Patricia Bullrich le ganó una batalla divina a Diana Mondino

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Tal cómo viene contando Letra P, la organización de la eventual visita del papa Francisco al país requiere que las sillas de la Secretaría de Culto y la Embajada ante la Santa Sede estén ocupadas. Las dos estaban vacías por falta de nombres y por las demoras en la aprobación del organigrama del Ministerio de Relaciones Exteriores a cargo de Diana Mondino. Hasta que llegó Patricia Bullrich con su liga de nominaciones e impuso a la figura más controversial y objetada en forma unánime por los credos: Francisco Sánchez.

Apenas el nombre del exdiputado por Neuquén, representante de la ultraderecha vernácula e ideólogo de la pena de muerte a los corruptos tras la condena a Cristina Fernández de Kirchner, empezó a circular en ambientes políticos y religiosos; el malestar, la preocupación y hasta el repudio ganaron los ánimos de la dirigencia de las comunidades católicas, judías y musulmanas.

Es que el exlegislador del PRO, cuya designación al cierre de esta nota no estaba publicada en el Boletín Oficial, tiene un pasado que lo condena, pese a que ahora se declara un “arrepentido” por sus dichos ofensivos a las personas de fe y sus creencias y asegura que “hará todo lo posible” para que el pontífice visite su tierra natal en el segundo semestre del año. El prontuario de las descalificaciones de Sánchez a las tres principales religiones monoteístas no es simplemente verbal, sino que quedó expuesto en redes sociales.


Contra tres religiones
Fuentes episcopales consultadas por Letra P cuestionaron que Mondino haya optado por una persona que ha dicho que es un “caso de estudiosos encontrar un papa que haya hecho tanto daño” al catolicismo, para criticar al pontífice por haber nombrado en un instituto de estudios jurídicos del Vaticano al ex integrante de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni.
El presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, manifestó su preocupación por la llegada de Sánchez a la Secretaría de Culto, al afirmar que el funcionario nunca desmintió haber apoyado la teoría falsa de que el sionismo domina el mundo a través de personalidades como el financista George Soros, el ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger y los Rockefeller.

El Centro Islámico de la República Argentina también expresó su malestar por la designación de Sánchez en un puesto clave para las relaciones interreligiosas y recordó que oportunamente el exdiputado ofendió a la comunidad musulmana al celebrar un aniversario de la batalla de Lepanto diciendo que el triunfo del catolicismo sobre los otomanos “sacó a la cristiandad y a todo occidente de las hordas islámicas”.

En ambientes religiosos se preguntan cómo hará Sánchez para sentarse cara a cara ante las autoridades de las confesiones después de esta tensión relacional previa al arranque de gestión y, particularmente, ahora que la Secretaría de Culto quedó reducida a su expresión mínima y sin las tres direcciones que tenía el esquema anterior: Registro de Cultos, Asuntos de Culto y Culto Católico.

La batalla divina
Mondino y Bullrich se muestran cercanas, hasta han compartido una reunión con víctimas del ataque de Hamas a Israel antes de ser confirmadas en sus cargos por el presidente Javier Milei; pero, en los pasillos de la Cancillería, fuentes ministeriales dijeron a Letra P que entre ellas hay “una guerra interna sorda” y que personas allegadas a la canciller le reprochan a la ministra de Seguridad meterse en “asuntos que no le incumben”.

En el caso de la Secretaría de Culto, para reemplazar a Guillermo Oliveri, la intervención de Bullrich ha sido total, proponiendo más de un nombre para las oficinas del noveno piso de la torre de Esmeralda 1212, en el barrio porteño de Retiro. "Sánchez es cercano a Patricia, pero también a Milei y es amigo de Victoria Villarruel. No obstante, el ofrecimiento, por supuesto, es de Diana", dijo a este portal una fuente ministerial.

Hasta la imposición de Sánchez, la lista bullrichista para el cargo tuvo muchos postulantes. El primero fue Luis Saguier Fonrouge, un exfuncionario de carrera en el área que iba a ocupar del cargo si la dirigente de Juntos por el Cambio llegaba a la Casa Rosada y nombraba canciller a Federico Pinedo. Le siguieron Agustín Caulo, de cuna macrista pero quien abrazó tempranamente la causa libertaria; Alfredo Abriani, quien ocupó esa secretaría durante la gestión de Mauricio Macri; y Rodrigo Fernández Madero, un asesor comunicacional de fe católica y extrapartidario que acercó Bullrich tras el Pacto de Acassuso.

Bullrich también tuvo injerencia en la llegada de personas de su entorno partidario a otras áreas de la Cancillería, en particular de Paola Di Chiaro a la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur. La dirigente amarilla era la segunda candidata al Parlamento del Mercosur, distrito nacional, en la lista de JxC que llegó a las elecciones generales de octubre. También se le atribuye haber sugerido el nombre de Ernesto Gaspari para la Secretaría de Coordinación y Planificación Exterior; pero en este caso –precisaron las fuentes- en forma indirecta a través del excanciller macrista Jorge Faurie.

La embajada, vacante
Quién ocupe la Embajada argentina ante la Santa Sede tomó otra consideración la última semana, a raíz de la decisión de Milei de asistir a la ceremonia de canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, que se realizará el 11 de febrero en el interior de la basílica de San Pedro. Oportunidad en la que el Presidente también será recibido en audiencia privada por el pontífice. Por esto, antes de esa fecha deberá estar el nombre de la persona elegida.

Para ocupar esa representación diplomática la lista es amplia y, aunque en Cancillería quieren que sea alguien de "carrera", la mayoría de los nombres que surgen vienen de la política: Victoria Morales Gorleri, antigua colaboradora de Jorge Bergoglio y funcionaria del gobierno porteño; Cynthia Hotton, la dirigente de fe evangélica bautista que se sumó a JxC; Adalberto Rodríguez Giavarini, el excanciller de la gestión delaruista, que ya desestimó el ofrecimiento; y la ex embajadora en la OEA Paula Bertol, quien fue sugerida por el ministro del Interior, Guillermo Francos.

También figuran el empresario Jorge O’Reilly, a quien se le atribuye haber participado -junto a Sergio Massa y otras personas- del antiguo plan de conspiración para que Bergoglio dejara la arquidiócesis de Buenos Aires; y el sacerdote Javier Olivera Ravasi, hijo de un represor.

Con informacion de Infobae.

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