Mauricio Macri reaparece para negociar el PRO

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Mauricio Macri va a ser el nuevo presidente del PRO en quince días, pero antes hará los deberes para asumir en un espacio que fundó, llevó a lo máximo del poder y vio caer como un piano frente al desembarco liberal que terminó con los sueños presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich tres meses atrás. Reunió tropa, se vio con líderes locales y se prepara para dar el salto y cristalizar la ruptura con lo anterior, lo preexistente, lo cercano al radicalismo, y asegurar que el ADN amarillo es representado hoy por Javier Milei, a pesar de que coincide en todos los "qué" pero en casi ningún "cómo". 

El expresidente precisa que el PRO valga más de lo que vale antes del 25 de mayo, cuando se rubrique con muchas o pocas adhesiones el documento para "refundar la patria", según reza el presidente Javier Milei. Será entonces el momento de cotizar lealtades y traiciones para posicionar herederos en distintos distritos del país. El PRO no es lo que era antes del nacimiento político de Javier Mieli, y ambos lo saben. Macri y el economista cruzan mensajes para llegar en igualdad de condiciones al Pacto de Mayo pero antes vendrán las temidas elecciones en el PRO, donde nadie esboza un halo de rebeldía frente al liderazgo del fundador.

La madre de las batallas
Mauricio Macri se reunió con Soledad Martínez y Cristian Ritondo la semana pasada, logró una radiografía del PRO bonaerense que lo tiene a su primo Jorge Macri como referente a pesar de no querer hablar del tema. "No estamos pensando en nada que no sea recuperar el vínculo con el vecino, laburar para reordenar la Ciudad y resolver deudas pendientes, la política hoy para nosotros es gestión, el resto no es algo que le mueva a Jorge". Dice un ministro porteño con MDZ, quien asegura que el miramiento del hombre fuerte de la Ciudad es evitar internas, encerronas y disputas estériles en un contexto de crisis económica y desembarco en Uspallata, el edificio de Parque Patricios donde todo se analiza a la hora de gobernar.


"Sumar no es entregar ni regalar, está equivocado Horacio". La frase es de Mauricio Macri y la repitió como mantra las últimas semanas, en las que decidió su desembarco en Rosario y posteriormente en ExpoAgro, donde hará fotos con referentes rurales y volverá a apoyar explícitamente el rumbo del plan económico de Javier Milei. 

Los primos Macri se reunieron en privado, pero hablan mucho más de lo que se dice y la sintonía es total, por lo que la sobrevida de los que militaron a Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta en contra de las ambiciones de los primos es un final más que cantado. Jorge Macri quiere evitar levantar el perfil y se abocó únicamente a la conformación del gabinete y la proximidad con los votantes, algo que se había descuidado durante la gesta del extinto proyecto de Rodríguez Larreta para gobernar Argentina.

Herencia amarilla y reconversión
Nadie que haya militado la campaña de Horacio Rodríguez Larreta tendrá un lugar de privilegio o de decisión en el venidero PRO, está avisado el exjefe de Gobierno que da por descontada su alianza futura con un sector del radicalismo y el peronismo desencantado. Es el objetivo de un grupo de dirigentes empezar a cuajar una ancha avenida del medio con Sergio Massa y Rodríguez Larreta, dos viejos amigos unidos por la derrota reciente que coinciden en diagnóstico y receta de solución.

Macri cree que el final de Horacio Rodríguez Larreta en términos de forma e injerencia es un hecho concreto e irreversible, no cree lo mismo de María Eugenia Vidal, quien busca dar por terminada su etapa de desdibujo para volver a tomar carrera con perfil duro y anti casta, pero con las formas y alianzas que el PRO va a sostener siempre. Mauricio Macri le dijo en privado antes de cada decisión de envergadura su postura, no coincidieron y las consecuencias le dieron la derecha al líder calabrés, a quien respeta y sigue considerando su referente.

Hubo emisarios de Mauricio Macri a Patricia Bullrich, quien pretende una relación simétrica con el expresidente, un oximoron desconocido por Macri. Las charlas informales son tensas, pero no las personales entre ambos, que saben que su tiempo empieza a terminarse y que el debate ahora es quién hereda la marca y qué postura tendrán frente a Javier Milei. Macri quiere evitar que el PRO sea fagocitado por las fuerzas del cielo, pero deberá entonces negociar distintos cargos con el bullrichismo para evitar quiebre interno. 

Patricia Bullrich no deja dudas: será orgánica a la hora de defender las ideas de Javier Milei y está convencida de que la reestructuración del PRO será por dentro y no en frente de La Libertad Avanza, una idea que tiene asidero dentro de la lógica de Javier Milei. No existió, existe ni existirán las medias tintas en la cabeza del Presidente, que bloquea del WhatsApp a cuanto ponga en duda su estrategia o criterio.

El rol de Mauricio Macri será medular, deberá encontrar el equilibrio del PRO como partido que apoya pero negocia con Javier Milei a pesar de la complementariedad. La simbiosis implicará entonces evitar el efecto rémora- tiburón, donde la toma de decisiones y el rumbo se toma por delante y sólo se admite sin vacilar. La lista de unidad entonces, cristalizará la preeminencia del criterio duro pero de acompañamiento, no de organicidad ni de entrega, las miradas que encontraron como siempre y más que nunca, distanciados a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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