El enigmático Rodrigo de Loredo

¿Qué tiene Rodrigo de Loredo en la cabeza? Es una pregunta que, seguramente, varias personas se están haciendo. ¿Hay una estrategia fuera del inframundo de las redes sociales, las encuestas narcotizantes y una UCR que atraviesa uno de sus peores momentos políticos?

¿Por qué el jefe de la bancada radical en la Cámara de Diputados decidió esta semana plantarse contra el gobierno de Javier Milei con el apoyo a la recomposición de las jubilaciones? En su entorno afirman que hay dos banderas que no se arriarán por mera especulación: los haberes de la tercera edad y la educación.
 
Sin embargo, al medio está la política y se acercan las elecciones de 2025. El diputado cordobés hará equilibrio. Jubilaciones, sí; FONID, no. Presupuesto universitario, sí; emergencia educativa; no.

Es probable que su intención de mantener la centralidad permanente le haya traído varios dolores de cabeza. De Loredo quedó pegado al kirchnerismo. La situación lo irritó bastante cuando, en realidad, también el cordobesismo -al que le da caspa la decimoprimera letra del abecedario- votó la recomposición para la clase pasiva.
El diputado por Córdoba tuvo que redoblar sus esfuerzos para explicar que está muy lejos de Unión por la Patria. “Si el kirchnerismo apoyara la ley ómnibus, ¿Milei debería retirarla?”, se preguntaba un avezado alfil deloredista para ordenar los términos de la comparativa.
 
En concreto, De Loredo ya dio señales de que será un defensor entusiasta del proyecto de ley Bases cuando regrese a Diputados. El cálculo asoma previsible: la tropa libertaria estará exultante cuando el Presidente tenga los instrumentos de gobierno y la “casta” obtendrá a cambio el fin de las excusas que dilatan la gestión pública de La Libertad Avanza (LLA). Ya se para en el día después de la noticia.

¿Quién quisiera quedar pataleando en soledad? Sólo un opositor acérrimo.

Un empalme que Rodrigo de Loredo empieza a madurar
De Loredo tiene diferencias con Milei, pero no ingresa en la trinchera contraria. Sabe que las nuevas lógicas políticas lo colocan en un terreno grisáceo y que no escapa a la crisis de su propio partido. El radical también es permeable a la opinión -amable o agresiva- que de alguna manera le dice que termine de cortar lazos con Martín Lousteau.

El cordobés ya tiene un lugar de importancia en el elenco de gobernadores radicales que no tienen pruritos en mostrarse cooperativos con Milei. En esas provincias, como Mendoza o Corrientes, el color violeta asoma como el favorito en grandes porciones del electorado. Su electorado.

Córdoba no es la excepción. Surge la pregunta hasta qué punto De Loredo está dispuesto a un ensamble con LLA para pelear por su banca y extender su estancia en el recinto.

El juego en tándem con los gobernadores, la cooperación en el Congreso con el oficialismo, la crisis de representación de la UCR, su distancia con Lousteau y sus ambiciones personales son bastantes indicativas de la decisión que empieza a madurar.

Qué tiene Karina Milei en la cabeza
Más indescifrable es la estrategia que ejecutará la poderosa hermana presidencial y cabeza del armado en el interior de LLA, Karina Milei. Asoman dos opciones: el oficialismo reparte los lugares con otras fuerzas o apuesta a consolidar su marca sin candidaturas prestadas.

En el primer caso, Milei podría asegurarse resultados impactantes, en especial en Córdoba, al lograr aglutinar los resabios de Juntos por el Cambio detrás suyo.

En el segundo caso, terminaría sacando por sí solo los mismos lugares en el recinto que si hubiera decidido cederlos al priorizar un frente amplio.

“Milei hasta ahora gobernó con números”, razonan fuentes radicales sin saber qué tienen los hermanos Milei en la cabeza.

La pelea en la UCR de Córdoba
Es por eso que un factor crucial para la estrategia deloredista será la renovación de autoridades en la UCR de Córdoba. Aquí no se trata del nombre que surja para el Comité provincial, que tiene a Marcos Ferrer como favorito de la mayoría.

Será clave la pulseada por la composición del Congreso de la UCR que tiene como responsabilidad la definición de la política de alianzas. El 20 de julio el radicalismo tendrá su test de amistad con el cierre de las alianzas y el 30 de ese mes, con la presentación de las listas.

Suponiendo que el sainete de la ley ómnibus termine con un Pacto de Julio como se calcula, la escudería boinablanca tendrá un margen de diez días para ordenar su interna.

Hay varios frentes más abiertos. De Loredo tiene algo que Mario Negri quiere, pero que el primero no quiere dar: los votos para que el exvicegobernador de la provincia llegue a la Auditoría General de la Nación y, por ende, un espacio de poder real que supera al de una silla en el partido.

Queda claro que De Loredo tiene varias jugadas simultáneas que resolver. La catarata de insultos que recibió en redes, en el recinto y en la calle, dicen, que le dejaron el cuero duro. Una buena.

Con información de Letra P, sobre una nota de Yanina PASSERO