Sin la ley ómnibus, qué le queda desde ahora a Javier Milei

POLÍTICA Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
f848x477-1541841_1599644_5757

La ley omnibus está muerta. Por lo menos es lo que cree Patricia Bullrich, con larga experiencia en los pasillos parlamentarios, y también buena parte del PRO y algunos libertarios. El fracaso que vivió el oficialismo ayer en la Cámara de Diputados no fue un hecho repentino que explotó en medio de alguna discusión de último momento, todo lo contrario.

El viernes pasado, cuando se terminó de votar la ley en general y pasaron a un cuarto intermedio se sabía que algo andaba muy mal. Ningún Gobierno manda una sesión a cuarto intermedio cuando tiene quórum para continuar con la votación. La resistencia de los propios aliados de Javier Milei era muy fuerte y la insistencia a introducir más cambios en privatizaciones y facultades delegadas parecía imposible de vencer. Ahora será imposible volver a conseguir los 144 votos que el Gobierno había logrado en la votación en general. Toda la negociación que deberían volver a tener quedó al desnudo anoche y pocos querrán reeditarla. Los gobernadores que estaban dispuestos a ayudar ahora fueron acusados en público de traición por Milei y toda LLA. Habrá que pensar en otros caminos para volver a negociar. 

En esos términos la ley terminó ayer en un fracaso anticipado que ahora tiene un pronóstico más negro y que, como efecto colateral, hasta le permitió al kirchnerismo festejar en las bancas un triunfo que no le pertenece. En ningún momento del debate las huestes de Unión por la Patria en el reciento tuvieron la chance numérica de modificar o bloquear la votación: lo que sucedió ayer fue producto de la pelea del oficialismo con sus aliados del recinto. De ahí que Milei se preocupara de listar puntillosamente a quienes considera “traidores” o “aliados” dentro del PRO, el radicalismo, el peronismo federal y hasta la Coalición Cívica.

¿Qué le queda, entonces, ahora a Milei para gobernar? El presidente ayer rompió una vez más con la política. Nada nuevo, pero esta vez lo hizo también con quienes podían ser sus aliados y que hasta habían ayudado con la ley en el recinto. Es cierto que entre ellos se escondieron algunos que hasta conspiraron para que la votación no llegara a buen final. La pelea se mantendrá también con los gobernadores, casi todos posibles aliados pero que ahora deberán enfrentar un año más duro ante la caída de la recaudación por la recesión. En algún momento cercano muchos de ellos van a tener problemas para pagar los sueldos.

Milei, sin la ley y con el Congreso sin aliados, no tiene otra chance que avanzar con la alianza que lo llevó al Gobierno que es el voto mayoritario, pero ese acuerdo con sus electores tiene condiciones y el crédito no es eterno.

La ley mnibus, en esos términos, no fue un elemento indispensable para el programa económico de Milei, si una herramienta a mediano y largo plazo para la desregulación de la economía que el libertario prometió en toda la campaña. El mercado hoy quizás no lo verá así: las acciones de empresas argentinas arrancaron la mañana con una caída de hasta 6% y es posible que el dólar se recaliente en todas sus versiones.

El desafío de Milei es otro, simple y extremadamente difícil a la vez: lograr que de una vez por todas la inflación empiece a bajar. Ese es el camino político casi único que deberá transitar y esa es la prueba para el acuerdo que debe mantener con sus votantes como base apoyo. Es la vara con la que ya se está midiendo su presidencia y que ahora pesará más que nunca. La impiadosa inflación de diciembre de 25,5% vendrá seguida de un número un poco mas calmo en enero cercano a 20%, pero los aumentos que se vinieron anunciando en los últimos 15 días en combustibles, medicina prepaga, transportes y alimentos, más todo lo que resta caminar en materia de tarifas, amenazan con un marzo mas que dífícil.

La política, vista en los términos que utiliza el libertario para definirla, no lo ayudará. Ni propios, ni ajenos. Anoche la Libertad Avanza mostró un amateurismo incompatible con las prácticas parlamentarias más elementales. Más allá de la orden de Javier Milei desde Israel de frenar todo el tratamiento de la ley omnibus antes que seguir aceptando cambios, quedó claro que en el momento de votar la moción de pase a comisión muchos de los libertarios no tenían ni idea de las consecuencias que tendría esa acción. Los insultos cruzados, inclusive dentro de LLA, que se escucharon después son la muestra más clara de eso.

Los aliados no le cumplieron a Milei, sostiene el oficialismo. Ahora tendrá que iniciar un camino para el que aún no ha perdido fuerza pero que obliga al presidente a mostrarse casi infalible en el combate a la inflación. No será fácil mantener el buen humor de los votantes con una recesión que ya golpea fuerte, problemas hasta en el campo con una sequía que vuelve a complicar pronósticos de rendimientos de esta campaña, salarios en crisis y empresas paralizadas.

Con informacion de MDZOL.COM

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto