El caso del “psicópata de Chalchuapa”, el expolicía que convirtió el patio de su casa en una fosa de cadáveres
INTERNACIONALESG24NUn caso macabro, ocurrido el 7 de mayo de 2021 en la ciudad de Chalchuapa, en El Salvador, fue noticia en todo el mundo por sus estremecedores detalles. La Policía había llegado esa noche a la casa de un exagente de 51 años, Hugo Ernesto Osorio Chávez, por un aviso de los vecinos que habían escuchado gritos.
Una vez que entraron a la casa, dieron cuenta del horror: en el living estaban los cuerpos de dos mujeres y un joven que habían sido asesinados. Minutos después, ocurrió un hallazgo aún más espeluznante. El dueño de la propiedad tenía una fosa repleta de cadáveres en el patio.
La casa número 11
Osorio Chávez nació el 6 de febrero de 1970 en la ciudad de Chalchuapa, en El Salvador. Se graduó como policía y empezó su servicio en la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP). Sin embargo, su carrera llegó a su fin al poco tiempo al ser denunciado y destituido de su cargo por dos delitos, estafa y abuso de menores. De esta manera, un tribunal lo declaró culpable en mayo de 2005 y lo condenó a cinco años de cárcel.
Una vez que cumplió su sentencia, el expolicía se instaló en la casa número 11 del pasaje Estévez, en el barrio Colonia Las Flores. Los vecinos contaron después que nunca tuvieron mucha relación con el hombre, aunque remarcaron que había algo que los hacía desconfiar.
Días antes del estremecedor hallazgo, Osorio Chávez le hizo una propuesta a Alexis Palomo Lima, un joven estudiante de medicina que buscaba cruzar a Estados Unidos de manera ilegal y poder acceder a una vida con mejores condiciones. El exagente le explicó al chico de 24 años que él tenía un hermano que hacía pasar la frontera a las personas a cambio de 7000 dólares.
La familia Palomo Lima vio en este plan una gran oportunidad para su hijo, pero no contaba con el dinero suficiente para pagarlo. Por este motivo, decidieron hipotecar una casa que tenían para reunir la suma y así enviarlo a un futuro prometedor.
El 7 de mayo, el joven viajó hasta la casa de Osorio Chávez para encontrarse con el hermano de él y así cumplir con la otra parte del acuerdo, pero todo era un engaño. Luego de ello, el hombre llamó a la casa de la familia y le dijo a la mamá del chico que “nunca había llegado, que algo había salido mal y que probablemente lo habían secuestrado”.
Llena de preocupación, Mirna Cruz Lima (57) salió en dirección a la casa 11 del pasaje Estévez con la esperanza de dar con el paradero de su hijo. Pero nunca volvió.
A las pocas horas, su hija mayor, Jacquelinne Palomo Lima (26), alertó esta situación y decidió acudir a la casa del expolicía para averiguar lo que había sucedido con su mamá y su hermano. Al llegar, Osorio Chávez la recibió e intentó agredirla, pero ella logró escapar y gritar por las calles del pasaje.
Sin embargo, el escape de la chica solo duró unos instantes, ya que el atacante le pegó con un palo en la cabeza y la arrastró hasta su casa.
Un cementerio clandestino
Los vecinos llamaron a la Policía por los gritos que se habían escuchado, aunque nadie había visto nada concreto porque era de noche y no era una zona muy iluminada. Sin embargo, uno de los hombres que vivía en la misma calle acompañó a los agentes a la casa número 11.
En ese lugar encontraron los cadáveres de Alexis, Mirna y Jacquelinne en el living. Estaban llenos de sangre y con múltiples golpes. Sin embargo, al revisar un poco más, los policías descubrieron que había dos cuerpos más, aunque alertaron que una de las personas seguía con vida.
Ese hombre era Osorio Gálvez, quien se había cortado las venas y se acostó encima de su hermano para simular que también estaba muerto. Pero las autoridades se dieron cuenta de que todavía respiraba y pensaron que era una víctima más.
A pesar de ello, él confesó los crímenes y dio un detalle que resultó escalofriante: esos cuerpos no eran los únicos que estaban en su casa.
En el patio trasero había una fosa que acumulaba una decena de cuerpos. Durante 60 días, el forense de la Fiscalía General de la República (FGR), Israel Ticas, estuvo a cargo de la excavación en la zona.
“Estamos frente a un psicópata que su fin no era desaparecer, era satisfacer sus apetitos sexuales y luego, según él, borrar las evidencias”, dijo ante la prensa el ministro de Seguridad de El Salvador, Héctor Gustavo Villatoro Funes.
La información oficial indica que encontraron 14 cadáveres en total, pero fuentes cercanas a la investigación afirmaron en su momento que había mucho más: una cifra aproximada de 50. Esto nunca fue confirmado por la Fiscalía e incluso el criminalista Ticas fue sancionado por revelar datos de las pericias.
Durante su declaración, Osorio Gálvez señaló a nueve personas como sus presuntos cómplices en los asesinatos, las cuales fueron detenidas y acusadas de coautores de 13 homicidios. Sin embargo, la Justicia los absolvió por falta de pruebas.
El 10 de junio de 2022, Osorio Chávez, más tarde apodado por la prensa como “el psicópata de Chalchuapa”, fue condenado a 70 años de prisión por el doble femicidio de Mirna Cruz Lima y Jacquelinne Palomo Lima.
Si bien aún no recibió una sentencia por el resto de los crímenes, el 11 de noviembre de ese mismo año recibió una pena de 18 años más de cárcel, en una causa paralela por haber agredido sexualmente a una menor con discapacidad en 2019.
Fuente: TN