Elecciones en Santa Fe: "Una señal de comportamiento social"

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El despertar del año electoral dejó señales indicativas del clima general de la sociedad, apenas un año y medio después del tortuoso proceso de 2023. En las constituyentes de Santa Fe hubo un claro ganador que fue el gobernador Maximiliano Pullaro, quien logró mantener anudada la coalición que lo llevó al poder hace dos años, se impuso en 343 de las 346 localidades y le sacó 20 puntos a toda la oposición.

Sin embargo, el 34,61% que consiguió estuvo lejos de lo que esperaba en la previa. Implicó una pérdida de más de la mitad de los votos que obtuvo hace dos años. Si a eso se suma que la participación fue del 55% y que hubo 5% en blanco y 5% impugnados, la cuenta da que el mandatario radical en realidad contó con el apoyo del 17% del padrón electoral.

Esto no es sólo un problema para Pullaro. Es sobre todo una señal de comportamiento social, porque está marcando que se profundizó el nivel de apatía y dispersión de los últimos años. Hay una parte de la disputa electoral que ya no es entre candidatos o partidos, sino entre los que tienen interés en la representación democrática y los que entienden que no tiene sentido ir a votar.

Este es hoy el problema más profundo del sistema político argentino, eclipsado por la centralidad exuberante que ejerce Milei, que en el fondo es un presidente políticamente débil, en un contexto de oposiciones atomizadas y desarticuladas. La gran protagonista de la elección de 2023 fue una sociedad hastiada que decidió dar una vuelta de página histórica; Milei fue la consecuencia natural de ese proceso.

Santa Fe también demostró los enormes problemas internos del peronismo, que podría haber sido más competitivo si se unía en vez de ir en tres listas, y las deficiencias de La Libertad Avanza cuando no está Milei en la boleta. Hubo señales preocupantes para el oficialismo en esa elección, no sólo por salir terceros, sino porque quedaron en evidencia dos diseños paralelos.

 

La dominante fue la liderada por los Menem y Karina Milei bajo el principio de tener representantes propios en todos los distritos, aunque tengan pocas chances. La alternativa es enarbolada por Santiago Caputo, quien sostenía que había que ser estratégico y sólo disputar en los lugares con posibilidades, preservando el vínculo con los gobernadores dialoguistas.

Por eso siempre mantuvo una línea abierta con Pullaro, a través de un consultor muy conocido en el ambiente. Algunos detallistas marcaban el contraste que hubo entre la austera campaña del libertario Nicolás Mayoraz y la mucho más visible de Amalia Granata, quien quedó a menos de dos puntos del diputado. “Granata tuvo cinco veces más propaganda digital que Mayoraz. El aparato comunicacional oficial estuvo de su lado”, comentó una fuente conspirativa que recordó que la exmodelo cuenta en sus campañas con asesoramiento de la consultora Move, de Santiago Caputo y sus socios, a través de Federico Falco.

Con información de La Nación, sobre una nota de Jorge Liotti

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