“O Rodrigo coopera en el cierre del acuerdo político o quedará aislado"

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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Los integrantes de Juntos por el Cambio de Córdoba prometen sacudirse la modorra de las vacaciones de enero para salir del laberinto al que ingresaron después del triunfo en las elecciones legislativas de enero. Los indicios prometen chispas porque el precandidato por el Frente Cívico, Luis Juez, inaugurará la etapa de presión sobre su socio, el radical Rodrigo de Loredo.

“En febrero acordaremos con la Lista 3 de la UCR”, dispara de manera sencilla un miembro clave de la mesa chica del senador. El número de la boleta y la sigla del centenario partido indica que el juecismo buscará un acuerdo orgánico con el sector que hoy tiene la lapicera del partido y que se sabe incómodo cuando se imagina bajo el yugo de De Loredo, el que tiene los votos. 

En otras palabras, parece que triunfa el ala de consejeros de Juez que sostiene que el FC hizo mal negocio cuando acordó con figuras individuales del radicalismo. En ese acto de revisionismo histórico, recuerdan experiencias como la de benigno Rins en Río Cuarto; o la de Marcelino Gattica y Gabriel Frizza en Jesús María; incluso agregan al lote el espónsor que dieron a la hoy famosa Myrian Prunotto, en Estación Juárez Celman.  

 
Como una muestra de que ese será el camino elegido piden (no tan amablemente) al presidente del bloque UCR Evolución que “colabore”. Caso contrario arriesgan su pronóstico: “O coopera en el cierre del acuerdo político o quedará aislado y su grupo de acólitos con las manos vacías”. La palabra elegida no es azarosa. Acuerdo, no interna. 

El cáustico planteo inaugura un nuevo nivel en las relaciones entre el binomio ganador de las PASO y la pulseada de medio término. “Aunque parezca Gardel, no es Gardel, diría el anciano General”, siguen provocando desde la sede de calle Santa Rosa. 

Detrás de este intento de socavar la sólida autoestima de De Loredo se esconde una fuerte crítica y el siguiente eje de presión. ¿A quién responsabiliza el juecismo por el grupo de intendentes que mostraron interés en trabajar por la candidatura a gobernador del peronista Martín Llaryora? ¿Culpa a los cabecillas de la movida: Prunotto, Gustavo Benedetti (Arroyito) y Carlos Briner (Bell Ville)? ¿O al intendente de Córdoba por sus esfuerzos por sumar “boinas blancas” a Hacemos por Córdoba? A ninguno de los nombrados. 

En los comentarios que surgen desde el entorno de Juez, De Loredo asoma como el responsable. “Si fuera tan importante, no habría radicales ‘trans’”, apócope juecista de “tránsfugas”. Y pegan y pegan: “No es Sabattini, no es Angeloz, no es Mestre padre”. 

A esta altura se admiten algunas conclusiones, más que evidentes. Crece el malestar del FC por el juego de De Loredo que no declina su ambición provincial, naturalmente; y Juez no se saldrá del corsé orgánico en esta ocasión, aunque mantiene intacta su cláusula antidemocrática de evitar la interna para definir candidaturas. 

Parece que Juez se inclinará por la cobertura que le da la firma de Negri porque entiende que la estructura de la UCR es, en definitiva, la que potenciaría sus posibilidades electorales; no así la joven promesa radical que sacó un millón de votos el turno pasado y logró hacerse un lugar en la estructura partidaria en manos del negrismo y el mestrismo. 

Juez bajaba del avión anoche y con esta artillería daba por inaugurado su año político dentro de Juntos por el Cambio.

Fuente: Diario Alfil, sobre una nota de la periodista Yanina PASSERO

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