¿Cuándo comienza la vida humana?

La vida humana comienza al fusionarse el espermatozoide y el óvulo, es decir, al producirse la concepción, cuyo resultado es el óvulo fertilizado, conocido como cigoto

CIENCIA Juan Alimena*
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Una de las más grandes cuestiones que aquejó a la sociedad argentina en los últimos años fue, sin lugar a dudas, la del aborto, cuya discusión está basada en torno a varios ejes, como su efectividad para ayudar a las mujeres, si las afecta psicológicamente y cómo se ha tratado en otros países, pero el foco principal de este debate se encuentra de manera más que clara en definir en qué momento comienza la vida humana.

 

Luego de meses de intensa lectura, creo que al menos a día de hoy, la respuesta a la última cuestión mencionada en el anterior párrafo ya ha sido respondida por la ciencia. A continuación, presentaré los argumentos para respaldar esta afirmación:

La vida humana comienza al fusionarse el espermatozoide y el óvulo, es decir, al producirse la concepción, cuyo resultado es el óvulo fertilizado, conocido como cigoto, una gran célula diploide, que es un organismo cuyo ADN es totalmente distinto al de sus progenitores y que está completo, mas no desplegado (ya que se va “revelando” de a poco). En adición a esto, a diferencia de los gametos masculinos y femeninos que poseen 23 cromosomas cada uno, el cigoto posee 46.

 

En línea con lo antedicho, me parece pertinente desmentir la falacia abortista de que “el cigoto/embrión/feto es lo mismo que un esperma o un óvulo, solo son células”.

Omitiendo la ya trillada pero correcta respuesta de que todos los seres vivos somos conjuntos de células, veamos qué tan correcto es afirmar que los espermas y óvulos son iguales que el nuevo ser humano.

 

Por su parte, el niño por nacer en su etapa de cigoto, que en un principio es una única célula totipotencial (es decir, que posee la capacidad de seguir desarrollándose hasta la última etapa de vida extrauterina) tiene una dirección de su crecimiento que no está determinada extrínsecamente (es decir, por ningún factor externo), sino que lo está de acuerdo a la información genética que contiene, lo cual es un claro indicador de que este organismo es una forma de vida independiente, mientras que el esperma y el óvulo son identificables funcional y genéticamente como partes de los padres masculinos o femeninos debido a que cada uno tiene solo la mitad del material genético necesario para guiar el desarrollo de un nuevo ser humano hacia la madurez, por lo que están destinados a combinarse para generar un organismo nuevo y distinto o simplemente morir.

 

En pocas palabras, la diferencia entre los gametos humanos y un cigoto es una diferencia de tipo, no una diferencia en la etapa de desarrollo, ya que el cigoto (y por lo tanto el embrión y posteriormente el feto) siempre y cuando consuma los nutrientes adecuados (al igual que cualquier niño o humano en general básicamente), se podrá desarrollar por su cuenta.

Y hablando de desarrollo, la siguiente etapa en el desarrollo humano es la embrionaria, por lo que me parece pertinente agregar que los embriones, no solo cuentan con las características anteriormente mencionadas, sino que además, antes de las 6 semanas de embarazo, ya poseen un corazón con ritmo propio, su propio tipo de sangre, tracto intestinal desarrollado, su cerebro ya cuenta con subdivisiones en 5 partes, correspondientes a las divisiones principales del cerebro adulto, y se están formando células nerviosas e incluso varios esbozos de sus rasgos físicos que hacen posible que mediante un simple vistazo, ya se pueda reconocer la morfología humana. Además, estos rasgos se siguen desarrollando aún más en la etapa fetal, que comienza en la semana 8, y le recuerdo al lector que el actual proyecto de ley del aborto permite que este sea realizado hasta la semana 14, diciendo que hasta este momento el no nato es un simple saco de células inertes, algo que teniendo en cuenta los hechos expresados, entra en clara discordia con la realidad.

