Tratar de no chocar la calesita

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
X3WZVYKR6RC5NEWVWYJYBJA4W4

Juntos por el Cambio, el conglomerado opositor más importante de Córdoba, se asoma al electoral 2023 aún con el impulso que le imprimió la victoria legislativa de 2021. En aquellos comicios, de carambola y en medio de una interna feroz que sólo pudo encauzarse gracias a la obligatoriedad de las Paso, Luis Juez y Rodrigo de Loredo sellaron una sociedad impensada y, con la victoria, sacaron pasaporte para la disputa futura del poder real provincial. El tiempo se consumió. La hora de las definiciones se acerca.

Tanto el senador como el diputado repiten que la unidad de la coalición “está garantizada”, pero los tirones internos, como era de esperar, comenzaron a aflorar. Juez es precandidato a gobernador desde aquella noche de noviembre de 2021. De Loredo, en cambio, se sumó a esa aspiración después de dos lanzamientos que realizó durante el año pasado. Aunque se especulaba con que el radical optaría por la postulación para la intendencia capitalina, el diputado de Evolución asegura que buscará volver a poner a un radical al frente del Centro Cívico.

La convivencia entre ambos dirigentes fue mutando en todos meses. Aquel compromiso de caminar “espalda con espalda” que ambos juraron respetar comenzó a sumar algunos cortocircuitos. A Juez le costó procesar que su candidatura no era la única dentro del espacio.

ALIADOS Y ENTRAMADOS
El exintendente de Córdoba construyó una relación sólida con la estructura orgánica de la UCR provincial, un activo indispensable para el juecismo, carente de musculatura territorial en el interior. Pese a las dudas que se generaron para las legislativas de 2021, el resultado derrumbó un mito: los radicales sí votaron a Juez, un dirigente nacido de las entrañas del peronismo, pero que se volvió opositor y denunciador del PJ tras su salida de la función pública en años del delasotismo.

El esquema para fortalecer su candidatura se apuntaló, además, con un alineamiento nacional detrás de la figura de Horacio Rodríguez Larreta, precandidato presidencial del PRO. Juez también tiene diálogo con Patricia Bullrich, la otra precandidata “amarilla”, aunque esa relación comienza a diluirse por efecto de la puja entre dos de las principales figuras del PRO. El líder del Frente Cívico se alistó recientemente como parte del equipo “Larreta presidente”.

En cambio, Juez entró en una disputa directa con el expresidente Mauricio Macri. La relación política y personal entre ambos fue fluctuante en estos años, pero ahora está en el peor momento. Especialmente luego de que se conociera la reunión reservada entre Martín Llaryora, el candidato a gobernador de Hacemos por Córdoba, y el exmandatario. “Se reunió con mi enemigo”, se quejó en público el senador sobre el encuentro que sacudió la estructura de Juntos por el Cambio y avivó los fantasmas del “pacto” político entre el fundador del PRO y el peronismo de Córdoba, parecido al que se plasmó para los comicios provinciales de 2019 y que terminó siendo combustible que colaboró en la fractura opositora.

Además del radicalismo y el juecismo, el otro actor relevante en Juntos por el Cambio es el PRO. Ese partido aún continúa con una dependencia directa de las decisiones que se toman en Buenos Aires. Los alineamientos se han repartido en distintas canastas, aunque ninguna con identidad propia, todo un síntoma de la ausencia de liderazgos definidos en la provincia.

Larreta apoya a Juez, Bullrich estaba en esa senda y ahora parece redefinirse, y Macri prefiere al radical De Loredo tras el fallido posicionamiento de Gustavo Santos, su mimado, pero que al perder las Paso en 2021 llegó a Diputados, aunque quedó marginado de aspirar a una candidatura a gobernador dentro de Juntos por el Cambio.

Sin confirmación de fecha de elecciones, la estrategia que quiere instalar De Loredo pasa por no adelantar los tiempos. “Esta vez, no vamos a mostrarles las cartas al peronismo”, repite el radical, consciente de que esa espera genera inquietud en la tropa propia, fundamentalmente en los municipios del interior, que quieren definir sus calendarios electorales. Además, este año, por efecto de la imposibilidad de repetir mandato de intendente que hayan repetido dos gobiernos consecutivos, deben darse las respectivas sucesiones, una etapa que en algunos casos hasta requerirá de internas locales.

De Loredo cree que los comicios provinciales no se adelantarán. Y que en el tiempo que falta él logrará acercarse a Juez en las encuestas. El senador dice que está cada vez mejor en el interior.

El senador y el diputado, en un preacuerdo “mano a mano” que se insinuó en un escrito como si se tratara de un contrato de alquiler, habían dispuesto que si uno de los dos le sacaba al otro una ventaja de 10 puntos, no habría internas. En cambio, si la diferencia no era tal, se debían realizar esos comicios. Quien quedaba segundo sería el vice. Pero Juez sorprendió recientemente: en una entrevista que La Voz publicó el 31 de diciembre dijo, tajante, que no habrá primarias. Y el interrogante de la definición se agrandó todavía más.

Esa complejidad se acrecienta cuando se suma el capítulo de las listas a legisladores y el segmento capitalino, otra elección crucial que dependerá de la fecha en la que el PJ decida que se vote.

Con idas y vueltas, Juez y De Loredo lograron acordar casi todo hasta ahora. Llega el momento de la definición real, y el desafío central es no chocar el auto competitivo que supieron construir antes de que empiece de verdad la carrera por el poder.

Con información de La Voz, sobre una nota de Mariano Bergero

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto