La interna del PRO y por qué Javier Milei debe frenar ante la tormenta

POLÍTICA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
f848x477-1561293_1619096_7023

La interna del PRO entró en su fase final y el regreso de Mauricio Macri a la presidencia es una dato que ya están siguiendo hasta los mercados en el exterior. El mundo político y económico sigue viendo al expresidente como una garantía de estabilidad en respaldo de Javier Milei. Hay algunas certezas que comenzaron a abonar el camino de Macri para hacerse del control del PRO una vez más.

Javier Milei no se mete públicamente en esa interna (si lo hiciera como cabeza de otro partido provocaría una crisis más grande aun), pero envía señales claras de apoyo a la unidad que busca Mauricio Macri antes de asumir la presidencia.


Esta semana le pidió específicamente a Patricia Bullrich que no se mueva afuera de la estructura del PRO. En otros términos, el presidente le hizo saber que no quiere que rompa en la interna partidaria y acepte el regreso de Macri a la conducción.

Bullrich está en línea con ese pedido y no parece dispuesta a complicar el recambio en el PRO y la llegada de Macri, un proceso que, además, deja de lado casi definitivamente a Horacio Rodríguez Larreta quien esta semana siguió oponiéndose a la conducción del expresidente.


El Gobierno hoy tiene otras necesidades y lo último que quiere es complicarse en una interna de su principal y casi único aliado en el Congreso.

En 15 días el PRO tendrá nuevo presidente y esa fecha caerá en medio de la negociación de Javier Milei con los gobernadores para llegar al Pacto del 25 de Mayo, la convocatoria con la que el libertario busca ganar tiempo hasta que la economía comience a darle alguna buena noticia.

Después de eso necesitará más que nunca apoyos en el Congreso. El Pacto del 25-M vendrá con intercambio de favores mutuos y tensiones en los recintos y Milei va a necesitar al PRO unido más que nunca.

Ayer Guillermo Francos apeló a un sistema sui generis para convocar a una preparatoria de la cumbre de mayo mañana en la Casa Rosada. Les envió una invitación con acuse de recibo por teléfono, a un número que se provee en la misma misiva. Esos encuentros van a tener varias cuotas mientras negocian el alivio fiscal a provincias que Milei le ofrece a los gobernadores a cambio del voto en Diputados y el Senado a la nueva versión de la ley ómnibus que el Gobierno va a mandar, en una o varias leyes, una vez que consiga el apoyo.

Milei cambio la estrategia después del fracaso de la ley ómnibus y el peligro de quedarse también sin el DNU de desregulación tanto por decisión de la Justicia como por la posible votación para rechazarlo en los recintos.

Hoy necesita acordar más que nunca, aunque en sus formas y declaraciones quiera mostrar lo contrario. El Gobierno libertario deberá aprobar en el Congreso las reformas que ya pidió en el inicio con la ley ómnibus para mostrar algún éxito político y al mismo tiempo revivir el optimismo en la economía. De ahí la necesidad de alinear y cuidar políticamente a los aliados.

Casi todos los analistas económicos proyectaron desde principio de año que marzo y abril serían meses muy duros para la economía real. Esas predicciones se confirmaron y en exceso. La construcción cayó más de 20%, la industria está paralizada y el consumo tiene caídas de más 25% de acuerdo al sector que se trate.

En febrero los despachos de cemento cayeron como un piano, los índices de varias áreas de la construcción llegaron a perder casi 30%. Hay otros ejemplos tanto o más evidentes que esos: hace unos meses era imposible conseguir un auto disponible para comprar en una concesionaria. Las entregas se hacían hasta con seis meses de demora y en algunos casos la disponibilidad se bloqueaban por el año entero. Ahora hay autos pero los compradores no sobran y los precios, por el retraso del dólar se volvieron imposibles. Una camioneta fabricada en Argentina puede llegar a costar mas de US$60.000, cuando su precio en el exterior raramente supere la mitad.

En febrero los alimentos desaceraron la suba, pero la primera semana de marzo pareció volver con toda la furia. Los supermercados volvieron a recibir listas de precios con subas de hasta 20%. Argentina se volvió demasiado cara en dólares. Hasta hace un par de meses era imposible pensar que un yogurt pudiera costar más barato en un supermercado de Madrid, Berlín o Miami que en uno de Buenos Aires. Hoy está sucediendo.

Cuando se creía que el impacto más fuerte de la suba precios iba a caer sobre la suba del costo del transporte o los alimentos, otros rubros aparecen llevando una triste delantera. El abandono de muchos del servicio de la medicina prepaga y la carga que supone sobre el sistema de salud pública son un indicador claro de esa realidad. Hoy, en dólares, es más barato conseguir una cobertura médica en Europa que en Argentina.

Esos datos comenzaron a preocupar aún más desde esta semana. Mientras algunos festejan la baja del dólar blue por debajo de $1.000, en las oficinas de Luis Caputo analizan medidas. Si los dólares continúan a la baja el retraso cambiario agravará en un escenario de peligro que los argentinos conocemos bien. Liberar importaciones y acceso al dólar podría devolver los precios del billete a niveles mas cercanos a la evolución inflacionaria. Además, el Gobierno tiene pánico de que le aparezca otra mala noticia y es que el superávit forzado conseguido en enero, a fuerza de no enviarle dinero a nadie, se le vuelva a convertir en déficit en febrero.

Con un dólar oficial por arriba del MEP, el CCL y el blue la economía entrará en otra etapa de más incertidumbre de precios, algo que alimentará las subas que se ven en marzo. Nada garantiza que las empresas no comiencen a prever el impacto en sus stocks de un regreso del dólar al menos a los valores anteriores. La recaudación también queda impactada por la caída que eso impactará en el Impuesto PAIS.

No son tiempos de calma. La negociación con los gobernadores dejará un indicador claro de hasta donde la política, la economía real y el cuerpo social puede aguantar el camino hacia la normalidad que propone Milei. Lo último que necesita el país es otra interna que complique el escenario. La realidad, una vez más, llega con toda dureza para educar a la política. Milei es el primer impactado.  

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto