Javier Milei y el nuevo soberanismo libertario

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La decisión del gobierno de Javier Milei de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha generado un sismo tanto en la política doméstica como en la diplomacia internacional. 


"Nunca nos olvidaremos que fueron los ideólogos de la cuarentena cavernícola que implicó, acorde al Estatuto de Roma de 1998 cometer, en complicidad con todos los Estados que tomaron sus directivas, uno de los delitos de lesa humanidad más estrafalarios de la historia", escribió el presidente Javier Milei en su cuenta de X, justificando la medida con duros cuestionamientos hacia el rol del organismo durante la pandemia de COVID-19. 


"Por eso hemos decidido salir de un organismo tan nefasto y que fue el brazo ejecutor de lo que fue el mayor experimento de control social de la historia”, apuntó.

Ahora bien, sin dudas, la decisión del mandatario libertario es un gesto inequívocamente soberanista y antiglobalista. La pregunta que emerge es inevitable: ¿puede un liberal-libertario ser soberanista?


Desde su asunción, Milei ha dejado en claro que su administración no se plegará a las estructuras del multilateralismo tradicional. Su rechazo a la "agenda globalista" y su alineamiento con figuras como Donald Trump evidencian un viraje de 180° en la política exterior argentina.

La salida de la OMS es el paso más contundente hasta el momento, pero no el único. El año pasado rechazó el acuerdo de pandemia del organismo ya que el mismo podía violar la “soberanía nacional”. En el mismo sentido, el economista libertario acaba de reconocer al diario francés Le Point que está considerando que Argentina abandone el Acuerdo de París. Al igual que Trump, ¿se retirará también del Consejo de Derechos Humanos de la ONU? Todas estas decisiones reforzarán aún más el perfil soberanista del gobierno.

"Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud", aseguró el vocero presidencial, Manuel Adorni, al anunciar la salida del organismo dependiente de Naciones Unidas. En efecto, estas palabras refuerzan la idea de que la gestión de Milei busca recuperar espacios de decisión nacional que han sido entregados a entidades supranacionales.

Cabe resaltar que la salida de Argentina de la OMS llega pocos días después de que la administración de Donald Trump anunciara lo propio con respecto a Estados Unidos. No es un dato menor: Milei ha manifestado en varias ocasiones su admiración por Trump y su agenda "America First". 

La conexión entre ambos líderes no es solo ideológica, sino también programática. Milei, como Trump, ha sido un crítico feroz de la OMS, a la que acusa de complicidad con el régimen chino en la gestión de la pandemia y de haber impulsado políticas sanitarias extremas que vulneraron derechos individuales tales como los encierros prolongados y las inoculaciones masivas forzadas (además sin la evaluación suficiente de efectos adversos).

"Urge repensar desde la comunidad internacional para qué existen organismos supranacionales, financiados por todos, que no cumplen con los objetivos para los que fueron creados, se dedican a hacer política internacional y pretenden imponerse por encima de los países miembro", profundiza el comunicado oficial de la Oficina del Presidente.

La postura de Milei es clara: los organismos globales, lejos de ayudar, actúan como estructuras burocráticas que limitan la soberanía nacional.

Desde la oposición, la decisión del gobierno argentino ha sido duramente criticada, sobre todo por aquellos que han ejecutado las controvertidas políticas sanitarias de la OMS años atrás. Tal es el caso del ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, quien calificó la medida del gobierno nacional como "un error estratégico". 

Sin embargo, para Milei y su equipo, se trata de una decisión coherente con su visión de mundo: Argentina debe decidir por sí misma y no someterse a directrices impuestas por organismos internacionales.

El caso de Milei es singular dentro del ecosistema de la nueva derecha global. Mientras líderes como Trump, Viktor Orbán (Hungría), Marine Le Pen (Francia), Santiago Abascal (España) y Jair Bolsonaro (Brasil), entre otros, provienen de corrientes nacionalistas o conservadoras, Milei surge del liberalismo y el libertarismo. Sin embargo, su gobierno ha demostrado una rápida convergencia con las posturas soberanistas, especialmente en lo que refiere a su oposición a las agendas climáticas, de género y a las instituciones globalistas.

Un ejemplo claro de esta agenda conservadora es la reciente decisión del gobierno de modificar la Ley de Identidad de Género para prohibir tratamientos hormonales y cirugías de cambio de sexo en menores de 18 años. O bien la prohibición de los traslados de cárceles por cuestiones de cambio de género.

Es por eso que el retiro de Argentina de la OMS representa mucho más que una decisión administrativa. Es un acto de afirmación soberanista y una declaración de principios de Milei frente al orden global. El jefe del bloque de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires, Agustín Romo, lo expresó de forma categórica: "Ningún organismo internacional manejado por burócratas que nadie votó le va a venir a decir a la Nación Argentina qué hacer".

Con esta decisión, Milei consolida su lugar en la corriente mundial de la nueva derecha. Su particularidad es que lo hace desde el liberalismo, un terreno que tradicionalmente no se asociaba con el soberanismo. ¿Milei se está convirtiendo, entonces, en el primer liberal-libertario soberanista de la historia?

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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