Cristina Fernández de Kirchner busca recuperar los "jóvenes para la liberación" que le robaron Milei y Villarruel

POLÍTICA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
f848x477-1364777_1422580_4956

Cristina Kirchner y su marido se hicieron de 22 propiedades durante los años de plomo, en los que estudiantes universitarios terminaban torturados y desaparecidos en muchos casos sin participación alguna en actividades guerrilleras. Al mismo tiempo, en 1976, los Kirchner empezaban su proyecto inmobiliario en el sur, mientras Luis Zamora abría la primera APDH en La Plata esquivando secuestros e intentos de asesinato. La plaza ayer se colmó de jóvenes que respaldan el accionar de los Kirchner, o probablemente, lo ignoran. Javier Milei tenía seis años cuando la dictadura hizo un baño de sangre enfrentada a la guerrilla.

Lograron entonces los Kirchner evitar el contacto con el terror en Santa Cruz, se dedicaron a generar un imperio inmobiliario en una ciudad donde nadie hacía negocios sin la anuencia del interventor y los militares del lugar. Lograron 48 años más tarde evaporar entonces su pasado para dar paso a una militancia inhallable, llena de batallas y anécdotas imposibles de ser corroboradas, con épica triunfalista y militante. Ayer fue el certificado de brillantez de Kirchner para moldear el pasado como la arcilla, persuadiendo más de cien mil personas. Hasta logró que una intendenta se tatúe a Néstor Kirchner en el hombro, como señal de lealtad.

Cristina Kirchner sabe que su proyecto político, tal como ella lo soñaba, está terminado. Será su capacidad de reversión, mutación, adaptación o simplemente acomodo lo que le dé sobrevida a lo que fue el kirchnerismo. Promovió el contexto para que la marcha sea el éxito que fue, donde cerca de cien mil personas se reunieron para esencialmente repudiar la postura de Javier Milei y Victoria Villarruel sobre los setenta y la dictadura militar de 1976. Los jóvenes dieron presente, confirmaron que así como los sedujo Néstor Kirchner en 2004 y los espantó el kirchnerismo en 2015 y 2023, estarán dispuestos a volver si los convocan. 

Para mejor, Javier Milei y Victoria Villarruel provocaron como nunca desde 1983 a la oposición negando el relato militante del kirchnerismo en un video que colaboró con la presencia de los jóvenes en Plaza de Mayo. Si bien la estadística, la historia, la CONADEP y distintas investigaciones históricas asisten al número de desaparecidos que afirman en el Gobierno, debatirlo es el combustible que hoy precisa Kirchner para volver a enamorar a los jóvenes que creyeron en un Néstor Kirchner militante y que se fueron en búsqueda de ideas liberales. 

Los jóvenes y los sectores pobres son hoy el sostén político de Javier Milei. No lo es el PRO, ni los gremios, tampoco la UCR. Los más chicos y los que se empobrecieron con el último peronismo son "el aparato" de Javier Milei. Lo sabe bien Cristina Kirchner, que vio evaporarse el furor adolescente que lloró el velorio de Néstor Kirchner trece años atrás, pero que hoy ve el movimiento justicialista en sepia, corrupto, anquilosado y endogámico. Javier Milei les abrió las puertas de la interacción, el ida y vuelta y la rebeldía, eso que supo tener el kirchnerismo hasta tornarse conservador y lleno de hombres de traje que viajaban en avión privado como en taxi.

La convocatoria fue brillante, Cristina Kirchner habló varias veces ayer con distintos funcionarios de confianza de su Gobierno. Fue monitoreando los que cumplieron, y casi todos se sacaron excelente. Nuevo Encuentro, espacio de Martín Sabbatella, aportó más gente de la esperada, logró reivindicar su figura tras un pésimo desempeño durante la campaña de Sergio Massa. Los chicos no tan chicos de Nuevo Encuentro marcharon desde la ex Esma cantando contra el Gobierno, los militares, Mauricio Macri y la derecha. Todo en una misma estrofa.

El plan de Cristina para volver a tener el voto joven
Cristina Kirchner ordenó al Instituto Patria volver a las bases. Esto es, forzar que las segundas y terceras líneas vuelvan a militar los barrios, ahí donde Javier Milei tuvo un formidable desempeño con un presupuesto raquítico, sin territorialidad, sin reimpresión de boletas ni concejales propios. Por ejemplo, en San Fernando y en Morón, el balotaje terminó casi empatado, a favor de Sergio Massa por medio punto. Es la cuna de Martín Sabbatella y le valió el freezer correspondiente por parte de los cristinistas que ven fantasmas donde no los hay, y rara vez perciben lo que se ve de lejos. Aún más, en el total del conurbano, Javier Milei quedó con 49.26% de los votos, es decir, el bastión de Cristina Kirchner optó por el economista y no por el aparato infranqueable del PJ. 

La parafernalia de los más chicos ayer estuvo toda y desde temprano. Pecheras, bombos, cánticos anti Milei, marihuana a las diez de la mañana con cerveza en lata o gaseosa para maridar, los micros rebalsaban de chicos festejando. Cristina lo hizo de nuevo, logró desaparecer a Alberto Fernández y Sergio Massa, reavivó el rencor para lo que no sea cristinismo con la dosis justa de manipulación histórica de datos y responsabilidades del PJ, único promotor de la violencia de los setenta que desembocó en el cruel golpe de estado.

El Gobierno acudió a sus jóvenes, siempre dispuestos a militar esencialmente en redes sociales, donde nació y se gestó la gesta libertaria. "Nos vemos en la calle online", definen los que pertenecen. Allí Agustín Romo, legislador bonaerense y al mando de la campaña digital de Javier Milei, subió información y opinión para bajar línea a los militantes más jóvenes. Llegó incluso a intercambiar mensajes con Jorge Rial, devenido en un portavoz de menor envergadura del kirchnerismo tardío. Tras su militancia leal a Mauricio Macri y un paso fugaz por Florencio Randazzo, el conductor de chimentos buscó ayer demonizar a Romo, al Gobierno y todo lo que no fuera cristinista. Sin éxito.

Los jóvenes entonces quedaron huérfanos de política tras la promiscua muestra de corrupción de buena parte del kirchnerismo. La austeridad y formación académica de Javier Milei, sumado a una vestimenta particular y expresiones vulgares y violentas en muchos casos. Los más chicos siguieron como nunca antes a un líder sin experiencia ni deseo de protagonismo. Así entonces vio el kirchnerismo una hemorragia que nunca cesó, que empezó en 2021 y no se sabe cuándo va a terminar, pero que ayer tal vez logró un torniquete para que se vayan menos, y capaz, alguno vuelva. 

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto