A De Loredo lo ponen contra la pared

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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La alianza Juntos por el Cambio (JxC) en Córdoba busca una solución política a la interna que alumbró el triunfo de las últimas elecciones nacionales de medio término. Sus emergentes, Luis Juez y Rodrigo de Loredo, cancelaron la primaria abierta como método para redefinir los términos de su sociedad. Ingresan a una nueva etapa de presiones donde la lupa se enfocará en cómo se interpretarán los números de las encuestas que determinarán si es el senador (el que mejor mide) o el diputado (quien tiene un techo más alto para crecer) el ganador del escaparate de la boleta que probará su suerte contra la del peronista Martín Llaryora.

En la intimidad del off the record, son cada vez más los dirigentes de la filial local de la coalición que, por afinidad estratégica o ya por desesperación, empatizan con el apuro que hoy exhibe Juez en zanjar la discusión. En los reductos aliancistas ya se escuchan todo tipo de especulaciones sobre el desenlace de este duelo de socios exitosos cuando hubo que “enfrentar” al kircherismo.
Todos esos dedos apuntan al radical De Loredo, el único que no ha mostrado aún cómo jugará sus cartas. Prueba de ello son las versiones que circularon del supuesto ofrecimiento del segundo renglón de la boleta nacional que hiciera la precandidata a presidente del PRO, Patricia Bullrich. Una salida por arriba a un posible e insípido futuro como vicegobernador, o bien, a la pública moderación de las ambiciones que supondría “bajar” de candidato a gobernador a aspirante municipal, rubro en el que ya tiene experiencia como parte de la oferta electoral capitalina cuando concurrió en alianza con su rival, Ramón Mestre.

Para la escudería partidaria de Juez, el margen que tiene De Loredo para seguir en el limbo es acotado. Hasta arriesgan un plazo: “Su decisión no puede dilatarse más allá de mediados de marzo”. Después de dar vuelta el reloj de arena, aseguran que el joven “boina blanca” será el contrincante del delasotista Daniel Passerini. “No podrá aguantar mucho más la maraña de presiones”, se conduelen falsamente en el juecismo.
Sin dudas, el senador exige a viva voz la solución del incordio por las candidaturas. Juez dejó de jugar a las escondidas cuando comprobó que la interna era una vía de solución cada vez más impracticable. No cree en los supuestos “agrandes” del radicalismo, como les dijo en la mesa que encabezó en un almuerzo que hombres y mujeres del PRO local ofrecieron a Horacio Rodríguez Larreta en su visita de este mes. Precisamente porque buena parte de la UCR espera definiciones suyas.
Fuentes amarillas y del Frente Cívico confiaron  que la parte radical de la “vaquita” para la encuesta que encargaron los socios (y que estaría lista la semana que viene) fue pagada por los intendentes y la dirigencia que piden a De Loredo que lidere la fórmula 2023. Como se sabe, en varios casos no les da lo mismo trabajar para Juez que para un correligionario y, como si fuera poco, la siempre combustible unidad de JxC altera el plan de ruta que algunos trazan para retener los gobiernos locales.

Este clamor -que ahora toma forma de “aporte” a la causa estadística y que no promete soluciones mágicas- pasará a otro nivel el sábado 4 de marzo. En el este cordobés, en concreto en Río Segundo, la dirigencia departamental de la alianza organiza un evento político para apurar decisiones que terminen con el misterio que otorga ventaja a Hacemos por Córdoba. No hay voz que no admita que necesitan al menos tres meses de campaña.

El peronismo ya tiene a Llaryora y a Passerini en la cancha, mientras el schiarettismo engorda el perfil de la senadora Alejandra Vigo. La formación del bloque Unidad Federal, que raspó al Frente de Todos, tuvo a la esposa de gobernador como portavoz de una decisión que seguro generará la réplica de la vicepresidenta Cristina Fernández para incomodar al gobernador en su propia casa. “No descarten a Vigo como compañera de fórmula de Llaryora”, especulaban los cambiemistas, al tiempo que sacan a relucir una nueva fecha probable de votación, según sus fuentes peronistas. El domingo 9 de julio, sueltan. El llaryorismo ya prepara un acto épico para celebrar el día de la fundación de la ciudad, el 6 de ese mes.

Como sea, JxC sigue en veremos y la desconfianza está en alza. El jefe de Gobierno porteño encargó una nueva encuesta para ayudar en las decisiones, mientras el expresidente Mauricio Macri alienta a De Loredo a extender los plazos. Si no hay interna, el tributo será dar la máxima ventaja al cordobesismo, al que quiere proteger de Juez, así le cueste la derrota a su marca.

Todos los ojos miran a De Loredo, que camina entre la delgada línea de la gran expectativa que generó y la decepción.

Con información de Letra P, sobre una nota de Yanina Passero

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