En Córdoba, el peronismo le teme a Juez

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El plan no es nuevo, pero entró en etapa de definiciones: el PJ busca “aislar” a Luis Juez, el opositor que en el oficialismo creen que terminará siendo el rival de Martín Llaryora en la carrera por la sucesión del gobernador Juan Schiaretti.

Mostrar al precandidato opositor sin el acompañamiento de una parte del radicalismo y del PRO se convirtió en una prioridad para el peronismo, desde que Juez se reinventó como un dirigente con chances de disputar poder luego del contundente triunfo de Juntos por el Cambio en las elecciones legislativas de 2021.

“Juez y De Loredo se potencian. Juntos, en cualquier circunstancia y lugar, son competitivos”, recitan los peronistas que conocen de encuestas.

El primer plan del PJ fue sembrar discordia para que hubiera un quiebre entre ambos dirigentes opositores. Eso hasta ahora no ocurrió. Aunque no pueden ocultar las tensiones que surgieron cuando De Loredo decidió desafiar a Juez por la candidatura a gobernador.

Esa encrucijada opositora aún no está resuelta. No obstante, en el PJ no tienen dudas de que el senador nacional terminará siendo el candidato.

Tal vez por este convencimiento, y en línea con el plan de aislar al fundador del Frente Cívico, usinas oficialistas buscan instalar que De Loredo “no será candidato a nada” en los próximos comicios.

El argumento es que el diputado está molesto por un supuesto acuerdo entre Juez y las autoridades del radicalismo, lideradas por Mario Negri y por Ramón Mestre, para que no haya interna para dirimir las candidaturas.

“Si no es candidato y Juntos por el Cambio pierde, De Loredo se preserva y queda instalado como el referente opositor”, repiten los peronistas, con una alta cuota de deseo personal más que de realismo.

Los deloredistas desmienten con esmero esta versión. “Rodrigo está haciendo un gran esfuerzo personal y político para construir una candidatura, ¿por qué se va a correr de todo? Eso no existe, no tiene sentido”, aseguró alguien del entorno íntimo del líder local de Evolución Radical.

PATA RADICAL
La estrategia electoral del oficialismo es mostrar a un Juez debilitado, sin el respaldo mayoritario del radicalismo, la columna vertebral del poder territorial de Juntos por el Cambio. También hay conversaciones con intendentes y con dirigentes macristas.

Llaryora tomó personalmente la tarea de armar una pata radical de Hacemos por Córdoba. El jueves pasado, el intendente capitalino almorzó en el Palacio 6 de Julio con los intendentes radicales Myrian Prunotto (Estación Juárez Celman), Carlos Briner (Bell Ville) y Gustavo Benedetti (Arroyito).

Aunque los llaryoristas prefirieron el silencio, en ese largo encuentro gastronómico y político se habló de establecer “definiciones en lo inmediato”.

El objetivo es mostrar lo antes posible a intendentes radicales “saltar el charco”, utilizando una terminología delasotista del pasado.

Hubo otras charlas con estos intendentes, pero en la del jueves se dieron avances “significativos”, según dijeron desde el entorno de Prunotto, la radical más convencida de apoyar al candidato peronista.

Fuentes radicales aseguran que a Briner “no lo tienta tanto” trabajar para el PJ. “‘El Colorado’ está muy enojado con las autoridades del partido y fue a escuchar, pero no va a abandonar el radicalismo”, dijo un radical del interior que conoce el carácter volcánico del intendente de Bell Ville, pero también su fuerte arraigo al radicalismo.

Los llaryoristas son los más entusiasmados con el objetivo de sumar “la pata radical”. Que Llaryora se haya puesto al frente de las negociaciones marca ese convencimiento.

Los schiarettistas son más cautos. Creen que, para que tenga sentido, esta movida tiene que involucrar a varios intendentes y dirigentes radicales y macristas. En el Palacio 6 de Julio están seguros de que así será. “Y pronto”, agregó un llaryorista optimista.

“Fueron costosos los acuerdos electorales individuales del pasado reciente. Para el PJ sería más beneficioso tener a radicales y a macristas que hagan ruido dentro de Juntos por el Cambio que chupárselos”, admitió un peronista con experiencia en campaña, pero que no se sienta a la mesa chica de las decisiones políticas del oficialismo.

Con una porción de la dirigencia del PRO, también hay una negociación abierta. La reunión que debió ser reservada, pero que se filtró, entre Mauricio Macri y Llaryora, el 17 de noviembre pasado, encendió las alarmas en Juntos por el Cambio.

También entusiasmó a no pocos dirigentes del PRO local que no digieren a Juez como candidato a gobernador.

Son públicas las diferencias de Gustavo Santos y del legislador Darío Capitani con el senador. Es más, el legislador villamariense hasta amenazó con llevar a Juez a los tribunales por sus furibundas críticas cuando se aprobó la ley del juego online.

Los peronistas cabalgan sobre esas diferencias internas. Quienes tienen diálogo con Santos aseguran que el referente de Macri en Córdoba no lo pensaría dos veces si tuviera que elegir entre Juez y Llaryora: prefiere al candidato oficialista.

Tampoco es novedad que Macri tiene una mala relación con Juez. “Es una cuestión de piel, más que de política”, describió, sin atenuantes, un macrista cordobés.

Aunque hay un obstáculo para que macristas se encolumnen con Llaryora: Macri tendría que dar muchas explicaciones en la mesa nacional de Juntos por el Cambio.

Todo puede pasar. Como difunden los peronistas, se vienen días de definiciones para tratar de aislar a Juez.

Con información de La Voz

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