Guerra fría entre Axel Kicillof y Sergio Massa

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Justo después de que Axel Kicillof lograra sellar una tregua con Máximo Kirchner, al gobernador se le desató una virtual guerra fría, esta vez con Sergio Massa, con quien mantiene abierto un frente de tensiones con eje en el reparto de cargos en la provincia de Buenos Aires, pero también con diferencias políticas que empiezan a profundizarse.

En las filas de Massa despliegan reclamos de todo tipo dirigidos al gobernador bonaerense, tanto por los espacios que le dio al Frente Renovador en la estructura del gobierno provincial como en la falta de gestos políticos del mandatario hacia una fuerza que se jacta de haberlo “empujado” para conseguir la reelección. Como prueba exhiben que Massa presidente obtuvo más votos que Kicillof gobernador.

Fiel a su estilo, el mandatario provincial se aleja de la disputa interna y trata de bajarle el precio al conflicto. En su entorno aseguran que se cumplió con lo pactado. Para Kicillof, remarcan, la disputa con el FR “no es un tema”.


Los motivos de Sergio Massa
En un sector importante del massismo no hacen ningún esfuerzo por disimular cómo se resintió el vínculo con Kicillof desde diciembre del año pasado, cuando se abrió una pulseada que nunca se cerró sobre los sillones que le correspondían al Frente Renovador en el esquema del gobierno bonaerense.
La continuidad de Jorge D’Onofrio en el Ministerio de Transporte estaba garantizada, pero el lugar que se abriría para Malena Galmarini quedó sin definición, con tironeos entre Tigre y La Plata, que primero fueron subterráneos y después quedaron a la vista de todos.

Malena había sido anunciada por la gobernación como nueva presidenta del Grupo Bapro, pero ese desembarco nunca se produjo. La expresidenta de AYSA no terminó de aceptarlo, porque el massimo pretende también que queden bajo su órbita la presidencia de las tres empresas de ese holding: Provincia ART, Provincia Seguros y Provincia VIDA).

Tensiones en Buenos Aires
El malestar siguió escalando en el verano y quedó expuesto en una sesión en la Legislatura bonaerense, a mediados de febrero, cuando la tropa del massismo abandonó ruidosamente una sesión entre reproches porque Kicillof no atendía a los intendentes del espacio.

En la gobernación buscaron siempre bajar los decibeles de una pelea que es todo pérdida en este contexto político para la provincia. Pero, en los últimos días, otro episodio reavivó las llamas. Kicillof dejó afuera del nuevo directorio de Aubasa al massista Ricardo Lissalde.

La jugada cayó muy mal en el Frente Renovador, donde fue leída como un “vuelto” del desaire en la Legislatura. Y, dicen, enojó al propio Massa, que desde Tigre monitorea minuto a minuto la evolución de todos los temas que involucran a los ministros, legisladores y funcionarios de su espacio.

El malestar se filtró en la reunión de la tropa massista que el ex ministro encabezó en Roque Pérez semanas atrás. Los presentes intercambiaron reclamos contra Kicillof y, además, ensayaron un clamor para que Massa vuelva a ser candidato en 2025. Esa opción podría no estar en los planes del gobernador hoy por hoy.

Congreso suspendido
El congreso del Frente Renovador que iba a realizarse el próximo viernes 22 fue postergado por decisión del propio Massa. El motivo formal, la superposición de fechas con el Congreso del PJ que se hace el mismo día. En rigor, había peligro de que la cumbre se convirtiera en una especie de catarsis pública de los cortocircuitos con Kicillof.

Es que además de los reproches por los cargos, hay una mirada sobre la discusión por la reorganización del peronismo. Massa apuesta por la recuperación del ADN original del Frente Renovador. En el massismo ven a Axel Kicillof enredado en una gestión cada vez más complicada por la falta de recursos, sin terminar de resolver las diferencias internas con Máximo Kirchner y condicionado por la reaparición en escena de Cristina Fernández de Kirchner, que marca la cancha a toda la oposición. Algunos quieren alejarse todo lo posible.

En las filas del massismo hay un sector ultracombativo. "Lo ayudamos a ganar la provincia y ahora nos quiere porotear dos cargos y tres contratos. Nos tendría que llamar él mismo para ofrecernos lugares", despotrican.

Axel Kicillof no cede
Un alto funcionario bonaerense cercano a Kicillof entiende que lo que Massa quiere es “un gesto de amor” del gobernador y no entiende que ese “no es el estilo” del exministro de Economía, que hace gala de sus modos “antirosca” con escasos guiños de contención hacia las diferentes tribus del peronismo acostumbradas a otras formas.

En La Plata creen que lo que está pidiendo el excandidato presidencial es que el Frente Renovador sea un socio político de peso en el gobierno bonaerense a partir de acuerdos políticos -que conllevan el nombramiento de figuras massistas en diferentes cargos- y dando muestras de una valoración por parte del gobernador a ese espacio con gestos. Uno que esperaban, por ejemplo, es que hubiera recibido a los intendentes liderados por Massa después del reclamo en la Legislatura.

Sin embargo, Kicillof no parece estar interesado en ceder ante las presiones. “Axel está bien con los funcionarios que tiene del Frente Renovador, sabemos que por ahí ellos no están tan conformes, pero no es algo a lo que el gobernador le está prestando tanta atención, ellos buscaron mover un poco el avispero, pero para nosotros no es un tema hoy”, afirmó otro funcionario bonaerense consultado por Letra P.

Por ahora, la guerra fría entre Tigre y La Plata promete continuar.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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