Peronismo en construcción

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La CGT empieza a coser un acuerdo amplio contra el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), los bloques en Diputados y en el Senado arman posicionamientos comunes, los gobernadores coinciden en la necesidad de sostener la unidad, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner mueven las piezas desde afuera. En su primer mes de gobierno, la figura del presidente Javier Milei consiguió evitar la fractura del peronismo, que puso en pausa las internas y el proceso de consagración de una nueva conducción para articular la respuesta al huracán libertario.

“Hoy el peronismo tiene que abocarse a cuidar la unidad y no a buscar nuevos liderazgos porque eso rompe el equilibrio. Este momento de catarsis no tiene que llevar a una caza de brujas”, le dice a Letra P un gobernador de Unión por la Patria (UP) que participó del encuentro de mandatarios con las bancadas en ambas cámaras del Congreso, que se celebró la última semana del año en las oficinas del tercer piso del Palacio Legislativo, y selló el curso de la acción frente al decretazo de Milei. Mientras estaban reunidos, se anoticiaron del envío al Congreso de la ley ómnibus.

La reunión fue organizada por el jefe del bloque en Diputados, Germán Martínez, que mide cada movimiento con paciencia artesanal. El santafesino está en permanente comunicación con CFK y Massa, consulta y procura coordinar acciones con el resto de los actores políticos del peronismo, mandatarios provinciales, la CTA, la CGT y con sus pares del Senado José Mayans y Juliana Di Tullio.


La tropa de Diputados abrió en los últimos días el juego a los representantes de la sociedad civil que ya se sienten afectados por las políticas del nuevo gobierno. Recibió a farmacéuticos, médicos municipales, asociaciones de inquilinos, jubilados, agentes de turismo, organismos de derechos humanos. Grupos diversos que incluyen a votantes de Milei y que ahora van a pedirle rescate al peronismo. “La discusión es si conducís la calle o acompañás. Hoy por hoy, la decisión es acompañar. Hay que esperar, el impacto de las medidas todavía no llegó”, apunta el mismo gobernador.

Los sectores afectados son tantos que la agenda de encuentros del peronismo recién empieza. “Es la misma sociedad la que está empujando y dice 'párenlos''. Como cuando los trabajadores le gritaban 'poné la fecha' a la CGT. Ahora esa exigencia es hacia nosotros”, apunta un diputado que participó de varios encuentros con sectores afectados.
Lo advirtió el ministro del Interior, Guillermo Francos, en la primera reunión de Gabinete del año en la Casa Rosada. “No nos podemos pelear con todos los sectores al mismo tiempo”, dijo el funcionario de mayor muñeca política en el Gobierno. Francos se desayunó de la multiplicidad de conflictos que generaban el megaproyecto de ley y el DNU una vez publicados.

La CGT, los gobernadores y sectores económicos le hicieron estallar el teléfono con reclamos. El ministro atajó los que pudo. El jueves recibió al chubutense Ignacio Torres, que llevó el pedido de los mandatarios patagónicos por las modificaciones a la Ley de Pesca. Anunció que habrá cambios. El mismo día se reunió con el tucumano Osvaldo Jaldo, que presentó quejas por el impacto en la industria azucarera y el bioetanol. El ministro prometió trasladar las consultas. Los cambios propuestos resultan letales para la industria de todas las provincias productoras de azúcar.

CGT al rescate
Aquel “poné la fecha” del paro general que miles de trabajadores le gritaron a la conducción de la CGT el 7 de marzo de 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, le quedó atragantado a Héctor Daer, que se convirtió en uno de los protagonistas de la semana cuando, este miércoles, la central sindical consiguió que la Cámara de Apelaciones del Trabajo le pusiera el primer freno al DNU de Milei. Así comenzó la catarata de reveses judiciales para el Gobierno. Antes, la CGT había anunciado un paro general para el 24 de enero. Procuró evitar los errores del pasado.

Daer recibió decenas de felicitaciones de antiguos compañeros de ruta en los grupos internos de WhatsApp de distintos sectores del peronismo. “El gordo se la jugó fuerte con el paro. Es una alegría entre tantas malas”, lo elogiaron los propios en el chat.

La CGT dio otros pasos. Organizó el jueves un encuentro reservado entre ocho dirigentes y Massa, que se celebró en la sede del sindicato del Seguro. Estuvieron Daer, Pablo Moyano (Camioneros), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Pablo Flores (AFIP) y el anfitrión Jorge Sola.

El exministro de Economía y excandidato prometió ayudar en la articulación de una respuesta política, aunque aclaró que no buscará un lugar de liderazgo. Calificó como "apresurado" el paro general, pero la central sindical dice que no lo bajará, salvo que el Presidente dé marcha atrás con el DNU.