Otra razón por las que los seres humanos en gestación están vivos desde la concepción es justamente porque exhiben las propiedades de los seres vivos, como lo son:

-Crecimiento a través de la reproducción y división celular.

-Metabolización de los alimentos para obtener energía

-Respuesta a los estímulos hormonales e incluso a los táctiles a partir de la semana 7 de embarazo.

-Un trabajo coordinado y en conjunto, como un todo por parte de sus células.

Esta última propiedad es de suma importancia, ya que si sus células no logran hacer eso, morirían, y como veremos más adelante, es una propiedad realmente demostrativa de la existencia de una vida humana.

 

El doctor en biología del desarrollo celular, microbiólogo y bacteriólogo, Michael Buratovich, profundiza en la importancia del desarrollo coordinado diciendo esto: “El embrión (aclaración: en muchos sitios se utiliza el término embrión en vez de cigoto con fines prácticos, simplemente para no cambiar los conceptos “cada dos por tres”) se prepara para eventos futuros. Por ejemplo, en la etapa de dos células, los blastómeros sintetizan una proteína de adhesión celular llamada E-cadherina. La E-cadherina actúa como un superpegamento celular, y el embrión en etapa de dos células lo hace en previsión de la compactación, que ocurre dos días después”. (Michael Buratovich, The Stem Cell Epistles: Letters to My Students About Bioethics, Embryos, Stem Cells, and Fertility Treatments)

 

Siguiendo con el tema de los comportamientos coordinados de las células del embrión, estos acatan al seguimiento de al menos tres objetivos: llegar al útero e implantarse, formar las estructuras necesarias para una implantación exitosa y preservar su estructura contra los muchos peligros que puede encontrar. (Esto es dicho por Buratovich en el mismo trabajo citado arriba). Otras maneras en la que podemos ver como todas las partes del embrión actúan en conjunto para lograr un objetivo son algunos procedimientos biológicos descritos por el doctor Dr. David Fu-Chi Mark, biólogo molecular, filósofo y especialista en diversas ramas de la medicina quien en un informe para el gobierno federal de Dakota del Sur (que dejaré con el resto de fuentes al final de este “ensayo”) explicó que la metilación de la citosina (uno de los 4 componentes básicos del ADN) , al igual que otros métodos de regulación génica, es un método natural por el cual la información se silencia o activa periódicamente para fines de desarrollo humano.

 

Comprender cómo se activa la información genética contenida en el ADN de cada ser humano y cómo esa información está programada para el desarrollo es esencial para entender que el humano está “completo” desde la fertilización/concepción, y los cambios en la metilación de la citosina son una de las tantas señales de esto, que en otras palabras, significa que el embrión está totalmente preparado para llegar hasta la última etapa de desarrollo de la vida humana, siempre y cuando no se produzcan alteraciones, se contraigan enfermedades o suceda algún incidente. Incluso en la tercera división celular (mucho antes de la implantación, es decir, cuando el no nato llega al útero) todo el control del crecimiento y el desarrollo son establecidos única y exclusivamente por el ADN del niño.

 

Ya con todo esto dicho, una cosa que me gustaría marcar que, como dijo Maureen Condic en Life: Defining the Beginning for the End:

“La diferencia crítica entre una colección de células y un organismo vivo es la capacidad de un organismo para actuar de manera coordinada para la salud y el mantenimiento continuos del cuerpo como un todo. Los cuerpos muertos pueden tener muchas células vivas, pero sus células ya no funcionan juntas de manera coordinada [...] La vida humana se define por la capacidad de funcionar como un todo integrado, no por la mera presencia de células humanas vivas.”

 

En síntesis, desde la concepción el niño por nace demuestra propiedades de los seres vivos, rasgos humanos, la capacidad de desarrollarse gracias a su ADN y, que sus células trabajan en conjunto, con lo cual, negar que un humano en etapa intrauterina no está vivo, es un disparate.

