Cambios en Salud: Javier Milei reemplazó al ministro formal por el que operaba desde las sombras

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Hay cambios que no cambian mucho. La salida de Mario Russo del Ministerio de Salud probablemente sea una de ellas. No por una cuestión de capacidades del médico cardiólogo que juró el 10 de diciembre y mantuvo siempre un buen vínculo con Javier Milei, sino porque desde el minuto cero esa cartera estuvo atravesada por internas y dificultades a la hora de develar dónde estaba el verdadero poder.

La figura de Mario Lugones está vinculada al área de Salud desde la génesis del gobierno libertario. Incluso estuvo en la danza de nombres que podían llegar a ser designados como ministros por Milei. Eso finalmente no ocurrió, pero igual la imagen de Lugones quedó siempre pululando, al punto tal de que muchos lo consideraban un ministro en las sombras.


Este jueves eso finalmente cambió. O no cambió tanto, solo quedó expuesto. Mario Russo decidió dar un paso al costado y Milei nombró en su reemplazo a Lugones. En un principio se hablaba de que el ministro había sido echado, pero desde la Casa Rosada salieron rápidamente a aclarar que se iba "por cuestiones personales" y que el viernes presentaría su renuncia. Todo se aceleró y decidieron comunicar oficialmente su salida y al reemplazo a las 23 de un jueves, para así evitar todo tipo de especulaciones.

Es que desde hace varias semanas, para algunos meses, la situación de Russo en el ministerio venía tironeada. Ya no solo por Mario Lugones, sino hay quienes apuntan a Santiago Caputo, el asesor presidencial que amplía sus tentáculos y llega a presionar en gran parte del gabinete. Es vox populi también, por ejemplo, su enfrentamiento con Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano. Ella, por ahora, sigue firme en el cargo porque tiene vía directa con Milei, pero el desgaste también se siente.


Los "motivos estrictamente personales" a los que aludió Russo en el comunicado de renuncia de Salud no son otra cosa que "desgaste". "Influyó que había miradas distintas sobre la gestión y eso generó desgaste", cuenta un funcionario en reserva. Al indagar entre personas con acceso a ese ministerio la respuesta es clara: "Había demasiados asesores".

Asesores, en este caso, debe ser leído como "interventores" o "delegados". Funcionarios designados sin la venia del ministro pero con poder decisión (o entorpecimiento) a la gestión. Justo el mismo jueves 26, horas antes de renunciar, Russo había firmado dos expedientes administrativos en los que definía "limitar las funciones" de la secretaria de Gestión Administrativa, María Cecilia Loccisano, y de la directora General de Administración, Sabrina Fittipaldi.

Cerca de Russo destacaron que la relación con Milei quedó en muy buenos términos y que agradece el trabajo realizado con él, con Karina Milei y con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Son las tres personas mencionadas en el comunicado de Salud. En el texto que difundió la Oficina del Presidente, por otra parte, Milei le agradece por "su trabajo, compromiso y dedicación", mensaje que no existió en salidas más traumáticas como la del fugaz jefe de Gabinete Nicolás Posse. 

Distinta es la situación de Russo con Santiago Caputo, con quien mantuvo fuertes discusiones a lo largo de estos casi diez meses de gestión. "Las diferencias fueron zanjadas como caballeros", dicen ahora quienes los conocen o, en todo caso, buscan evitar que el recambio tenga interpretaciones de crisis política.

Lo cierto es que ahora Caputo retoma mayores niveles de influencia sobre Salud a través del hijo del nuevo ministro, Rodrigo Lugones, con quien tiene una relación de amistad y también era un secreto a voces en las filas libertarias su influencia en temas y negociaciones vinculadas al sector. Durante toda la crisis con las empresas de medicina prepaga, por ejemplo, se llegó a mencionar a Lugones hijo como uno de los que suspendió las charlas con las compañías.

Ahora, Mario Lugones, vinculado a figuras de peso como Enrique "Coti" Nosiglia y Luis Barrionuevo, deberá hacerse cargo de una cartera que tendrá desafíos por delante, como el manejo de un esperado nuevo brote de dengue. Sin embargo, uno de los temas que será seguido con atención por los expertos es el vínculo con las prepagas y con las obras sociales sindicales, justo en una semana donde quedó expuesta la negociación entre el Gobierno y la CGT para, supuestamente, tener paz social. Lo que quedó en una nebulosa es el proyecto de reforma sindical, aunque desde hace meses (después del último paro general) conocedores del sistema hablan de un acuerdo con los gremios vinculado al financiamiento de las obras sociales.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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