De la reunión con Massa surgió la posibilidad de armar una primera cumbre a fines de enero en Mar del Plata con la presencia de dirigentes de todos los sectores de UP, que sirva para ordenar la política hacia adentro antes de lo que creen que será un estallido social en marzo. Habrá especial cuidado en la participación plural y podría ser el puntapié para el lanzamiento de una mesa federal de conducción peronista como la que reclama el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, que en el encuentro en Diputados llamó especialmente a cuidar la unidad del espacio.

La mesa de conducicón funcionará independientemente de lo que suceda con la vida institucional del PJ, que todavía preside Alberto Fernández. Esta semana, el riojano Ricardo Quintela dijo que el expresidente “no está en el país” y que no cree que “se ofenda” si el peronismo forma una mesa de conducción horizontal. Llamó, además, a dictar una suerte de “amnistía” que genere la vuelta al PJ de exiliados como Juan Manuel Urtubey o Graciela Camaño.

Pichetto, el articulador
Mientras, la central sindical abre el juego hacia afuera. El martes, los líderes de la CGT tendrán una reunión con el bloque Hacemos Coalición Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto. Le pedirán apoyo para construir una mayoría que pueda frenar el DNU de Milei y le ponga límites a la ley ómnibus. El bloque de la UCR, que preside Rodrigo de Loredo, definirá el miércoles si accede a la misma instancia. La central obrera le envió la semana pasada una carta con el pedido de reunión y el cordobés respondió el viernes que lo analizarán. La cúpula sindical tiene también otro interlocutor frecuente en el bloque, el neurólogo Facundo Manes, que podría jugar sus cartas en favor del pedido de la CGT contra el DNU.

La estrategia es que sea un espacio amplio, con Pichetto a la cabeza, el que tenga protagonismo en el rechazo a las iniciativas legislativas del Presidente. Una reversión del camino del medio, que saque de la mira al kirchnerismo. Para eso habrá que lograr que las viejas rencillas internas queden atrás. Este viernes, la secretaria parlamentaria del bloque de UP, Paula Penacca, dijo en El Destape que su espacio intenta “construir consensos con el bloque de Pichetto”. También llamó a “reaccionar” a los radicales. Penacca responde a Cristina y Máximo Kirchner.

Massa cobra protagonismo en ese armado. El exministro dialoga con Pichetto, con otros referentes de su bloque que habían manifestado apoyo expreso a su candidatura y también con radicales. Hasta el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, que se había mostrado permeable a la negociación con el Gobierno, le dijo en las últimas horas vía telefónica que avizora un desastre económico y está dispuesto a apoyar una articulación opositora amplia.

En un movimiento en espejo, que cayó bien en la CGT, el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, convocó este viernes a todos los partidos políticos –incluido el PRO– para analizar la situación en conjunto. “Las medidas del Gobierno destrozan a todas las provincias por todos lados, la promoción industrial, las economías regionales, afecta todo a la vez”, apunta un hombre del sindicalismo.

Del Patria a Río Gallegos
Cristina voló el 29 de diciembre a Río Gallegos, donde pasó fin de año, después de dos semanas de actividad intensa en el Instituto Patria, desde donde monitoreó los primeros días del gobierno de Milei.

La expresidenta también procura que UP no quede, todavía, a la cabeza de la ofensiva contra el Presidente. Mandó a frenar iniciativas de pedidos de juicio político a Milei que quisieron presentar diputados del bloque y llamó por teléfono al menos a tres legisladores representativos del espacio que estaban rumbo a la marcha de la CGT a Tribunales para que se esfumaran de la escena.

Cree que hay que darle tiempo de desencanto a la sociedad y que, mientras tanto, el peronismo debe construir una mayoría con otros sectores para rechazar el DNU en los términos que indica la ley. Alberga, además, cierta gratitud personal hacia Milei por su promesa de que no habrá persecución política hacia su persona y por el aval que dio antes de asumir al cambio de órbita de la custodia de expresidentes del Ministerio de Seguridad a Casa Militar, que depende de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

El 55% y las “minorías intensas”
La imposición de la mayoría que Milei construyó en el ballotage se corporizó esta semana en Diputados con los acuerdos que los libertarios cerraron con el resto de la oposición para aislar al peronismo en las votaciones del armado de comisiones y el reparto de cargos. Legisladores y gobernadores acusaron el impacto. Con 102 diputados, UP es la bancada más grande de la Cámara. Una “minoría intensa” –según describe un diputado peronista- que no alcanza para presionar en las negociaciones y que choca con la frase intransigente que Martín Menem usa para imponer los criterios del oficialismo: “Tenemos el 55%”.

Con informacion de Letra P.

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