Argentina solucionó el problema Claver Carone, el único que había con Donad Trump

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A casi una semana de la asunción de Donald Trump nuevamente como presidente de los Estados Unidos, el único (y serio) problema que quedaba abierto, parece haberse solucionado. El gobierno argentino entabló diálogo directo con el próximo hombre fuerte que Trump nombró para que le maneje las relaciones con América Latina, el cubano norteamericano Mauricio Claver Carone, persona que estaba en abierto conflicto con un integrante importante de los colaboradores de Javier Milei: el jefe de gabinete Guillermo Francos.


Este era embajador argentino ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cuando el trumpista era presidente de la entidad y fue eyectado por un conflicto personal. Claver Carone siempre señaló a Francos como el culpable de la investigación interna que derivó en su salida. Posición que luego derivó en declaraciones algo críticas de la relación entre Milei y el próximo jefe de Estado norteamericano. 


El Gobierno logró remontar el conflicto y definir los problemas como “aclarados”, bajo el argumento que Claver Carone “entendió” que la asonada interna del BID no fue comandada por Francos, sino por el personal técnico de la entidad “que nunca le perdonó haber violentado la tradición de no dejar que un latinoamericano dirigiera la entidad y no un norteamericano”.

La persona que habría desmantelado el conflicto fue Santiago Montoya. El ex recaudador de la provincia de Buenos Aires, candidato permanente a la AFIP (hoy ARCA), logró una especie de segunda vía, y hoy trabaja desde hace años como puente entre América Latina y algunos negocios de la familia Trump, en su rol de consejero y consultor a nivel continental.


Desde ese lugar entabló muy buena relación con el entorno del próximo presidente de los Estados Unidos, y desde ese lugar se ocupó personalmente de establecer una nueva relación con Claver Carone y entablar un camino de diálogo que, según las partes, ahora se transformó en autopista.

Montoya tiene también una excelente relación con Milei, lo acompañó en su gira de febrero del 2024 y se convirtió desde la victoria de Trump en un hombre de relación directa con el proceso de transición y llegada del republicano a la Casa Blanca. Desde ese lugar es que habría logrado terminar con el conflicto Claver Carone. 

La jugada de Alberto
Los problemas con Claver Carone en el BID comenzaron con la llegada de Alberto Fernández al poder. El entonces presidente argentino le había pedido a los países participantes de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, realizada entre el 6 y el 10 de junio del 2022, que vetaran la presencia del norteamericano al frente del BID, y que esa silla pasase a ser ocupada por un latinoamericano, según la tradición de la entidad.

Ese pedido del argentino no tuvo eco en sus pares de la región, y Claver Carone permaneció al frente de la entidad. Y en ese tiempo no sólo se fortaleció, sino que además pasó a la acción. El hombre designado por Donald Trump trabó desde la embestida de Alberto Fernández todas las líneas activas de la entidad con Argentina, frenando créditos por unos US$800 millones, ya activados con el país.

Desde el primer momento de su asunción como presidente del BID, Claver Carone, conociendo la realidad con la que llegó a dirigir el BID, pidió especialmente en reuniones privadas con economistas argentinos que integran la entidad, y que forman parte de sus cuadros técnicos más altos y calificados, que continúen en sus cargos pese a la embestida del Gobierno nacional.

En ese encuentro les dijo que contaba con ellos, que la idea era profundizar la ayuda sobre la base del trabajo que ellos habían hecho hasta el momento y que debían profundizar. Y, especialmente para el caso argentino, prometió apoyo para nuevos créditos y respaldo para las negociaciones con el FMI que derivaron en el Facilidades Extendidas vigente.

Diplomático, Claver Carone, incluso, ponderó cada vez que pudo el proceso de reestructuración de deuda que comandó Martín Guzmán en agosto de 2020, y pronosticó futuros positivos para el país, pese a su crisis crónica. Claver Carone había llegado al BID disputando el cargo con el argentino Gustavo Béliz.

Fue en septiembre de 2020, cuando el 12 de aquel mes la elección quedó en manos del norteamericano, luego de haber obtenido 30 votos a favor, contra potenciales 16 del argentino. En realidad, el acto nunca se llegó a concretar, ya que, al no poder vencer, Béliz retiró su candidatura.

Claver Carone, hasta ese día asesor sobre Latinoamérica de Trump, lanzó un muy diplomático comunicado, afirmando: "Quiero agradecer a todos nuestros socios en la región por mantener la integridad de este proceso electoral y por compartir nuestra visión común de un BID más fuerte y con una mayor capacidad de respuesta. Esta victoria es para Latinoamérica y el Caribe". Llegó a la votación como único candidato y consiguió el 66,8% de los votos de los 48 gobernadores presentes en la elección virtual.

