Seguridad, el común denominador en la agitada relación Llaryora-Milei

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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El gobernador Martín Llaryora no la está teniendo fácil. A la ya de por sí desafiante tarea de gestionar en tiempos de crisis profunda, se le suma un elemento que altera el tablero político donde venía acostumbrado a jugar. 

Durante el gobierno kirchnerista, el cordobesismo encontró el “cuco” con el que agitar el gen anti K tan redituable electoralmente en esta provincia. La receta, exprimida hasta el final por el ex candidato presidenciable Juan Schiaretti, fue bastante sencilla y de comprobada eficacia: agitar la idea de un peronismo cordobés ubicado en las antípodas del peronismo nacional “colonizado” por el kirchnerismo. La defensa de los intereses de Córdoba y el federalismo fue la bandera con la que, primero Schiaretti y luego Llaryora, jugaron los distintos turnos electorales. 

Sin embargo, ahora, al ex intendente de la Capital cordobesa le toca jugar con un nuevo actor nacional que nada tiene que ver con lo anterior y que, casi como un juez impoluto, sometió de la noche a la mañana al sistema político a un escrutinio ciudadano descarnado. 

Al cordobesismo (y la política en general) ya no le es tan fácil oponerse y criticar políticamente a quien, pese al ajuste feroz que está aplicando, todavía conserva un activo que todo político desearía sostener in aeternum: el poder concedido por la gente. 

Paradójicamente, el presidente Javier Milei cuenta todavía con el respaldo irrestricto de una porción importante de la sociedad argentina que le confiere el mandato para hacer y deshacer como le plazca en la búsqueda de su ¿único? objetivo: déficit fiscal cero. 

En ese marco, Llaryora enfrenta una situación extraña: los cordobeses, su electorado, bancan el ajuste nacional, pero le demandan a la Provincia soluciones a esos recortes. Es por ello que, tal como se lo viene señalando desde estas páginas, el gobernador debe hacer un difícil equilibrio para no rivalizar con Milei y atender las necesidades de los cordobeses. 

De allí la relación algo zigzagueante que mantuvo a lo largo de estos meses con el libertario que, por momentos, lo subió al ring. 

En ese vínculo agitado encuentros y desencuentros con el mandatario nacional, hubo un eje que se mantuvo como un denominador común entre ambas gestiones: la línea conjunta en materia de seguridad. 

El ministerio que nacionalmente conduce la ex presidenta del PRO, Patricia Bullrich, mantiene una fina sintonía de trabajo con la cartera que comanda su par provincial, el ex opositor, Juan Pablo Quinteros. Ese canal se mantuvo siempre abierto y activo, aun en los momentos más álgidos de la relación del presidente con los gobernadores, entre ellos, con el de Córdoba. 

De hecho, se firmaron distintos programas, la funcionaria nacional visitó ya varias veces Córdoba, y se avanzó de manera conjunta en actividades contra el narcotráfico en la provincia y otras acciones “de mano dura”. 

De hecho, casi como un contrapunto político al desplante que todavía recuerdan y le facturan los cordobeses al kirchnerismo por haber retrasado la ayuda en las fatídicas noches del amotinamiento policial allá por el 2013, Bullrich puso a disposición de la provincia toda la colaboración necesaria para evitar el avance narco. 

De hecho, en las últimas horas, el Gobierno de Córdoba, a través de la cartera de Quinteros, dispuso un refuerzo preventivo en instituciones israelitas y musulmanas, luego de los ataques de Irán a Israel, ocurridos el fin de semana. El operativo va en línea con lo aplicado a nivel nacional, luego de que hubiera sendos contactos entre ambas reparticiones. En ese sentido, el ministro cordobés recibió ayer lunes a las autoridades de DAIA filial Córdoba, del Consulado de Israel y COMIPAZ, para articular acciones junto a la Policía de Córdoba y fuerzas federales.

Sinagogas, iglesias, centros educativos, entidades culturales de distintos credos, son algunos de los puntos definidos a partir de las alertas de seguridad. También se informó que se reforzará la seguridad de la Central Nuclear de Embalse, de la Central Termoeléctrica de Pilar, y de distintos objetivos calificados como “estratégicos”.

“La ministra Patricia Bullrich se comunicó conmigo para plantear estos estados de alerta que implican la intensificación de controles en todos aquellos lugares que puedan ser un posible objetivo de un ataque terrorista” dijo Quinteros en la reunión desarrollada en el Panal. 

CON INFORMACION DE DIAIRO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SORIA YANINA.

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