Gisela Scaglia: "Mi agenda de género es productiva y de mujeres que laburan"

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Periodista: - ¿Fue una reunión de dirigentes mujeres que conducen cuerpos deliberativo, o de dirigentes con poder que además son mujeres? ¿Una reafirmación de estamos acá por nuestros méritos?
Vicegobernadora Gisela Scaglia: - Creo que somos mujeres y coincidimos, y estamos dentro de Unidos, y conducimos los espacios legislativos más importantes de la Provincia. Y creo que ese es el sentido de vamos a reunirnos y a mostrarle a la gente que cada una es de distintos partidos políticos: María Eugenia de Creo, Chuchi del radicalismo, Clara del socialismo y yo del Pro. Somos cuatro mujeres, de cuatro partidos políticos, que tenemos una trayectoria. Somos mujeres de la política, militantes y elegidas por la gente. Cada una por su trayectoria y por quién es. Hay un mensaje que es también a las demás mujeres: que cambie esta idea de la mujer puesta por un hombre en lugar de poder.

- Que se lo han ganado por méritos y trayectoria.
- Sí, pero por las leyes vigentes también. Siempre lo digo: cada vez que hablo de la ley de cupo anterior o de la ley de Paridad actual hoy no estaríamos viendo que es: muchas mujeres en la participación política y muchas mujeres liderando espacios.
- Tal vez las normas de género y representación política hayan acelerado un proceso que ya la sociedad había iniciado.
- Sí… pero mirá que yo sigo pensando que sin leyes, no hubiera sido taaaan posible. Las leyes de cupo femenino fueron importantísimas y las de paridad de género también. Y fue el Senado de Santa Fe la Cámara que la propuso en la provincia. Fueron avances normativos necesarios.

Hay incluso muchas mujeres que te dicen ¿para qué esas leyes, si con méritos llegás igual? Y mi respuesta es que sin estas leyes no hubiera sucedido, que la política era un mundo muy masculino. Esto de romper esquemas y de que se vea que las mujeres hablen de temas que no son "propios de las mujeres" también es una particularidad. Y todavía no pasa tanto.

- ¿Aún no?
- Decime, ¿cuántas mujeres conocés que se ocupen de ámbitos como los de la ingeniería, o de la energía?.
- Verónica Geese. (La secretaría Estado de Energía de la Provincia).
- Bueno, por eso, estamos recién ahora en esos lugares. Empezamos hace muy poco y son ejemplos excepcionales. También en economía. Son áreas donde preponderantemente hay hombres.
- ¿Hay áreas o mundos de lo femenino?
- Históricamente hay lugares reservados a las mujeres que hacen política en lo social, en educación, en salud… El ejemplo de Vero Geese está bueno porque es alguien que rompe una estructura mental que no se advierte. De a poco sucede: se abren caminos nuevos para mujeres. No es fácil y en política había que romper esas tendencias con las leyes. No sé si hay ámbitos de lo femenino… pero sí estoy segura que las mujeres somos muy aplicadas, metódicas y trabajadoras. Muy responsables en la tarea que cumplimos. Siento que mejoramos mucho.

- ¿Se sienten más exigidas, no? Lo hablo con periodistas mujeres que sienten que deben demostrar lo que todos sabemos: que son muy buenas periodistas. Pero no pueden dejar un solo día sin producir, o peor, sin hacer constar esa producción.
- SIEMPRE se nos exige más. A todas nos pasaron historias como las que cuento: cuando una mujer entra a la política nos hacen la misma pregunta: "¿qué estudiaste?". Es como que a las mujeres se nos exige seamos profesionales, que nos hayamos preparado para hacer política. A los hombres no se les hace esa pregunta. Si sos mujer y estás acá es porque te esforzaste y porque pudiste antes tener un título. Es algo que no se les demanda a dirigentes políticos hombres. Y somos nosotras muchas veces las que nos ponemos en ese lugar de tener que mostrar pergaminos.
- (No le tengo que preguntar qué estudió, no le tengo que estudiar qué estudió).
- (Risas) En ocasiones lo veo, entre nosotras no somos solidarias a veces. Por eso creo que es importante reunirnos y mostrar que entre nosotras cuatro colaboramos, que no competimos. Aún con una responsabilidad política en sus partidos podemos cooperar para hacer cosas. Y eso nos hemos propuesto. Probablemente no sucedía, pienso que Unidos como experiencia política ha venido a permitir que los partidos tengan diferencias y las mantengan y aún así trabajar por objetivos comunes y cooperar. Si le va bien a una nos va bien a todas, hay que entenderlo.
- No parece fácil.
- No lo es. En redes, los comentarios más despectivos nos llegan de otras mujeres, lamentablemente.

