Calvo gana terreno en el gabinete de Martín Llaryora

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Con el flamante Partido Cordobés recién llegado a la gestión provincial, Manuel Calvo empieza a levantar el perfil desde el Ministerio de Gobierno de Córdoba. Lo hace secundado por dos referentes que, hasta la previa electoral, revistaban en las filas que cuestionaban abiertamente a Juan Schiaretti: el radical Orlando Arduh y el extodista Natalio Graglia.

El esquema con el que Calvo ya comenzó a trabajar en el diálogo con los más de 400 intendentes y jefes comunales de la provincia, tiene al exlegislador boinablanca como secretario de Asuntos Institucionales; y al exintendente de Villa Nueva y excandidato del Frente de Todos, a cargo de la Subsecretaria de Municipios.
 
En esa mesa chica estratégica también se sienta el secretario de Gobierno, Augusto Pastore, que había llegado a la cartera durante la gestión de Julián López y que fue ascendido para ocupar el lugar que hasta el final de la era Schiaretti estuvo a cargo de Lito Bevilacqua.


La banda transversal
En sus primeras intervenciones públicas, el último vicegobernador de Schiaretti ya se anotó algunos porotos a su favor. Aunque a la larga el oficialismo no pudo evitar el paro de estatales contra la suba en los aportes jubilatorios, Calvo fue uno de los dirigentes que se reunió con los representantes gremiales a finales de la semana pasada para desactivar la medida gremial que originalmente estaba convocado para el martes, pero se ejecutó el jueves, luego de la sesión en la Unicameral. Aunque sea por un rato, esa foto sumó entre sus primeras acciones de neto corte político.
Esta semana se reunió con la flamante conducción del Foro de Intendentes Radicales. Allí estuvieron Arduh, que por el momento le gana la pulseada a la vicegobernadora Myrian Prunotto para convertirse en nexo del gobierno y sus correligionarios; y Graglia, una de las últimas incorporaciones de la escuadra gobernante.

El exintendente de Villa Nueva siempre fue uno de los principales escuderos del villamariense Martín Gill, el ex secretario de Obras Públicas del albertismo que regresó al peronismo cordobés para convertirse en ministro de Cooperativas y Mutuales, otro cargo clave para la construcción en el interior. Sin embargo, todas las versiones indican que su llegada a la gestión provincial no fue producto de las gestiones de su vecino, con quien supo construir una importante red de intendentes que jugó con Llaryora en la elección provincial pero desde el vamos apoyó a Sergio Massa en la batalla nacional.

El arribo de Graglia habría sido un gesto más del gobernador que acapara todo lo que está a su alcance para darle forma la nueva transversalidad que expresa el Partido Cordobés y tiene en el ministerio que conduce Calvo una cartera modelo.

Con Graglia, Pastore y Arduh, el exvicegobernador termina de diseñar un armado en el que fortalece vínculos que ya fue aceitando a lo largo de más de una década en la gestión provincial y avanza en la relación con aquellos sectores en los que todavía su inserción necesita un empuje mayor. Uno de esos diálogos es el grupo de intendentes radicales que, en muchos casos, se compone de administraciones recién asumidas que darán sus primeros pasos en gestiones locales signadas por un contexto general marcado por la crisis. Esa es una de las principales preocupaciones de la nueva conducción del Foro y uno de los temas centrales que se abordaron el miércoles.

El rol político
La articulación con los gobiernos locales es una tarea fundamental para la primera etapa del llaryorismo, que llegó al poder político mediterráneo en una elección que resultó mucho más pareja que lo imaginado y terminó engrosando el poder opositor en la Legislatura y en el mapa municipal.

Por esa razón, la decisión respecto a quién era la persona indicada para hacerse cargo de esa tarea estuvo muy trabajada en el equipo del gobernador y no escapó a las rencillas que se sucedieron en el armado inicial del equipo que debía accionar para dar forma ejecutiva a la renovación que encarna el sanfrasciqueño. En esa disputa, la figura de Calvo parecía encontrar cierta resistencia por parte de un sector del peronismo provincial que pujó por la continuidad de López de la cartera, entre los que se encontraban algunos hombres del riñon del gobernador.

Entre los cuestionamientos aparecieron viejas facturas por el manejo territorial de la campaña provincial y, algo que aparece siempre cuando se busca horadar a Calvo, su falta de contacto directo con la gestión en el territorio. En criollo, Calvo nunca fue intendente y para algunos esa situación representaba una debilidad.

A pesar de eso, Llaryora renovó la confianza en Calvo a quién no sólo le reconoció la tarea durante el proceso electoral sino que puso en valor el estricto rol político del cargo. Junto con el ministro de Vinculación Comunitaria, Daniel Pastore, fue uno de los que viajó al encuentro que el gobernador mantuvo con el ministro del Interior de la Nación, Guillermo Francos, en el primer acercamiento institucional con el gobierno libertario.

Es cierto que Calvo ya tiene una dilatada experiencia representando institucionalmente a Córdoba en instancias nacionales, cuando Schiaretti prefería resguardarse en Córdoba; pero entre sus nuevas funciones , también tiene a cargo el comando de la Mesa Provincia-Municipios, el principal órgano de articulación política entre el gobierno provincial y los intendentes.

Calvo ya se hizo cargo de esa tarea durante la pandemia, cuando con Schiaretti “guardado” por prevención sanitaria se convirtió en el hombre que encabezó la mayoría de los anuncios que inauguraron los tiempos de cuarentenas y flexibilizaciones, encabezó reuniones con sanitaristas, equipos de expertos, sectores productivos e intendentes de toda la provincia intentando surfear una crisis que sacudió el planeta en apenas un par de meses. Salvando las distancias, su tarea en el horizonte presenta desafíos similares.

Este jueves, hubo un primer encuentro con representantes regionales en la que esa parte del plan comenzó a rodar. “La voluntad política del gobernador es trabajar mancomunadamente y construir un gobierno de mucho diálogo, de apertura, de acompañamiento al desarrollo de las políticas públicas locales que ustedes van a llevar adelante”, les dijo Calvo a una docena de intendentes que se llegaron hasta la sede de Gobierno.

De esta manera, mientras pivotea su primer conflicto de gestión en Córdoba, con un ojo en la crisis y otro en el debate nacional, Llaryora ya tiene en cancha al equipo que tiene la tarea de contener la situación territorialmente e intentar que las explosiones no retumben demasiado en el interior provincial.

Con informacion de Letra P.

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