La construcción silenciosa de Patricia Bullrich

Por su experiencia en otros cargos de gestión y por la lectura que hace de los movimientos internos en el gobierno, Patricia Bullrich advierte como pocos integrantes del gabinete que a Javier Milei le faltan más espadas políticas para defender "a todo o nada" su programa económico. De ahí que la ministra de Seguridad dedique buena parte de su agenda diaria a reforzar vínculos con dirigentes del PRO y la UCR de todos los niveles con el objetivo de blindar la imagen del presidente.

Fiel a su estilo, la presidenta de partido amarillo sigue estas cuestiones de manera personal y delega sólo algunos temas puntuales de la rosca a algunos integrantes de su mesa chica. Recibe a gobernadores e intendentes en su despacho, le levanta el perfil a otros dirigentes en las redes sociales, mientras escucha las propuestas y reclamos de sus socios antikirchneristas con la idea de sumar respaldos al Gobierno, sobre todo a instancias de las numerosas trabas judiciales y legislativas que atraviesan el mega DNU y la ley ómnibus en el Congreso por parte del peronismo y los sindicatos.

Aunque la ministra y su circulo íntimo no lo digan de manera explícita, la estrategia de amalgamar política y gestión tiene como propósito resistir una posible embestida futura de Mauricio Macri. Es que, tal como dio cuenta Letra P, mientras el expresidente descansa en el country Cumelén, en Villa La Angostura, aguarda también que en algún momento la "inexperiencia" de los habitantes de la Casa Rosada desemboque en un pedido de disculpas hacia él y una invitación para que acerque dirigentes para consolidar la gestión.

Bullrich es consciente de esta falta de capacidad política del gabinete, salvo contadas excepciones como las de Guillermo Francos, con quien si bien tiene una buena relación institucional. Mientras el titular de la cartera del Interior se junta con gobernadores, en paralelo la ministra acercar aliados con los que tiene buen diálogo político, por caso los mandatarios de Chubut, Ignacio Torres; Mendoza, Alfredo Cornejo; y Santa Fe, Maximiliano Pullaro; e, incluso, las vicegobernadoras de éstos dos últimos, que son parte de su estructura política, Hebe Casado y Gisela Scaglia, respectivamente.
El caso de Scaglia merece un párrafo aparte. Con Bullrich vienen acercando posiciones desde las elecciones generales y dando muestras de una sintonía fina. En el entorno de la presidenta del PRO reconocen que la valora por su capacidad política, y que busca levantarle el perfil a nivel nacional, incluso en detrimento de uno de sus subsecretarios, Federico Angelini, quien la reemplazó cuando pidió licencia partidaria. De ahí que tanto en el partido amarillo, como en Santa Fe, aseguren que el respaldo creciente de la ministra a Scaglia ayude a posicionarla a nivel nacional en un futuro e, incluso, a seguir ganando influencia en el gobierno de Maximiliano Pullaro.
Quienes escuchan a diario a la funcionaria nacional aseguran que uno de sus principales temores es que el jefe de Estado repita el mismo error que cometió Macri en sus cuatro años en el sillón de Rivadavia, en los que le dio poder a gerentes y tecnócratas como Marcos Peña y Mario Quintana en detrimento de dirigentes "con experiencia", cuando entre el shock y el gradualismo el fundador del PRO se inclinó por lo segundo.

"En nuestro gobierno despreciaban la política, ahora en cambio directamente no la entienden", es uno de los razonamientos que suele utilizar la ministra para explicar parte del fracaso de la administración Cambiemos y la advertencia silenciosa a este nueva gestión que defiende tanto en público como en privado. Se lo dijo a Macri en su momento, y también a Horacio Rodríguez Larreta después, el exjefe de Gobierno porteño que estaba convencido que llegaría a la Casa Rosada sólo mostrando su vidriera de gestión.

"Hace 40 años que Patricia hace política y la construcción ya es parte de su ADN, mientras que hay otros integrantes del gabinete que están hace 20 días. No es una valoración interna, es una realidad, y tarde o temprano eso se va a sentir en la gestión del Presidente, por eso el trabajo que viene haciendo es todavía más importante", sostuvo un dirigente que habló con Bullrich en las últimas horas.

Registros oficiales
Muchos de los encuentros que mantuvo la ministra se observan en el registro único de audiencias que publica la Secretaría de Asuntos Políticos. El 19 de diciembre recibió a tres gobernadores en sus oficinas, siempre con la excusa de coordinar políticas públicas de seguridad en sus provincias. Pasó primero Rogelio Frigerio (Entre Ríos), después Osvaldo Jaldo (Tucumán) y por último Claudio Poggi (San Luis), tres mandatarios de distintas familias políticas que tienen buena sintonía con Balcarce 50. Al día siguiente, con una agenda pública mucho más ambigua, se reunió con el senador misionero Enrique Martín Goerling Lara.

En tanto, el 21 de este mismo mes, se juntó con la fiscal general de la Nación ante los Tribunales Orales de la Ciudad de Buenos Aires, Diana Graciela Goral. Tal como dio cuenta este medio, el viernes 22 mantuvo el primer encuentro con su par bonaerense, Javier Alonso, a instancias del protocolo antipiquetes y las movilizaciones previstas por las organizaciones sociales.

También, el 27 de diciembre recibió al titular de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, Gabriel Sebastián Mraida y al día siguiente al cacique de la comunidad Qom, Félix Díaz, en una reunión de la que también participó su par de Capital Humano, Sandra Pettovello.

Bullrich abrió el calendario 2024 el jueves pasado. Estuvo junto al ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros. Participó incluso Sebastián García de Luca, su secretario de Articulación Federal encargado de tender puentes con la provincias. Ese mismo día, si bien no quedó registrado en la web oficial del Ministerio de Interior, se juntó también con el intendente de Junín, Pablo Petrecca, que responde al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, entre otros.

Con informacion de Letra P.