Duelo nacional en Venezuela el día después de la usurpación de Maduro

INTERNACIONALES Daniel Lozano*
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El día después de la coronación fraudulenta de Nicolás Maduro, presidente de facto y del terror, los venezolanos de dentro y de fuera vivieron lo que en su tierra llaman "ratón" (resaca), pero de carácter existencial. Algo parecido a un estado de desolación, de duelo nacional, tras el golpe de Estado al mejor estilo revolucionario.

Las fuerzas militares y policiales, incluidas las fuerzas especiales, se han mantenido en las calles este sábado en tono amenazante. Las fronteras también siguen cerradas, pese a la timorata molestia colombiana; el espacio aéreo vigilado de forma estricta, tras la demostración de músculo guerrero con la activación del sistema de misiles llevada a cabo este viernes; Internet, TikTok y Telegram bloqueados durante varias horas y los intelectuales orgánicos, aquellos que tanto gustaban a los dictadores Francisco Franco y Fidel Castro, empeñados en desparramar sus discursos "democráticos" en la pantomima chavista de los llamados congresos antifascistas.

"Hemos derrotado al estigma de la traición, no ha habido ni habrá traición al pueblo", se congratuló Maduro junto a los otros dictadores de América Latina. Los militares decidieron mantenerse al lado del poder y de la corrupción bolivariana y desoír las órdenes de su verdadero comandante en jefe, Edmundo González Urrutia, quien, si se hubiera respetado a la soberanía popular, sería hoy el inquilino del Palacio de Miraflores. El tantas veces prometido aterrizaje en Caracas no se llevó a cabo, imposible sin la connivencia de militares democráticos desde el interior de Venezuela.

Los mensajes de ánimo del pueblo abatido no surgieron con facilidad, pesaban tanto como Maduro y su mensaje "indestructible", como aquella salsa de Ray Barretto que tanto gusta al hijo de Chávez y que tantas veces baila con su torpeza habitual. "Hay decepción, derrotismo y resignación, es como un duelo generalizado. El estado de ánimo nacional va a depender mucho de los próximos anuncios de María Corina Machado. En mi opinión, hay que avanzar a una articulación mayor, con lógica de resistencia clandestina", explica a EL MUNDO Rafael Uzcátegui, director del Laboratorio de Paz.

Los últimos mensajes de la líder opositora y de González apenas pudieron anestesiar el sentimiento de luto que acompaña a los venezolanos. Machado, quien sufrió un secuestro exprés, fue golpeada y su motorista herido de bala, dio un paso más allá para anunciar que "es hora de hacer lo que sea necesario para restituir la Constitución".

Desde el exterior, se multiplicó el repudio contra la usurpación del poder culminada por Maduro, pero los hubo frontales, como el ex presidente Álvaro Uribe, viejo enemigo del chavismo, quien instó a Edmundo González para que convoque a la comunidad internacional, "especialmente" a los países del sistema interamericano, "para que adelanten una intervención humanitaria en Venezuela que permita la protección de los derechos humanos y el restablecimiento del orden democrático".

Uribe también exigió a la Corte Penal Internacional (CPI), que procesa a Maduro, jerarcas y generales por crímenes de lesa humanidad, que acelere la orden de arresto contra el hijo de Chávez y que se aumente la recompensa contra el dictador venezolano. Washington elevó a 25 millones el precio de la cabeza del presidente de facto, el mismo que ofreció contra Osama Bin Laden tras los atentados de las Torres Gemelas. Una recompensa que fue rechazada este sábado por las Fuerzas Armadas venezolanas a través de un comunicado.

Machado, por su parte, ha agradecido este sábado a Donald Trump su "apoyo inquebrantable a la lucha de Venezuela", a escasos días de su toma de posesión.

"La gente se siente muy golpeada por dos razones. Todo el mundo sabía que Maduro iba a tomar posesión, pero el hecho de verlo siempre golpea. Eso sí, dando sensación de extrema debilidad, ni siquiera hubo balcón del pueblo. Fue un acto forzado a sabiendas de que es en contra de la ley y de la voluntad popular. A Daniel Ortega [dictador de Nicaragua[ y a Mel Zelaya [marido de la presidenta hondureña] los fueron a buscar con aviones venezolanos para que estuvieran presentes. Y el silencio de la calle, ni siquiera salieron los obligados. Absolutamente irregular pero un golpe para todos. Pero a la vez, Edmundo prometió que iba a estar en Venezuela y no fue así. La gente esperaba que de alguna manera estuviera en Venezuela", ahonda el analista político Jesús Castellanos.

*Para El Mundo

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