La fórmula "José Manuel de la Sota" para ganar Córdoba

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
63c60af2a9e38_940_529!

Un engranaje clave para la estrategia del peronismo de Córdoba está en marcha: pegar las elecciones municipales a las provinciales para garantizar que el aparato movilice los votos que necesitará Martín Llaryora para ser el próximo gobernador de Córdoba; en una elección con múltiples complejidades para él, entre ellas, la unidad de Juntos por el Cambio.


 

Esta estrategia, pergeñada por José Manuel de la Sota en 1998 y que resultaría fundamental para el PJ en las elecciones de 2007, cuando Juan Schiaretti ganó una controvertida elección por un puñado de votos, tiene hasta ahora el apoyo de 100 jefes comunales, pero espera sumar en los próximos días a los del departamento Río Primero.

 

Hasta ahora, Llaryora logró el compromiso de 25 intendentes de San Justo, su departamento de origen; 13 de Río Segundo; 8 del estratégico departamento Colón, el segundo de la provincia en cantidad de electores; 10 de San Alberto y otros 10 en San Javier, en el oeste provincial, donde el peronismo espera un impacto electoral por el siniestro vial que protagonizó meses atrás el caudillo de la zona, Oscar González; 7 en Minas; 5 en Cruz del Eje y 11 de los departamentos Totoral, Río Seco y Sobremonte.

 

A este mapa le faltan piezas: qué harán los intendentes radicales a la hora de convocar a elecciones. Hasta ahora, y en general, estos despegaron sus comicios locales de los provinciales, para no ser arrastrados por la ola del peronismo provincial. Pero en esta oportunidad no hay certezas. El único radical que convocó, el deloreista puro Gustavo Bottasso (Hernando), adelantó la elección local al 26 de marzo, lo que generó cierto malestar en Juntos por el Cambio.

Las principales ciudades de la provincia, con excepción de la capital, tienen fechas establecidas por carta orgánica. Desde fines del siglo pasado, la ciudad de Córdoba despegó sus elecciones de las provinciales, hasta 2019, cuando Ramón Mestre rompió esa tradición, lo que derivó en que la UCR entregase a Llaryora la Municipalidad de Córdoba.

 

Ahora, en el marco de las especulaciones, el alineamiento de los intendentes peronistas del interior es una señal clara de que el intendente y candidato a gobernador del PJ hará lo mismo: "No le podemos pedir a los intendentes que hagan algo que nosotros no estamos dispuestos a hacer", anticipan cerca de Llaryora. Confiados en los números que arrojan sus encuestas en la ciudad de Córdoba, fanfarronean que "Martín puede hacer intendente a quien él decida".

 

En el mapa del PJ hay huecos importantes todavía, y algunos generan inquietud y ansiedad: Punilla, bastión de Carlos Caserio, es uno de ellos. Santa María, en el Gran Córdoba y territorio del ministro Facundo Torres, otro que aún no da señales. Río Cuarto, donde Juan Manuel Llamosas -intendente de la ciudad que le da nombre a ese departamento- tiene intención de ser el candidato a vicegobernador, tampoco firmó el libro de lealtades. Y los departamentos del sur y sudeste provincial, donde Luis Juez se adjudica números altamente competitivos, también es terreno de indefinición.

 

Pero en el Palacio 6 de Julio advierten que el armado con 100 intendentes en pleno enero es una señal "más que tranquilizadora" respecto de cómo jugaría el grueso del peronismo. Y tampoco es menor que aún no hay fecha de elección provincial, un calendario que definirán Llaryora y Juan Schiaretti en soledad. 

Con información de LPO, sobre una nota de Juan Manuel González

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto