineado con Rubén Rivarola.

Un Menem al frente del armado nacional
Ahora, Karina Milei quiere candidatos puros que estén enrolados en LLA desde el principio y respondan de manera vertical al liderazgo de Milei. La avanzada ya empezó a generar ruidos con dirigentes territoriales que ya forman parte del oficialismo en el Congreso y que se verán desplazados como referentes. Karina puso a cargo de esa tarea de armado nacional a Eduardo “Lule” Menem.

El pedido de reconocimiento distrital es el primer paso que deben dar los partidos políticos para, una vez lograda la aprobación de cinco distritos, hacer el mismo pedido en el orden nacional. En los distritos más grandes, el armado de un partido puede requerir hasta cuatro mil afiliaciones. Por eso, se suele comenzar por provincias como Tierra del Fuego, donde se exigen 400 fichas de afiliación.

La sociedad con los Menem está más que consolidada. Pese a los embates en su contra y las operaciones del PRO para reemplazarlo por Cristian Ritondo, el Presidente sostuvo y confirmó a Martín Menem en Diputados. Acompañó a Karina esta semana a Córdoba, el distrito donde Milei obtuvo el 74% de los votos en el ballotage. Su primo, Lule Menem, desembarcó en febrero en la Casa Rosada como subsecretario de Gestión Institucional de la Secretaría General de la Presidencia. Trabaja bajo el ala de la hermana del Presidente y es de su extrema confianza.

Un nuevo Congreso para los proyectos libertarios
A pesar de los intentos de las últimas semanas, está a la vista que Milei detesta la negociación política. La Casa Rosada hará un nuevo intento para ver si la ley ómnibus XS pasa el filtro de la Cámara de Diputados, atada al paquete fiscal que favorecería a los gobernadores. Las conversaciones están en marcha.

El ministro del Interior, Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el asesor Santiago Caputo les dijeron a los diputados de la oposición con los que se reunieron la semana pasada que el traspié de la ley ómnibus fue “un aprendizaje” para el oficialismo, que ahora quiere encarar de manera diferente el diálogo. El final está abierto.

Para el caso de que la negociación parlamentaria no llegue a buen puerto, el Gobierno tiene preparados avances por decreto de necesidad y urgencia – como demostró este viernes por la noche con la nueva fórmula de movilidad jubilatoria-, por resoluciones o, simplemente, por la vía de hecho, como sucedió con el cierre de la agencia Télam, que ni siquiera fue fruto de un acto administrativo. En un hecho inédito, aunque la creación de la agencia fue fruto de una ley, el Gobierno la clausuró con la colocación de vallas policiales.

Para meterle presión al Congreso, el Gobierno pretende llegar a mediados de abril con algún resultado económico que pueda darle crédito en la sociedad. Aspira a mostrar una baja en el índice de inflación y a dar señales de que registra la pérdida del poder adquisitivo en algunos sectores. Pero el IPC de marzo ya se proyecta más alto de lo que el Gobierno soñaba. Para evitar un golpe mayor, el ministro de Economía, Toto Caputo, dio orden de pisar el aumento del 36,6% de los boletos de trenes y colectivos y el tarifazo del gas, previstos para este mes.

Las negociaciones se complicarán a medida que la economía se deteriore. Por eso, el Gobierno sueña con un mejor desempeño electoral en 2025, que pueda darle independencia al oficialismo y evite el trámite de negociación con la oposición.

El PRO y el peronismo, en marcha
Como era de esperarse, Mauricio Macri fue consagrado el martes pasado como nuevo presidente del PRO, después de una negociación tensa con Patricia Bullrich, que quedó a cargo de la Asamblea del partido.

El exmandatario se tomará su tiempo para definir si acepta o no el ofrecimiento de Milei, para que LLA y el PRO armen una alianza y se presenten en un mismo frente electoral en 2025. Algunos dirigentes ya hasta arriesgan posibles nombres para el acuerdo: ¿Juntos por la Libertad?

Lo cierto es que la eventual alianza –y sus condiciones– dependerán de la suerte del gobierno de Milei. Macri sabe que está en una encrucijada, porque el electorado antiperonista del PRO es sostén del Gobierno. Si a Milei le va bien, el libertario se quedará, sin necesidad de intermediarios, con los votos que alguna vez fueron de Macri. El expresidente espera. Apoya el rumbo económico del Gobierno, aunque tiene reparos sobre la construcción política y las formas. Por ahora, se dedicará a reforzar la identidad de su partido.

En tanto, el peronismo dio el viernes el primer paso hacia su nueva etapa, en el Congreso partidario de Ferro. Como contó Letra P, el encuentro fue un hervidero, e incluyó reclamos, pedidos de autocrítica y el planteo sobre la necesidad de celebrar una gran interna partidaria que pueda definir la nueva conducción, Después del pedido de licencia que presentó Alberto Fernández, el PJ quedó en manos de los cinco vicepresidentes, Cristina Álvarez Rodríguez, Axel Kicillof, Juan Manzur, Lucía Corpacci y Analía Rach Quiroga.

Durante el Congreso, Kicillof anunció el armado de una “Mesa de Acción Política para el Modelo Argentino”, cuya integración será definida por el Consejo Nacional del partido. Será plural y amplia y tendrá como objetivo la revinculación de dirigentes que se alejaron de la estructura del PJ durante los tiempos de hegemonía kirchnerista.

En la plana mayor del partido saben que se trata de una tarea de mediano plazo ya que los actores invitados –entre los que se cuentan, por ejemplo, el peronismo cordobés de Martín Llaryora- también esperarán a ver cómo evoluciona el gobierno de Milei para definir su alineamiento político para 2025.

En paralelo al congreso del PJ, Sergio Massa hizo lo propio con el Frente Renovador. El partido renovó autoridades este viernes y consagró como nuevo presidente al diputado santafesino Diego Giuliano. Aunque el peronismo también aspira al retorno de Massa al edificio de la calle Matheu, el excandidato presidencial ratificó que busca reforzar la identidad de su espacio y, eventualmente, sellar un acuerdo con el PJ en 2025, sin resignar lo propio.

con informacion de letra p.

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