Javier Milei y la oposición se abrazan en un nuevo pacto

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Las partes habrán visto el abismo cerca. El Gobierno sabe que no puede seguir adelante por decreto, aunque su presidente, Javier Milei, crea que nadie es indispensable o necesario. Y la oposición “constructiva” reconoce, aunque no lo diga, que no le sirve otra votación donde en la foto aparezcan pegados al peronismo kirchnerista.

En la reunión de este lunes a la tarde, las partes fingieron no haber tenido un pasado inmediato donde el destrato y los insultos mutuos fueron dejados en la puerta del encuentro. “Todos parecíamos que nos juntamos por primera vez” expresó uno de los presentes. Como fueron muchos, preservaremos las fuentes que contaron las confidencias más relevantes.

Guillermo Francos fue el anfitrión en su despacho del bloque de Hacemos Coalición Federal, que presidido por Miguel Angel Pichetto, llegó acompañado por Emilio Monzó y Margarita Stolbizer. Más tarde llegaron al encuentro, para “garantizar” lo que estaba armando Francos, el encargado del relato oficial, Santiago Caputo, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.

¿Llegó la paz? Le preguntó MDZ a uno de los miembros del oficialismo que sabe muy bien lo que se discutió y cómo se habló. “No hay paz que dure cien años”, fue su primera respuesta, aunque luego siguió. “La reunión fue muy buena y constructiva. Hay paz. Esperemos que dure”.

Lamentablemente, todos los presentes dependen de alguien que no estuvo ahí. Del presidente Javier Milei y de su hermana, Karina. “Santiago y Nicolas trabajan para adecuar algunas cosas y hasta cambiaron sus formas iniciales. Pero de ahí a que acepten que habrá un acuerdo con “la casta”, hay un camino muy largo”, reconoció otra fuente oficial.

Entre los “visitantes”, antiguos habitués de los pasillos de la Casa Rosada, la salida fue mejor que la entrada al encuentro, donde preveían que iban a tener que explicar demasiado. Fundamentalmente “repetir lo que les dijimos hace tres meses, cuando trajeron la Ley Ómnibus. Era muy difícil meter todo y aprobar de una un proyecto así”.

“Le pedíamos que fijaran prioridades, pero no quisieron entender. Hasta nos ninguneaban creyendo que como la gente los votó mayoritariamente, iban a llevarnos a todos a las patadas. Ni una palmadita nos dieron al principio para engañarnos en las formas”, le dijo a MDZ uno de los que no estuvo en la reunión, pero sabe muy bien lo que pasó.

El gobierno mantiene un estado de gracia con la sociedad que no le endilga, por ahora, la responsabilidad de la catástrofe económica actual pero que ya refleja en todas las encuestas que ha tenido que cambiar sus hábitos cotidianos con respecto de lo que venía haciendo hasta el año pasado. “Ahora el tiempo nos apura a nosotros”, reflejó una de las fuentes oficiales que también entienden de política.

El tema del DNU rechazado en la Cámara de Senadores no tendrá la misma suerte en Diputados. Pero el mensaje, bien leído, produjo escozor en el oficialismo. La oposición que aprobó la votación contraria al decreto de necesidad y urgencia estuvo a solo dos votos de tener los dos tercios necesarios para avanzar en otras modificaciones más importantes.

En la Cámara de Diputados, donde Pichetto quedó como primus inter pares, inclusive por encima del desdibujado presidente de la Cámara, Martín Menem, quien debe todos los días sobreactuar su pensamiento íntimo sobre las formas elegidas por el presidente Milei para llevar adelante su gobierno, no hay ánimo de hacer lo mismo que en la Cámara Alta y a pesar de haber conseguido 125 votos la semana pasada para tratar una reforma del sistema jubilatorio que el oficialismo no quería, esa cifra no estará a disposición de terminar con el DNU.

En algún momento de la semana pasada trascendieron ideas que tenía Milei en su mente sobre los pasos a seguir si fracasara, de nuevo, el debate de la nueva ley Bases, ahora más acotada. “Listo, queda claro que la culpa será de ellos. Vamos a trabajar sin el Congreso, que hagan lo que quieran, y esperemos el año que viene para meter nuestros legisladores”.

Los más experimentados le explicaron, como pudieron, que así ganaran con amplitud en 2025, la realidad de su bancada se incrementaría sustancialmente, pero seguirían siendo minoría. La guerra permanente, además, podría desembocar en un desgaste innecesario que lo afectaría de cara al mundo en el cual quiere insertar de nuevo el presidente.

De a poco, en la oposición constructiva, separada de la bancada del PRO y parte del radicalismo que no quieren hacer olas y pretenden seguir acompañando al gobierno nacional, se dan cuenta que “no hay que sobregirarse”. En los aliados a Mauricio Macri creen que su público ya se fue con el presidente y no saben si, en algún momento, volverá. Por eso la sobreactuación oficialista de intendentes, gobernadores y legisladores que no hablan ante algunas aberraciones observadas a pesar que fueron ellos los que iniciaron el camino del cambio al crear Cambiemos. 

“Empujar un Congreso opositor no le sirve a nadie y lo seguirá victimizando. Milei termina siendo un vampiro, vive de nuestra sangre y que sobrevive aunque no tenga resultados. Si se corta esa pelea, deja de chupar sangre y hay que ver cómo sigue”, dijo, ilustrativo, uno de los tantos consultores que analizan el humor social desde hace tiempo.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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