Patricia Bullrich le pidió que se baje y Schiaretti cantó retruco para reafirmar su campaña

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Patricia Bullrich ensayó dos caminos posibles para hablarle al electorado de Córdoba y sortear la obstinación del gobernador Juan Schiaretti que, contra todas las apuestas, no declinará su candidatura presidencial por Hacemos por Nuestro País.

Para asegurarse el voto moderado, la referente de Juntos por el Cambio (JxC) apeló a la vieja táctica de la confusión cuando elogió a un ministro clave de la gestión provincial. El coqueteo con Osvaldo Giordano generó reacciones encontradas. Una semana después, y minutos antes de su arribo a la ciudad de Río Cuarto, Bullrich caminó sobre sus pasos: invitó a Schiaretti a bajarse de la competencia y recordó experiencias fallidas de unidad al asociar el frente de frentes que cocinaban Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador como factor explicativo de la caída de Luis Juez ante Martín Llaryora, en junio.
“No sería malo que Schiaretti en este momento deje de ser candidato a presidente y piense en otra instancia de su colaboración en el país”, fue la frase que retumbó como una bomba en el campamento schiarettista y puso manos a la obra al diputado Carlos Gutiérrez, vocero cordobesista premium. El PJ le dejó pasar el aprovechamiento de la “inocencia” -dicen- de Giordano; no habría una segunda vez.


La ex ministra de Seguridad decidió aplicar el liberalismo electoral. “El voto de Schiaretti que se disperse como quiera”, dio por hecho en radio Pulxo. Esta postura es, también, un regreso hacia su ortodoxia. ¿Por qué borrar los límites con la experiencia reciente de Rodríguez Larreta como antecedente que, con un discurso de centro, quedó cuarto en Córdoba en el domingo de las PASO? ¿Por qué habilitar el juego al peronismo cordobesista que hará lo que tenga que hacer para ganar en Córdoba?
En el campamento halcón reconocen que “la experiencia Giordano” es aislada, que no habrá nuevos convites de esas características. Recuerdan que la relación con el economista cuenta varios años, pero que se trata de “un caso aislado”.
Después de esa prueba piloto fallida, asoma la primera línea clara de la estrategia de campaña que se desarrollará en Córdoba, un bastión en el que JxC logró los mayores dividendos electorales y, como si fuera poco, el impulso necesario para que Mauricio Macri llevara a Cambiemos, su criatura, al máximo escalón de la política nacional en 2015. Bullrich tratará de “desnudar la inutilidad del voto a Schiaretti” -tal es la palabra que utilizan sus campañistas- pero sin raspar a su equipo de trabajo y a su gestión, principal baluarte.

Tensará lo suficiente, pero no tanto para atrapar al electorado de centro que apoyó a Larreta y que duda sobre la conveniencia de apoyar a Schiaretti para la general. Incluso, para resucitar vías de diálogo ante una eventual segunda vuelta.

Sin embargo, la apuesta bullrichista encontró un áspero rechazo del cordobesismo, que aprovechó el volantazo de “la piba” para recuperar centralidad en la víspera del relanzamiento porteño de la campaña de Hacemos por Nuestro País, que tendrá lugar este miércoles por la tarde.

No, gracias
El candidato a diputado de Schiaretti fue el encargado de responder el llamado a la claudicación. En un largo hilo de Twitter-, Gutiérrez fue cáustico con Bullrich y, de paso, con Sergio Massa, exponente de Unión por la Patria.

“Si les gustan nuestros ministros; si vienen y dicen loas de cómo está Córdoba; si se desviven hablando de su importancia como motor productivo; y si ya han fracasado tantas veces háganse a un lado; sean serios por única vez, y le demos al país alguien q la pueda gobernar bien”, disparó antes de recordar que este miércoles, Schiaretti relanzará su campaña en compañía del gobernador e intendente electos, Martín Llaryora y Daniel Passerini.

En el peronismo cordobés la decisión está tomada. Schiaretti jugará hasta al final y su sucesor está dispuesto a sostener la apuesta que, como siempre, se termina reduciendo a mantener los escaños en el Congreso. A su vez, apunta a una reconfiguración del PJ a nivel nacional con protagonismos del interior.

Si Llaryora escapa a la casuística peronista y ya piensa en Javier Milei como futuro presidente es porque sabe que en ese escenario le aguarda un rol central. No será casual que este miércoles enarbole su primer discurso nacional, con Schiaretti y Florencio Randazzo en cada flanco.

El juego del cordobesismo se proyecta más allá de octubre, por más que Bullrich o Massa digan que se juega el destino del país. Llaryora, como otros gobernadores, está convencido de que el libertario, de ganar, no la tendrá fácil y esa situación de vulnerabilidad pondera la figura de las referencias fuertes de la provincia.

Con informacion de Letra P.

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