Cristina Fernández de Kirchner, monitoreo y freno de mano en el primer mes de la era Milei

Reclamos, pedidos de autocrítica y un llamado desesperado de reorganización urgente del peronismo. Desde Santa Cruz, donde viajó el 29 de diciembre, Cristina Fernández de Kirchner monitorea el día a día de los debates internos de Unión por la Patria (UP) y pisa el freno de la respuesta política al gobierno de Javier Milei.

“Está con la idea de que hay que esperar, el Gobierno recién asume. La respuesta tiene que madurar en la propia sociedad”, le dice a Letra P un dirigente que habló con la expresidenta después de que Milei anunciara el polémico decreto de necesidad y urgencia 70/2023, que dio inicio a las primeras protestas callejeras contra la administración libertaria.
 
Cristina voló el 29 de diciembre a Río Gallegos, donde pasó fin de año junto a su familia, después de dos semanas de actividad intensa en el Instituto Patria, donde volvió a instalarse el 14 de diciembre, cuatro días después de la asunción de Milei. Lo anunció en sus redes sociales, para que quedara claro que no tiene previsto retirarse.

“Otra vez en casa”, dice el video en el que se la ve en el ingreso del edificio ubicado en Rodríguez Peña 80 junto a su mano derecha, Oscar Parrilli. Desde entonces, la exvicepresidenta mantuvo allí reuniones políticas con dirigentes de su confianza y monitoreó las primeras medidas del Gobierno. Siguió de cerca los movimientos de UP en Diputados y el Senado, se mantuvo en contacto con el jefe del bloque de la Cámara baja, Germán Martínez, con Sergio Massa y con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, a quien acompañó en la jura para su segundo mandato.
Bajó una línea prudente a los propios. Mandó a frenar iniciativas de pedidos de juicio político a Milei que quisieron presentar diputados del bloque de UP y, el 27 de diciembre, hizo esfumarse en el camino al menos a tres legisladores de renombre que estaban rumbo a la marcha que la CGT, las dos CTA y los movimientos sociales organizaron a Tribunales para protestar contra el DNU.
En su diálogo con diputados y senadores, pidió que trabajen con otros espacios políticos para reunir votos de rechazo al decreto según el procedimiento que marca la ley 26.122 –que ella misma impulsó cuando era senadora, en 2006- y llamó a evitar que el kirchnerismo quede a la ofensiva o a la cabeza de las protestas. Antes de fin de año, se refugió en el sur. El 1 de enero anunció el lanzamiento de sus canales de Telegram y Whatsapp "para estar en contacto" con la militancia.

“Cualquier movimiento que haga Cristina hoy va a ser un favor a Milei”, dice un hombre de confianza de la expresidenta. Pero más allá de la prudencia política, hay otros factores que condicionan su reaparición, relacionados con el debate político interno del peronismo sobre el papel que tuvo Cristina durante el gobierno que encabezó Alberto Fernández y qué rol debe ocupar hacia adelante. “No le podemos echar toda la culpa a Alberto. Tenemos que debatir muchas cosas nosotros también”, admiten en el kirchnerismo, donde, por ahora, no tienen noticias del regreso a Buenos Aires de la exmandataria.

Uno de los primeros en abrir la discusión pública fue el titular de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), Juan Grabois, que dijo que el gobierno de Milei es producto de “una mala decisión de a quién poner como presidente, en la que Cristina Kirchner tuvo una gran responsabilidad”, y de cómo se organizó la administración del Frente de Todos. “El gobierno fue un loteo de ministerios. Yo fui parte de eso, de boicotear a (Martín) Guzmán para poner al genio de Massa, y no sé si eso estuvo bien”, dijo.

El reproche por la elección de Fernández por parte de CFK en 2019 -que llevó de nuevo al peronismo a la victoria- es compartido por otros dirigentes de peso, como los gobernadores, que ahora reclaman por el armado de una mesa federal del PJ y la “amnistía” para todos los que se alejaron del espacio en tiempos de reinado kirchnerista.

En 2015, luego de la asunción de Mauricio Macri, CFK dejó pasar cuatro meses hasta que reapareció en público. Fue el 13 de abril del año siguiente, en las escalinatas de Comodoro Py, donde debió concurrir a prestar declaración indagatoria frente al fallecido juez Claudio Bonadio. Desde un escenario, frente a una multitud que la acompañó, Cristina convocó a formar un “frente ciudadano” para pelear contra el ajuste.

Más allá de las diferencias ideológicas y las críticas al rumbo económico, la posición de la exvicepresidenta frente a Milei es distinta a lo que sucede con Macri. Como contó Letra P, Cristina alberga cierta gratitud personal hacia el Presidente por su promesa de que no habrá persecución política hacia su persona y por el aval que dio antes de asumir al cambio de órbita de la custodia de expresidentes del Ministerio de Seguridad, que conduce Patricia Bullrich, a Casa Militar, que depende de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

Con informacion de LEtra P.