¿Por qué la tropa de Martín Llaryora se agranda con el regreso de Cristina Fernández de Kirchner?

POLÍTICA - CÓRDOBA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Es probable que Martín Llaryora no se haya tomado el tiempo de leer al detalle el documento de 33 páginas que Cristina Fernández de Kirchner publicó el día de los enamorados. Abocado a la gestión en Córdoba e intentando bajar el tono en la discusión con Javier Milei, no tiene pensado hablar al respecto. Ni a favor, ni en contra.

A pesar de eso, en el círculo más cercano al gobernador analiza el movimiento como un mensaje al seno de la interna nacional del Partido Justicialista, en medio de la discusión a cielo abierto donde no son pocos las líneas que apuestan por una reestructuración general en la conducción partidaria.
 
En ese marco, entienden que una de las razones por las que la expresidenta apuró su reaparición es por el protagonismo que empezó a tener Llaryora, elegido por Milei como uno de sus blancos predilectos.


Sabe, dicen, que “el peronismo no kirchnerista está mirando a Martín como eventual líder de la oposición”. Y agregan más. “Como que salió a cortar ese posicionamiento”, consideran los más entusiasmados.

En ese sentido abonan la teoría que advierte que el mensaje de CFK persigue un único objetivo: no perder protagonismo en medio de la ebullición nacional.
El protagonismo de Martín Llaryora
La lectura de los cordobeses que destacan el protagonismo nacional de Llaryora se sustenta en el creciente centralismo que el gobernador fue ocupando en la discusión que se abrió a partir de los ataques de Milei a los mandatarios provinciales.

Después de haber hecho todo lo posible para acompañar la iniciativa parlamentaria que el Presidente planteó con el envío de la ley ómnibus al Congreso, Llaryora quedó en la mira. El libertario lo convirtió en uno de los adversarios elegidos entre los que identifica como “parte de la casta”, a la que acusa directamente de “votar con el kirchnerismo”.

El gobernador cordobés intentó desentenderse de esas acusaciones al principio, pero llegó un momento en que decidió romper el silencio y se puso al frente de las críticas por la motosierra a los subsidios para el transporte y la educación. Además, profundizó sus cuestionamientos al plan económico.

Y aunque sigue pidiendo que el Presidente "convoque a los gobernadores para trabajar en conjunto” llegó a advertir que "el plan fiscal de ajuste de esta manera tiene que cerrar con empleo y con actividad económica”.

“Si no entramos en una recesión nunca vista, casi peor a la del 2001", lanzó esta semana.

Córdoba y Cristina Fernández de Kirchner
El texto que la expresidenta publicó el pasado 14 de febrero está plagado de duras críticas contra el mandatario libertario. Algunas de ellas, incluso son compartidas por el gobernador de Córdoba, que también fue muy crítico con sus últimas gestiones, cuando la relación entre CFK y la provincia ya estaba totalmente rota.

Entre otras diferencias de corte político y metodológico, ese elemento es tenido en cuenta por Llaryora a la hora de pensar en su esquema de alianzas futuras. Su deseo de liderar a la oposición desde el peronismo ha sido contado en reiteradas oportunidades, aunque no era su intención hacerlo desde ahora.

Empujado por la aceleración libertaria, Llaryora levantó el perfil y empezó a llamar la atención de muchos sectores que ya habían notado un potencial referente durante la campaña electoral en Córdoba, donde la vertiente local del hoy extinto Frente de Todos apenas si consiguió el 2,2% de los votos.

Nadie sabe a ciencia cierta qué piensa la expresidenta de Llaryora, pero siempre supo que Córdoba era un territorio hostil por estas liderado por un peronismo provincialista, donde el kirchnerismo nunca logró tener ascendencia. Y no precisamente porque no lo haya intentado. Hubo también muchos yerros nacionales que marcaron a fuego esa tensión que se encargaron de alimentar tanto José Manuel de la Sota como Juan Schiaretti.

El pressing de Javier Milei
Convencido de su responsabilidad de representar a la ciudadanía de su provincia, a Llaryora no se le cruza por la cabeza un acercamiento explícito al kirchnerismo. En Córdoba consideran que la expresidenta lo sabe, por eso la inquieta el perfil nacional del gobernador.

La discusión con Milei también expone al mandatario provincial a una serie de ataques a los que se suben las principales figuras de la oposición de su provincia, que pegan en el mismo lugar que Presidente y buscan ganar referencialidad en uno de los distritos en los que el apoyo al actual Gobierno nacional mantiene sus niveles de aceptación más altos.

Sin embargo, Llaryora usa el molde de su Partido Cordobés y apuesta a un esquema de transversalidad que le permita ser promotor de una serie de acuerdos multipartidarios que se expresen en la relación con los gobernadores y se canalice a través del Congreso de la Nación. En su orden de prioridades, asegura que primero está Córdoba y después el resto de las cosas.

El gobernador se envalentona mientras hace malabares para que el ajuste, que como CFK tilda de “feroz”, no le genere demasiados problemas en la provincia, y observa cómo algunos sectores de Unión por la Patria lo reconocen como uno de los protagonistas de la renovación partidaria que el PJ. Igual, Llaryora no quiere apurarse e intenta parar la pelota en medio del pressing libertario que por momentos parece decidido a asfixiarlo.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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