“Olé, olé, olé… Gringo, Gringo”. A puro cántico, fue recibido ayer el gobernador y candidato presidencial Juan Schiaretti al ingresar al predio Ferial de La Rural en Buenos Aires donde encabezó el acto de relanzamiento de la campaña nacional.
El marco político lo aportaron los candidatos a diputados y senadores de las siete provincias donde la lista de Hacemos por Nuestro País sorteó el filtro de las PASO, mientras que de Córdoba viajaron ministros, secretarios, intendentes, concejales, legisladores y dirigentes del interior provincial. A diferencia de actos anteriores, esta vez, el peronismo cordobés movilizó parte de su estructura.
Sin embargo, fue la presencia del intendente de Capital y gobernador electo, Martín Llaryora, el dato distintivo de la tarde y su discurso (fue uno de los cuatro oradores), claramente, el turbo que Schiaretti necesitaba para potenciar esta nueva fase de campaña rumbo al 22 de octubre.
Enérgico desde la primera oración y ya casi sin voz sobre el final, Llaryora no le dio vueltas al asunto y fue directo a decir lo que pretendía gritar desde Buenos Aires: que Schiaretti no se baja y que, en todo caso, declinen los “responsables de la crisis social y económica del país”. Así, le respondía a Patricia Bullrich horas después de que la candidata de Juntos por el Cambio le pidiera desde Río Cuarto al cordobés que se corra de la competencia. Llaryora atendió en igual proporción al otro rival peronista, al ministro Sergio Massa.
El gobernador electo estrenó ayer el nuevo eje sobre el que girará esta fase de campaña de Hacemos por Nuestro País, empujar conceptualmente hacia una polarización con el libertario Javier Milei.
“Van allá a faltarnos el respeto, a querer decirnos cómo hacer. Hace poquitas horas, casi antidemocráticamente, fueron a pedirnos que nos bajáramos. Yo les digo: por qué no se bajan ustedes, que son los responsables y causales de esta crisis económica y social. Bájense ustedes y háganle un favor a la patria. Es más, si se bajan los responsables de la grieta, le hacen un bien a la Argentina y de esa manera el pueblo argentino puede optar por dos opciones de cambio real: en una, tal vez el abismo; y en la otra, la certeza, la gestión, la esperanza, el proyecto general, el futuro de una Argentina de progreso, de paz y de esperanza”, gritó en uno de los momentos más altos de su discurso mientras la tribuna lo aplaudía de pie.
Sin ningún complejo de inferioridad frente a quienes le recuerdan que con el 3,7 de los votos Schiaretti no puede gobernar un país, Llaryora se ancló enérgicamente en el nuevo eslogan de este segundo tiempo de campaña y se refirió “al voto que vale para hacer un país normal”. Lo hizo con el mismo tono usado la noche de “los pituquitos de Recoleta”.
“Nos vienen a hablar de voto útil, yo les voy a hablar del voto inútil. Inútil es votar a los mismos de siempre, a los partidos que les tocó gobernar y no supieron qué hacer, inútil es votar aquellos que nos hundieron en el fracaso. Útil es votar a aquellos que cuando les tocó gobernar lo hicieron bien”, dijo mientras señalaba a Schiaretti y su candidato a vice, Florencio Randazzo. Y luego desafió: “Si votan a los mismos, después no se quejen. Estar con Juan es estar con un gobernador de lujo, es estar con un estadista, a quien el país necesita”.
Desde la primera fila lo aplaudían la senadora Alejandra Vigo; los diputados Carlos Gutiérrez, Natalia de la Sota y Alejandro “Topo Rodríguez; el ministro de la polémica, Osvaldo Giordano; su par de Desarrollo Social, Carlos Massei; el intendente electo, Daniel Passerini, entre otros.
Antes, Bossio y después Randazzo, hicieron foco en otro punto que busca exhibir el peronismo cordobés en CABA y que responde a un objetivo colateral en todo este asunto: mostrar al binomio cordobés, sólido y preparado para ser parte protagónica de la nueva etapa que se abrirá en el PJ nacional post elecciones. El porteño y el bonaerense ponderaron el proceso de trasvasamiento generacional iniciado en Córdoba, “generalmente hay demasiado egoísmo en la política, el Gringo ha cumplido con inteligencia y grandeza ese proceso para que Martín se sea el próximo gobernador de Córdoba”, dijo Randazzo.
Un discurso recargado
Finalmente, le tocó a Schiaretti cerrar la jornada. Sin correrse de su estilo mesurado y tono monocorde pero no menos categórico en sus definiciones, el gobernador pronunció uno de los discursos de campaña más jugosos en términos políticos. Relegó el requeté contra repetido mensaje basado en el “modelo Córdoba” para referirse, esta vez, a sus adversarios electorales.
Comenzó agradeciendo a los argentinos que acompañaron la fórmula de Hacemos por Nuestro País el pasado 13 de agosto y que les permitió ser una de las cinco opciones presidenciales elegidas entre las 22 que se presentaron. Además, compartió su propia interpretación de lo sucedido con el “huracán Milei” la noche de las PASO: “lo que la gente dejó en claro ese día es que hay enojo y frustración, dejó en claro que es lo que no quiere. Le dijo basta a los últimos dos gobiernos que fracasaron y por eso los relegó con sus votos y no pudieron ganar las PASO”.
“Me parece que como todo movimiento que viene desde abajo, la dirigencia que se empeña en seguir considerando a la política una mesa de saldos y retazos, la dirigencia que se empeña en ocuparse de sus cosas, se llevó una gran sorpresa porque no supo ver venir ese movimiento”, dijo. Para el cordobés, el 22 de octubre entran en juego, por un lado, “los representantes de Juntos por el Cambio que se trenzaron en una interna feroz, creyendo con autosuficiencia que el que ganaba iba a ser el próximo presidente. No sólo no lo supieron ver, y ahora miran azorados, sino que recurren a dar consejos de lo que hay que hacer y plantean el disparate de arrogarse la potestad de decir quien debe ser candidato a presidente cuando fue el pueblo el que eligió”. Mientras que del otro lado, anotó al Frente de Todos al que observa “perplejo y falto de reflejos”. “Los que llevaron al país a estos niveles de pobreza te dicen ahora que si lo eligen presidente van a eliminar la inflación, y yo me pregunto, porqué no lo hicieron ya. El candidato del kirchnerismo es el ministro de Economía desde hace un año y quien triplicó el índice de inflación”.
Y luego se refirió también al libertario: “no hay nada personal contra el candidato Milei, pero no vi que sus ideas se hayan aplicado con éxito en ninguna parte del mundo. Frente a eso nosotros qué expresamos, la unió, el respeto y la gestión”.
Schiaretti cerró en sintonía con lo planteado más antes por Llaryora: hay dos opciones de cambio. Una, la de la Libertad Avanza, la más votada en las PASO, y la otra, “quienes encarnamos la racionalidad y probada experiencia de gestión”.
“Por eso, les quiero decir a todos los argentinos. No es necesario lanzarse a lo desconocido para resolver esta crisis, no es necesario que pensemos que no hay posibilidades dentro de la racionalidad. Aquí está, con toda humildad, un binomio que ha probado “, resumió.
Allí radica el nodo del planteo que explotará conceptualmente el peronismo de Schiaretti hasta octubre: abismo o racionalidad.
Milei o Schiaretti. Una construcción que el candidato del 3,7 por ciento de los votos buscará instalar.
Con informacion de Diario Alfil.