La tropa económica de CFK se pliega a la avanzada contra Fernández

ECONOMÍA Ariel Maciel
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Desde el viernes, con la irrupción de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner al escenario de campaña, referentes económicos del cristinismo se plegaron a la presión sobre el modelo que implementó el presidente Alberto Fernández, con cuestionamientos a la administración del comercio exterior, la política de acumulación de reservas en el Banco Central y al reparto de las ganancias por el crecimiento de la actividad. Con informes filosos y ecuaciones para recuperar el poder adquisitivo del mundo del trabajo, el señalamiento argumentó las críticas a la gestión presidencial, pero dejó a salvo a Sergio Massa, quien recibió respaldos a su corta estadía en el Palacio de Hacienda. A cambio, apuntaron sobre eyectados funcionarios albertistas. 

Dos espadas que responden al Instituto Patria los que le pusieron números a los reclamos: el economista y director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, y el exsecretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Si bien las críticas cargaron directamente contra los exministros Martín Guzmán y Matías Kulfas, en el cristinismo le reprocharon al jefe de Estado la implementación de un modelo desarrollista, con concentración de la riqueza en el sector privado que, si bien generó puestos de trabajo luego de la crisis recesiva del gobierno de Cambiemos, sumado a la pandemia, no deshizo las asimetrías en los ingresos.

Dirigentes ligados a La Cámpora, que conduce el jefe del PJ bonaerense y diputado Máximo Kirchner, recorren unidades básicas de todo el país con cuadros comparativos entre los modelos económicos neoliberal, desarrollista y justicialista. De cabecera usan el libro que editó el secretario general de Anses y economista de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), Santiago Fraschina, en sociedad con Pablo Ferrari. En el primer grupo ubican a los gobiernos de facto de 1976, de Carlos Menem y de Mauricio Macri. Y si bien encuentra puntos en común con el desarrollismo, la diferencia está concentrada en la acumulación o el reparto de riquezas que plantea el justicialismo.

Justamente Letcher, que minutos después del discurso de CFK del viernes recuperó un informe que había sacado a la luz una semana antes sobre la "distribución disfuncional del ingreso en la Argentina", plantea que "el panorama actual muestra una fuerte recuperación del empleo, pero a la par, un magro desempeño en materia salarial, sin recuperación de los puntos de poder adquisitivo perdidos". "Al mismo tiempo, los balances de las principales empresas de nuestro país dan cuenta de fuertes incrementos de rentabilidad operativa. Este proceso sugiere una transferencia de ingresos de los primeros a los segundos", sostuvo quien el camporismo propuso como Secretario de Comercio Interior.

La vicepresidenta planteó exactamente ese reproche. Pero no quedó ahí. El economista hizo público el argumento que el kirchnerismo utiliza para justificar el reclamo de un bono para los trabajadores, que la Casa Rosada se reúsa a otorgar. En un hilo de Twitter, Letcher dio ocho razones para mejorar el poder adquisitivo en el empleo y evitar una estanflación.

Bajo la consigna, ¿Para qué sirve una suma fija?, respondió con varios casos: Te sirve para recuperar poder de compra", sostuvo y ejemplificó que un bono de 25.000 pesos implica una suba del 16,7% de salario real y, de esa manera, "superar el 7,1% el poder adquisitivo que dejó Macri en 2019".  Ahora bien, si el beneficio sería de 46.500 pesos, llevaría el poder adquisitivo a 2015, cuando finalizó el gobierno de CFK, lo que implica una mejora del 3,1% del salario real.

En paralelo, Feletti y su equipo de economistas del Frente de Todos bonaerense publicó el lunes un informe en donde embistió contra Guzmán y, entre líneas, también a su exjefe Kulfas, cuando lamentó "la oportunidad perdida" por la administración albertista: "La política económica seguida en el primer tramo de gobierno del FdT no pudo estabilizar el sector externo a pesar del voluminoso balance positivo de la Cuenta Comercial, ni del aporte de libre disponibilidad del FMI, ni de un canje de deuda con el sector privado que debió haber reducido el riesgo país y favorecido el ingreso de divisas de carácter financiero".

La embestida, que además de recordar el paso de Guzmán por el Palacio de Hacienda y del "festival de importaciones" que le achacan a Kulfas, apuntó contra la decisión política del jefe de Estado. Sin embargo, el informe deja a salvo a Massa, en la misma dirección que hicieron CFK y Kirchner: "Hay una visión correcta del equipo económico de la trascendencia de equilibrar al sector externo como decisivo para el esquema de política económica. La suba de precios internacionales ha definido la existencia de tres sectores extractivos beneficiarios de renta extraordinaria: el sector agropecuario, el sector energético y el sector minero", aseguró el informe.

 Y si bien alertó que "el presente año se viene desenvolviendo con una Cuenta Corriente cambiaria en desbalance al iniciarse el segundo semestre, tendencia que se revierte en septiembre con el ingreso de 6.948 millones de dólares en el rubro “Bienes”, atribuible a la mejora del tipo de cambio para los exportadores denominada “dólar soja”, destacó que "las reservas internacionales brutas del BCRA se acrecentaron desde el 30/12/2021 y el último dato disponible al 26/10/2022 en 35 millones de dólares". 

Justo en el primer día de la semana, el Banco Central que conduce Miguel Pesce debió desprenderse de 150 millones de dólares para atender las demandas del mercado, según confiaron fuentes del mercado a Letra P. En sólo una semana, vendió casi el mismo nivel de reservas que en octubre, lo que encendió alarmas. Desde el equipo económico aclararon a este medio que “el nivel de participación del BCRA en el mercado de cambios se mantiene en el rango esperado para noviembre, un mes que es tradicionalmente deficitario en el balance cambiario”.

Fuente: letra p

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