- Hasta esta reunión, los periodistas nos habíamos dado cuenta que hay dos mujeres en las dos Cámaras claro, pero no habíamos tomado nota que al mismo tiempo la hay en los dos concejos municipales de las ciudades más importantes. Son lugares de poder.
- Con Clara hemos tenido siempre contacto y ahora en nuestras tareas más, fue electa por los santafesinos y luego por sus pares. Adriana Molina estuvo jugando por la intendencia de Sana Fe y eso lo destaco. María Eugenia comenzó con un concejo que no tenía mayoría del partido del intendente Javkin; ahora la tiene, pero ese inicio también es notable. Lidera ese proceso y tuvo que manejarse con los concejales en minoría. Chuchi es la primera en 150 años. Son verdaderos hitos. Cuando las convoqué. Les dije por qué no nos reunimos para ver qué le podemos aportar nosotras a otras mujeres que están en la política o en cualquier ámbito. Hay presidentas comunales e intendentas con las que podemos tener actividades más amplias.
- Van a seguir con reuniones entonces.
- La provincia tiene altos cargos en manos de mujeres en el Gabinete de Pullaro y otras electas en las administraciones municipales y comunales. Mujeres al frente de espacios de liderazgo político, o lo mismo con mujeres empresarias y comerciantes. Debemos ponerle el ojo a la mujer que sale de los temas de siempre de la agenda de género. Hay muchos logros por delante por conquistar, en equiparación social, salarial, en la tarea doméstica compartida.
- Y todo empeora según haya un nivel educativo más bajo…
- Cuando una mujer logra terminar el secundario es muy probable que también sus hijos. Ellas lideran en los hogares los procesos educativos.
- Hay cada vez más jefas de hogar.
- Tantas veces nos preguntamos cómo combatir la deserción escolar, y creo que ahí está la clave. Además de todos los dispositivos con los que tenemos enriquecer la escuela, tenemos que ir a los hogares. Hay experiencias muy positivas en la Universidad pública y en gobiernos municipales para el cuidado de los hijos y colaborar para que mujeres madres puedan estudiar.
- En la campaña electoral nacional hubo temores de un sector de la opinión pública, porque un triunfo de Javier Milei quite avances de la mujer. ¿Sufrió alguna vez ese miedo?
- No. Pienso que durante el kirchnerismo nos llevaron tan al límite, tan contra la raya con la agenda de género que ellos quisieron imponer que era como que si no hablabas con la "x", sin "les" o sin el "todos y todas" eras antiderechos. Fue tan extrema esa posición que pretendía que solo había una agenda de género, la del kirchnerismo, la del lenguaje pretendidamente inclusivo, la de lo menstrual que se excluyeron muchos temas y preocupaciones de la vida real. Mi agenda de género es productiva, es la de las mujeres que salen a la calle a pelearla, a hacer, a laburar. Que estudian, que se esfuerzan, que aspiran a que vivamos mejor. Y no digo con esto que no haya una agenda de género para combatir la violencia, porque eso desató la movilización urgente de las mujeres. Pero hay que ser realistas: fracasaron las políticas que se llevaron adelante sobre violencia de género contra las mujeres.
Hay que decirlo con todas las letras. Son políticas que fracasaron. Hay que revisarlo. Creo que una política integral y social tiene que llegar con todo a cada hogar. Y que tiene que ser transversal con todos los niveles del Estado. De eso hablamos en la reunión, de que es necesario que el Estado efectivamente acompañe a las víctimas, en términos del servicio de justicia, de la protección, pero también de tener dónde ir cuando ya no se puede vivir en una casa donde hay un violento.
- Algo no funcionó. El esfuerzo fue grande.
- Sí, es muy difícil. A todos nos corresponde mejorar. Pienso que a las chicas más jóvenes hay que advertirlas de las primeras señales de violencia en los noviazgos, por ejemplo.
- Un par de senadores han contado contentos que Ud. les permite decirle señora presidente.
- Es que no es una pelea para dar. La gente sufre cosas mucho más duras como para que discutamos algo así, ¿qué importancia puede tener cómo te nombran? En la "e" final hay género, la presidente, el presidente existen en el Castellano. Tampoco me tiene por qué molestar que me digan presidenta. Personalmente, trato de no usar "los" y "las" y así dentro del idioma puedo no discriminar, sin inventar nada, sin pretensiones fundacionales del lenguaje.
Insisto, llevaron todo tan a la raya desde el kirchnerismo que cuando Milei tiraba la bomba contra esas posturas tan extremas cosechaba apoyos. Hablar con la "e" nunca representó a la mayoría. Nuestro lenguaje es tan amplio hay muchas palabras que realmente son inclusivas. Se puede por ejemplo hablar de infancia, y allí están los chicos y las chicas. O decir "público presente", para el lenguaje institucional es inclusivo y siempre existió. Insisto, no es un tema relevante.

Con informacion de El Litoral.

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