





Fito Páez comenzó a escribir “Novela” en el año 1988. Con un proceso creativo que constó de varios pasos y relecturas, se borró y rehízo durante todo este tiempo, culminando en 2024 —año en que falleció la tía de Fito—, y viendo la luz en este 2025. Grabado en los estudios Abbey Road —Londres— y Sony Music 5020 —Madrid—, junto a Gustavo Borner y Diego Olivero en la producción, contó con músicos de la talla de Ian Thomas en batería (ha trabajado con Eric Clapton y Mick Jagger entre otros), Adam Goldsmith en guitarras (Gloria Estefan, Seal, Robbie Williams) y el violinista Everton Nelson (Ryuichi Sakamoto).
Inspirado en el formato creativo de “Quadrophenia” (The Who), “Novela” tiene la virtud de las grandes obras: los personajes tienen una identidad en la que todas las personas se pueden ver reflejadas. Parece ser nuestro —desde el punto de vista del yo—, y a la vez es de todos. Narrado en 25 tracks inéditos, el relato cuenta las peripecias de un pueblo de la provincia de Santa Fe, en el cual jóvenes y adultos conviven en un cosmos tan seductor como asombroso, construyendo una historia extraordinaria. En esta crónica también prevalece un aura cinematográfica, donde las palabras y descripciones disparan referencias del cine fantástico, del noir, del western, del terror y de la comedia. Vale la pena destacar la maravillosa interpretación de la actriz, dramaturga y directora de cine Lorena Vega.


La historia tiene su puntapié en una universidad de brujas, en donde a dos alumnas destacadas llamadas Maldivina y Turbialuz, después de que se mandaron una de las suyas, les encargan una misión a modo castigo, pero también de prueba de su talento. Esta universidad está gobernada por Rectitud Martirius, quien las envía a Villa Constitución —donde transcurre toda la intriga— a ocasionar el encuentro entre dos personas que se desconocen y deben enamorarse.
Loka, Jimmy y la tía Charo
Esas dos personas son Loka y Jimmy, la hija del dueño de un circo pobre itinerante y un niño huérfano que tiene una banda de rock y que vive con su tía Charo (tal vez, el único nombre que no es ficción: la tía de Fito era Charito). En ese contexto, asaltan el relato una procesión de figuras colaterales fascinantes: Jok, Nana, Tito, Pachón, Julius, Jasmin, El hombre montaña, el Barón Charlus, Mr. Rattin, el mago Simón y el cura del pueblo.
En cuanto a lo musical, “Novela” sirve como síntesis de todos los Fitos que podemos escuchar. Páez es un artista a quien etiquetarlo es una picardía. Resulta reduccionista decir que es un músico de tal o cual género, y a lo largo de su obra nos reveló que su escuela es amplia y desarrollada. Al tratarse de una historia conceptual extensa, en donde las tensiones de la historia van navegando en tracciones emocionales con diversas intensidades, la música también transita por momentos agresivos, oscuros, brillantes y felices. Por momentos te dan ganas de bailar, y al instante querés llorar y abrazar a alguien.
Un Fito gestáltico
Está claro que “Novela” no sigue las tendencias virales de esta época, que indican consumo rápido, clickbait y fast food musical. Al contrario, es un material gestáltico, donde si bien las canciones pueden funcionar por sí solas, el todo es más que la suma de las partes. ¿Pero debería llamarnos la atención? Rápidamente salta esta característica, pero si resulta novedoso destacarlo, no es por Fito Páez, sino por lo que hacen casi todos los demás. Justamente Fito hace lo que se le canta desde su más tierna edad. De hecho, ¿qué otro artista argentino popular publicó una trilogía en los últimos años como es “Los años salvajes” (2021), “Futurología Arlt” (2022) y “The Golden Light” (2022)? Y después de eso, se metió con la obra inmaculada, esa que se apropió el público, que supuestamente no se podía tocar porque iba a dañar la nostalgia y los factores emocionales de gran parte de los adultos que fueron jóvenes en Latinoamérica durante los 90, y, sin embargo, reversionó “El amor después del amor”. Entonces, a Fito hay que medirlo con Fito, y que hoy publique una obra como “Novela” es muy Páez.
De todos modos, si son de las personas que los domina el multitasking, atención dispersa, o les gana la ansiedad, tal vez deban escuchar otros discos, de otros artistas. O ir picando con estas opciones: “Universidad Prix”; los rockazos “Jimmy Jimmy”, “Modo Carrie”, “Argentina es una trampa” y “Aceptémoslo”; o mi preferido, el maravilloso “Cruces de Gin en Sal”, donde Fito saca a relucir unas reminiscencias a Elton John del disco “Madman Across the Water” que paralizan. También, por supuesto, funcionan de forma individual los cortes de difusión, que describen momentos clave de la historia, “Cuando el circo llega al pueblo”, “Superextraño” y “Sale el sol”.
“Novela” está atravesada por vecinos excéntricos y peculiares, donde sobresalen el conflicto, el compromiso y la representación de la vida diaria, condimentada por sucesos extraordinarios y personajes marginales, con sus miserias y virtudes. Hay protagonistas rotos, y otros no tan sanos. Un exalcohólico, una madama prostibularia, un domador de tigres famélicos o una trapecista polaca. Amores, desamores, engaños, traumas juveniles, brujas que vuelan. Muchedumbres con ánimos exaltados, locura de masas, señalamiento y linchamiento social. Y amor, mucho amor. Cualquier semejanza con la realidad, no es pura coincidencia. Después de todo, la vida es una novela.
Fuente: Infobae




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