Perotti, cada vez más Schiaretti

Dieciséis gobernadores K o dependientes de la Nación le pidieron a Alberto Fernández que incumpla el fallo de la Corte Suprema. El detalle más llamativo es la actitud cuasigolpista de mandatarios elegidos por el voto contra un poder legítimo del Estado. El segundo detalle más llamativo de esa movida es que hay un gobernador muy importante que se quedó afuera: Omar Perotti, gobernador de Santa Fe.

Perotti llegó al poder con un pacto y con los votos del kirchnerismo. Pero desde hace un tiempo está tomando distancia. Perotti busca despegarse sobre todo de las barbaridades más flagrantes. Algunos son detalles: por ejemplo, no adhirió al absurdo feriado de este martes decretado a la marchanta por Alberto Fernández. Otras señales son más pesadas: Perotti no firmó el documento de los gobernadores K contra la condena a Cristina Fernández en la causa Vialidad. Es más: ni siquiera dio una opinión pública. Silencio total.

Ahora, Perotti es el único gobernador oficialista que no cuestiona a la Corte Suprema. Las razones las ignoramos. Unos recuerdan que Ricardo Lorenzetti, uno de los jueces supremos, es, como él, de Rafaela. Se conocen de hace centurias. Otros remarcan que Santa Fe ha sido la mayor beneficiaria histórica de la Corte. Empezó cuando asumió Macri y la Corte ordenó pagarles a Santa Fe, Córdoba y San Luis los fondos previsionales que Cristina Fernández les había podado ilegalmente durante 8 años. En septiembre la Corte validó un acuerdo por el que la Nación se obligó a devolverle a Santa Fe 151 mil millones por parte de aquellos fondos. Hay quienes dicen que, casi como en Córdoba hay un cordobesismo profundamente antiK, en Santa Fe se consolida una variante santafesinista. Y que si Perotti no se despega por completo de Cristina y Alberto el peronismo santafesino casi seguro perdería la gobernación e incluso podría salir tercero. Será por eso que, al menos de afuera, a Perotti se lo ve cada vez más parecido a Schiaretti. Incluso hasta en sus silencios.

Con información de Cadena 3, por Adrián SIMIONI