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Las fotos que dan testimonio de la unidad son cada vez más necesarias en Juntos por el Cambio Córdoba. Representan algo así como la prueba de vida para la amplia alianza opositora que integran la UCR, el PRO, la Coalición Cívica y el Frente Cívico, y cuya representatividad monopolizaron a fines de 2021 Luis Juez y Rodrigo de Loredo, quienes hoy quieren lo mismo: ser candidatos a gobernador.

Juez y De Loredo ratifican una y otra vez su sociedad y se juran amistad sincera. Pero no logran ponerse de acuerdo sobre el modo en que definirán la candidatura a gobernador.

Ellos dos confían en esa relación personal, pero el resto observa que para enfrentar al peronismo cordobés hace falta mucho más que una relación de dos: la indefinición y el personalismo se volvieron exasperantes para muchos dirigentes de Juntos por el Cambio, que desde noviembre de 2021 escuchan la discusión sobre un reglamento que aún no existe.

Encuesta o interna. Quién gobernador y quién vice. Provincia o municipio. Horacio Rodríguez Larreta o Mauricio Macri. La discusión es siempre la misma desde mediados del año pasado: Juez se considera candidato a gobernador puesto por las encuestas que lee y De Loredo –quien antes quería ser intendente de Córdoba– considera que una interna lo haría candidato a gobernador a él, dada la supremacía de la UCR dentro de la alianza. María Eugenia Vidal acaba de respaldarlo en esa postura.

HORA DE LEVANTARSE
Hacemos por Córdoba arremetió desde el inicio de este año con la campaña más abrumadora y coordinada que haya visto Córdoba en casi un cuarto de siglo del peronismo en el poder. Y con eso, el nivel de inquietud de los dirigentes opositores se multiplicó.

Juez y De Loredo sintieron la presión. Siguen sin ponerse de acuerdo, pero avanzarán en la campaña como si todo estuviera resuelto. En los próximos días habrá más fotos, pero además volverán los actos conjuntos, presentarán los primeros ejes de campaña y contratarán las primeras encuestas en común.

Ambos confían en que en marzo finalmente habrá reglas de juego –como exige la dirigencia nacional– y lo más probable es que se establezca una encuesta vinculante (como quiere Juez), pero también se incluya que habrá interna si la diferencia es escasa (como quiere De Loredo).

El precandidato radical también pretende la inclusión de otra cláusula que diga que el primero debe ser candidato a gobernador y el segundo candidato a vice. El juecismo calla pero no otorga. Conclusión: todo sigue indefinido.

 
Juez y De Loredo intentan hacer fortaleza de la dificultad para ponerse de acuerdo. Con razón, sostienen que el único elemento que no controla el peronismo es quién encabezará la fórmula opositora, y que por esa razón demorarán los anuncios hasta después de que Juan Schiaretti diga cuándo se vota y Martín Llaryora diga si la ciudad de Córdoba elegirá intendente el mismo día o no.

Dado que esa decisión de Llaryora está íntimamente vinculada a quién será el candidato a intendente de Juntos por el Cambio, se trata de un ajedrez que efectivamente le genera incertidumbre a Hacemos por Córdoba.

JUNTOS A LA PAR
Lo cierto es que Juez y De Loredo necesitan ir juntos en la misma boleta. En eso hay pleno acuerdo: ambos se potencian, como quedó demostrado en el excepcional resultado legislativo de 2021.

Todo parece indicar que las chances opositoras serían mayores si Juez fuera candidato a gobernador y De Loredo fuera candidato a intendente, y las elecciones provinciales y municipales se realizaran el mismo día, es decir, con la misma boleta única. Demás está decir que el peronismo lo sabe, e intentará evitar esa circunstancia.

Serán febriles las horas previas al anuncio de las fechas. Para Llaryora –quien está convencido de que el peronismo retendrá la Capital– es crucial la decisión de pegar o despegar, tanto como para De Loredo definir si, en caso de no ser el candidato a gobernador, haría mejor negocio como vice de Juez o como candidato a intendente.

Un verdadero Tetris que tendrá su momento más tenso cuando Schiaretti finalmente convoque a elecciones. Aunque entre oficialistas y opositores cada uno apuesta por un domingo distinto de junio o julio, esa fecha aún no ha sido determinada en el Panal.

Claro que los niveles de incertidumbre son muy disímiles y tienen consecuencias diferentes. Al peronismo, la duda entre Juez o De Loredo no le impide avanzar con la campaña: Llaryora ya recorrió casi todos los departamentos y buena parte de las decenas de festivales que hay en la provincia; la inmensa mayoría de los intendentes peronistas ya comprometieron pegar las elecciones, y avanza en cada rincón la rosca por las listas legislativas.

Con Martín Gill confirmando su permanencia en el peronismo cordobés, el Frente de Todos deja de ser una amenaza. Y la multiplicidad de candidatos de Javier Milei en Córdoba también entusiasma al peronismo.

En simultáneo, transcurren las publicidades oficiales y proselitistas –casi siempre son las mismas–, las inauguraciones y la promoción personal de los candidatos, todo multiplicado por tres: Daniel Passerini sigue sin ser oficializado, pero tiene campaña propia para la Intendencia de la Capital, Llaryora tiene promoción simultánea desde la gestión municipal y provincial, y Schiaretti lanzó con todas las letras su candidatura nacional, que consiste en promocionar en todo el país lo que hizo en Córdoba.

La incertidumbre de la oposición, en cambio, hasta ahora fue paralizante. El tema excluyente de Juntos por el Cambio es la definición de las candidaturas y el desconcierto alimenta siempre el temor a la ruptura. Para colaborar, el peronismo invita generosamente a una coalición ampliada a intendentes y dirigentes que desde hace meses esperan saber si será Juez o será De Loredo.

Con información de La Voz, sobre una nota de Virginia Guevara

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