 

Para cerrar con esta sección del artículo quiero proponerle al lector que imagine el siguiente escenario, el cual se basa en el discurso abortista de que la comunidad académica no está de acuerdo en si la vida humana inicia desde la concepción o no. Supongamos que esto es real al punto de que los académicos están totalmente polarizados, incluso en este caso, la incertidumbre existente de si hay una vida o no haría que la decisión más lógica para el Estado sea no legalizar el aborto, ya que si en un futuro se confirma que la vida empieza luego de la concepción, sin intención podría haberse cometido un genocidio, debido a que durante el tiempo que se legalizó el aborto miles de humanos habrían sido cruelmente asesinados, y el descubrir años después que estaban vivos, lo único que podría hacer es evitar que esto vuelva a suceder mediante una ilegalización del aborto.

Ok, está vivo, pero ¿Es humano?

 

Ya hemos demostrado que existe una ser vivo apoyándonos en la ciencia, pero ahora, es tiempo de demostrar que este ser vivo pertenece a nuestra especie.

 

Iniciemos con algo sencillo. El resultado de todo acto sexual entre dos seres de una misma especie no puede ser un individuo que no pertenezca a esta (en este caso, a la especie humana). Ya establecimos que el producto de la concepción es un individuo, así que, ahora veamos qué es una especie. Esta se define como: Un individuo que pertenece a un grupo de organismos (o el grupo completo en sí) que tiene características comunes y (generalmente) son capaces de aparearse entre sí para producir descendencia fértil. Hay que tener en cuenta que "capaz de aparearse" no significa en ningún instante dado. Por ejemplo, los recién nacidos no son capaces de aparearse, pero siguen siendo organismos de la especie humana. "capaz de aparearse" se refiere a un organismo que debería ser capaz de aparearse en su vida, exceptuando el caso de la esterilidad. Todos los organismos pertenecen a la especie de sus progenitores y no pueden cambiar de especie en su vida. De todos modos recordemos que una especie solo puede convertirse en otra a lo largo de muchas generaciones hasta que entre ellas no puedan tener descendencia viable.

 

Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, ¿Qué mejor característica común para determinar si un organismo pertenece a una especie que su ADN? Ya que es este el que tiene la “programación” de cómo se desarrollará un determinado organismo a lo largo de su existencia, lo que permitirá ver a simple vista el resto de características de la especie. Si nos referimos a un embrión, que es la descendencia de 2 humanos, al igual que sus progenitores posee su propio ADN el cual lo hará desarrollar todas las características que nos hacen identificarnos como humanos, y, como he mencionado varias veces ya (pero hay que remarcarlo), es distinto al de sus ascendentes. Esto, de paso descarta totalmente el argumento totalmente ridículo de que el no nato es parte de la madre, ya que no existen seres que posean ADN’s completamente distintos en su cuerpo, por no mencionar que un niño por nacer puede tener un sexo y factor sanguíneo distinto al de la madre.

 

Con todos estos datos sobre la mesa, más algo de lógica básica, no es difícil darse cuenta de que un cigoto, embrión o feto es un organismo y miembro de la especie Homo sapiens, o sea, un humano.

 

Sin embargo es importante aclarar que el ADN no necesariamente es un indicador de unicidad (aunque suele serlo excepto en casos como el quimerismo, pero eso puede ser fácilmente explicado), sino de pertenencia a la especie humana. Recuérdenlo, pertenencia, no unicidad.

 

En conclusión, a día de hoy, la ciencia parece demostrar que el aborto es en efecto, el asesinato de un humano en su etapa más vulnerable, e incluso si esto no fuera así, como bien establecimos anteriormente, dada la incertidumbre que supuestamente existe respecto a este tema, de todos modos lo más prudente sería mantener al aborto como una práctica ilegal, para que el Estado se enfocara en mejorar su sistema de salud y la educación, con el objetivo de que el aborto siquiera llegue a ser considerado como una opción para una mujer desesperada, en el afán de que en vez de asesinar a su hijo, pueda tenerlo y ser protegida por el Estado o por alguna de las tantas ONG’s que existen en nuestro país con ese fin exclusivo.

 

Fuente: Buena data Por Juan Alimena

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