De Loredo le apunta al Ministro de Seguridad de Llaryora

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El diputado nacional y referente de la UCR cordobesa, Rodrigo de Loredo, puso primera en su incursión en territorio con el fin de ejercitar músculo de su liderazgo interno y movilizar al aparato partidario. Desde su círculo íntimo ya fogonean “De Loredo 2027”, adelantando un mano a mano con el peronismo para disputar el poder de la provincia. “Faltan tres años”, se ataja el círculo chico del legislador nacional, pero esa es la meta en el horizonte político.

De Loredo desplegó su agenda en territorio con una hoja de ruta definida de acá a fin de año. El diputado relegará las cámaras porteñas para bajar al barro territorial de la política doméstica, tras hacerse del comando partidario que será encabezado por el intendente Marcos Ferrer.

En medio de la tumultuosa interna radical, incluso en plena fase de su judicialización, De Loredo logró sellar el acuerdo de una lista de unidad con el frente opositor de Ramón Mestre y sus aliados. En ese proceso caótico, el deloredismo marginó al prunottismo y lo dejó fuera de la contienda pero, también y lo más importante, de alguna cuota de poder interno.

Con el objetivo cumplido de ejercer el poder formal de la botonera de comando de la UCR de Córdoba, De Loredo dio el paso siguiente: bajar a territorio para exhibir liderazgo ante la tropa y tomar contacto con las bases y las fuerzas vivas de las regiones que visitará de acá a fin de año. En esa agenda que desplegará en el interior también ajustará los cañones contra el gobierno peronista de Martín Llaryora.

Fue una semana compleja para el peronismo. La detención del subjefe de la Policía, Alejandro Mercado, acusado –por ahora– de encubrimiento en una causa de corrupción, produjo un cimbronazo en la cúpula del poder llaryorista. Aunque, el caso promete sumar nuevos capítulos con las declaraciones del fiscal de Delitos Complejos Enrique Gavier.

“El subjefe apañaba y se beneficiaba de las actividades ilícitas”, afirmó a la prensa el fiscal Gavier, quien ordenó la detención de Mercado, del comisario Cristian Norberto Cabrera y de la subcomisaria Verónica Aguilar, en el marco de la causa de asociación ilícita que tiene en la mira a la familia Monge, dedicada a negocios de elementos robados, entre los cuales hay teléfonos y neumáticos. No fue el único golpe, la situación de Guillermo Kraisman, eyectado de la gestión municipal, también puso muy incómodo al PJ.

Con la nueva cúpula policial designada por el gobierno de Llaryora en el ojo de la tormenta, las espadas parlamentarias de De Loredo –por caso Matías Gvozdenovich y Alejandra Ferrero– y sus aliados correligionarios con bancas en la Unicameral, dispararon munición pesada en la última sesión del cuerpo legislativo.

Los halcones y los más dialoguistas entre los radicales se abroquelaron en el reclamo al gobernador pidiendo el descabezamiento de las cúpulas, policial (“severamente corrompida”, en dichos de Carlos Briner, Ferrero y Gvozdenovich), y ministerial de Seguridad, a cargo de Quinteros.

Endurecimiento
La estocada final de la avanzada radical, compartida con sus aliados del Frente Cívico en Juntos por el Cambio, llegó con el pronunciamiento de De Loredo desde el norte cordobés. “Llaryora debería pedirle la renuncia a Quinteros”, aseveró el diputado nacional a Perfil Córdoba. De este modo, el referente boina blanca robusteció la demanda opositora en una jugada coordinada con su brazo parlamentario en la Legislatura. En su acometida contra el poder llaryorista, desde Cruz del Eje, desplegó su crítica contra el responsable político del Gobierno de conducir las fuerzas policiales.

“La improvisación del ministro de Seguridad es preocupante. En tan sólo seis meses, su pésima gestión ha dejado en evidencia la falta de planificación y capacidad para enfrentar el delito en la provincia”, cuestionó De Loredo. “Están presos el jefe del Servicio Penitenciario, el subjefe de la Policía, el director de Defensa Civil, los índices delictivos que aumentan en todos sus niveles. Parece que para Quinteros la seguridad de Córdoba es un experimento”, fustigó el opositor de la UCR, flanqueado por Ferrer.

En su ofensiva, el diputado no escatimó en derrochar municiones al salir al cruce del “cordobersismo”, un tiro que apuntó bien arriba de la estructura de poder del PJ. En ese plano, reforzó la crítica por los “parches mal aplicados que sólo agravan la situación” de inseguridad en la provincia.

“Lo que vendieron como un plan integral de seguridad se convirtió en una gestión errática y desarticulada, donde la delincuencia avanza y el ministro solo se dedica a apagar incendios”, refrendó De Loredo en línea con los radicales en la Unicameral que no se guardaron nada al calificar de “un fracaso” a la nueva ley de seguridad pública, el caballito de batalla de la gestión llaryorista.

Los pies en el barro
En su desembarco en Cruz del Eje, De Loredo activó su agenda de trabajo por el interior provincial con dos objetivos. Por un lado, desarrollar un mapeo en conjunto con las bases y las fuerzas vivas acerca de las problemáticas locales para delinear un programa de “soluciones concretas” para cada región y así marcarle la cancha al PJ en su “inacción” de gobierno.

En paralelo, el diputado y su espada en el Comité Provincia de la UCR, mostrarán liderazgo a la tropa en cada territorio que recorran de acá a fin de año. “Nuestro objetivo es desarrollar propuestas concretas que aprovechen al máximo el enorme potencial de la provincia”, se le escuchó decir a De Loredo a su paso por el noroeste cordobés, al tiempo que habló de “dar un salto cualitativo hacia un futuro superador al atraso que dejan 25 años de peronismo”.

Los lugartenientes del referente radical ya fogonean la idea de que De Loredo será el candidato en 2027. No hay ningún lanzamiento de campaña a la vista, afirmaron desde su entorno debido a que “falta mucho para eso”, de acá a tres años. No obstante, Ferrer, Gvozdenovich y dirigentes de Cruz del Eje abonaron el terreno en ese sentido con sus expresiones en el cónclave del viernes pasado.

A De Loredo no se le escuchó hablar de su meta política. Sólo centró su mensaje motivador en construir “una plataforma de ideas”. La próxima parada del binomio de poder del radicalismo será Marcos Juárez, zona de incumbencia política del jefe de la bancada UCR en la Unicameral, en donde se exhibirá otra dosis del vapuleo radical al gobierno peronista.

 Con información de Perfil, sobre una nota de Rodrigo Miranda

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