Tropiezo y empoderamiento
Al asumir Sergio Massa el Ministerio de Economía en agosto de 2022, el problema se solucionó. Sin embargo, avanzaba otro conflicto. El que había creado una investigación interna avalada por varios países del directorio, entre ellos Argentina, representada por Francos. El 22 de septiembre de 2022, la Asamblea de gobernadores del banco decidió despedir a Claver Carone por mantener una relación amorosa con una subordinada, Jessica Bedoya, a la que benefició económicamente y la nombró jefa de área.

El argumento de su eyección fue que las normas del BID prohíben las relaciones íntimas de personal superior con dependientes directos. La investigación determinó además que incluso, Claver Carone aumentó el salario de la empleada en numerosas ocasiones. En reunión de urgencia, los gobernadores de la Asamblea (citados por Francos) votaron casi por unanimidad a favor de la destitución de Claver Carone.

Nada más se supone del cubano-norteamericano, hasta agosto de este año, cuando fue consultado sobre las posibilidades que un eventual gobierno de Donald Trump ayude a la Argentina. Sin metáforas, dijo que "la política de ganar tiempo pensando que con Trump va a conseguir más dinero del Fondo es una ilusión, es ilógica y va a llevar al fracaso. Porque primero no funciona de esa manera. Y segundo, Milei y Trump todavía no tienen relación".

Y completó: "Milei y Trump tienen un conocimiento y un respeto mutuo, pero no hay una relación de confianza como la que tenía Macri con Trump. Es muy diferente. Y hay otro problema que yo viví con (el expresidente de Brasil, Jair) Bolsonaro. Aunque haya respeto mutuo, es difícil crear la relación porque no se entienden. Porque ni Bolsonaro ni Milei hablan inglés. Así que va a tardar más tiempo aún crear esa confianza y esa relación".

Nuevos tiempos
Habrá que ver que impronta le queda a Claver Carone en una eventual próxima presidencia de Donald Trump. Pero más importante es conocer si en realidad el republicano piensa o no como su exasesor; o si se trató simplemente de un exabrupto fruto de un resentido.

El problema que así sea es que Claver Carone será el encargado de negociar con la Argentina el posible avance en acuerdos de comercio bilaterales. Especialmente el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), una alternativa más rápida y realista que el tratado de libre comercio con Estados Unidos que estuvo promocionando Javier Milei en los últimos días, y que ameritaría antes la salida institucional del país del Mercosur, tratado que prohíbe explícitamente este tipo de movimientos comerciales.

Técnicamente se trata del acceso preferencial no recíproco al mercado comunitario de productos originarios en países y territorios en desarrollo a través de la exoneración total o parcial de los derechos arancelarios. Argentina estuvo en este selecto grupo entre el 2002 y el 2012; gracias a la gestión que había realizado Martín Redrado en su rol de secretario de Comercio Exterior de la Nación durante la presidencia de Eduardo Duhalde primero, y la gestión de Néstor Kirchner después. En este caso, con Rafael Bielsa de canciller.

El economista había conseguido que como ayuda de los Estados Unidos para que el país pudiera salir de la crisis y no tener desvíos ideológicos con otros ayudantes como Hugo Chávez, cosa que ocurrió después, poder acceder a mercados preferenciales dentro del sistema SGP.

El gobierno de George W. Bush en ese entonces aceptó la propuesta, que duró con buenos resultados para el país hasta que en 2012 Barack Obama la suspendió, como consecuencia de las actitudes poco amistosas con Estados Unidos por parte del kirchnerismo. El SGP se reabrió, en parte, con Mauricio Macri en la gestión, pero sin mucho fanatismo por parte de la administración Trump.

Sólo hubo algún buen negocio que se pudo realizar con la exportación de limones, pero a cambio de la apertura del mercado siderúrgico local. Finalmente, la llegada de Alberto Fernández inmediatamente suspendió el régimen y Argentina quedó penando fuera del sistema generalizado de preferencias. 

Para muchos, la llegada de Trump implica que es el momento de volver a firmar un acuerdo de este nivel. Se trata de una herramienta que facilita las exportaciones, porque, con el SGP y si se cumplen las condiciones, el importador puede pagar menos impuestos.

Para obtener el beneficio es necesario que el producto conste en las listas de mercaderías con derechos a SGP, divulgadas y actualizadas periódicamente por los otorgantes; sea originario del país exportador beneficiario y sea transportado directamente del país exportador beneficiario al país otorgante importador.

Son considerados originarios los productos enteramente producidos en el país. Sin embargo, pueden ser utilizados materiales o partes importadas o de origen indeterminado en la composición del producto a ser exportado, desde que sean cumplidas las Reglas de Origen establecidas por los países otorgantes.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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